Segunda película de la Trilogía de la Soledad de Federico fellini. Con las noches de Cabina culminaría la trilogía de la soledad integrada por La Strada, Il bidone y la citada Las noches de Cabina (1957) y como en ella participa en un breve papel Giulieta Masina, que aquí hacen la novia de uno de los estafadores, en concreto Picasso. Son obras que integran el tramo final del neorrealismo, una corriente cinematográfica que llevo a la pantalla la vida de la gente corriente y su sufrimiento en el día a día con un mínimo de adorno.
Se trata de un drama del año 1955 que en italiano recibió el nombre de Il bidone y que participan en la misma dos actores norteamericanos como es el caso de Broderick Crawford y Richard Basehart. Junto a ellos aparecen Franco Fabrizi y Sue Ellen Blake. Además participan en esta obra de Titanus Giacomo Gabrielli, Alberto de Amicis, Irene Cefaro, Ricardo Garrone y Lorella De Luca,
Il bidone presenta una historia llevada a la gran pantalla por el guión de Tullio Pinelli, Federico Fellini y Ennio Flaiano. El director de la Producción fue Giuseppe Colizzi, aunque el productor - participan en la misma Titanus y Société Générale de Cinématographie - fue Mario Derecchi.
La fotografía en blanco y negro fue obra de Otello Martelli y la música, de un grande, Nino Rota . En el montaje participan Mario Serandrei y Giuseppe Vari.
Tres estafadores que operan en Roma, Augusto, Roberto y Picasso, preparan un golpe con la ayuda de otro timador, conocido con el sobrenombre de "El Barón". Éste les espera en una solitaria carretera para entregarles las instrucciones. El trío llega a una casa de campo donde, aprovechándose de la buena fe de unas pobres e ingenias mujeres o campesinos pobres , les estafan cerca de medio millón de liras. Esto ocurre en un campo fuera de Roma, y los estafadores van disfrazados de clérigos y estafan a los agricultores pobres con sus ahorros.
Otra estafa en un barrio marginal es hacerse pasar por funcionarios que reciben depósitos para apartamentos. Las ganancias se gastan en coches llamativos, champán y prostitutas.
Un miembro de la pandilla, Carlo, apodado Picasso por ser un aspirante a artista, finge ante su fiel esposa Iris que es un vendedor ambulante, pero ella poco a poco deja de creerle. Su conciencia se remuerde y decide dejarlo.
Otro integrante, Augusto, se encuentra por la calle con su hija adolescente Patrizia a quien no ve desde hace años, y su conciencia también se despierta. Sin embargo, es reconocido en un cine con ella, arrestado y encarcelado. Cuando es liberado, se une a una nueva pandilla para trabajar en la estafa del clero entre los campesinos.
Después de estafar una gran suma a una familia de agricultores, habla con su hija adolescente afectada por la polio. Su difícil situación lo conmueve, y cuando la pandilla viene a compartir las ganancias, él dice que lo devolvió todo. Se desarrolla una pelea y él cae al suelo. Al desnudarlo, los delincuentes descubren que ha ocultado las ganancias entre su ropa. En la ladera de una colina lo abandonan a una muerte lenta.
La película es una nueva disección de la sociedad italiana de mediados de la década de los años cincuenta coma llena de fuerza y simbolismo, de la mano de un Federico felino que ya dejaba traslucido en ese trabajo sus dotes como fiero salvador de la realidad y es que más que centrarse en la historia dura y en ocasiones casi siniestra Federico puso el énfasis en destruir la solitaria tristeza que caracteriza las vidas de los protagonistas especialmente la de Augusto interpretado por Broderick Crawford. Lo cierto es que Fellini había previsto a Humphrey Bogart para el papel de Augusto, pero, al enterarse de que Bogart estaba enfermo de cáncer, finalmente eligió a Broderick Crawford para el papel.
Por cierto el título en español tiene un poco que ver con él original italiano mucho más simple y descriptivo y menos moralista; el timo
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