Alfred Hitchcock para el año 1946 produce una película que vuelve al thriller, a los bajos fondos de espionaje de la Segunda Guerra mundial, a los servicios secretos, a los sacrificios dolorosos y a la tensión en una pareja. Posiblemente la posición de esa pareja es lo mejor de la película, puesto que pocas veces he visto una tensión amorosa más potente que en el cine clásico.
Un Cary Grant inconmensurable y una bellísima y carnal Ingrid Bergman protagonizan una de las películas más nominadas de Hitchcock, donde un espía busca atrapar a un antiguo dirigente nazi interpretado por Claude Rains, aunque en la película participan igualmente Leopoldini Konstantin, Iván Triesault, Madame Konstantin, Louis Calhem y Reinhold Schünxel.
Como siempre, Sir Alfred apuesta por firmar en interiores con grandes escaleras, con conspiraciones familiares, con la tensión de posguerra y nos deja un regalo de un beso grandioso y sentido entre los dos protagonistas. Efectivamente, lo que vimos en Notorious.
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