"Un dólar por tu pensamiento". Esta es una de las frases míticas que el cine repetirá en más de una y dos ocasiones. Esta frase -lo desconocía- procede de la conversación entre Alice Adams y Arthur que son los dos grandes protagonistas de esta historia interpretada por Katherine Hepburn y Fred MacMurray, en uno de sus primeros papeles, en los que iba - como anillo al dedo- de galán. Más tarde, se recicló en actor para el cine negro, para comedias, incluso de Disney, o western en los que la justicia estaba en cuestión.
Esto lo he visto en la película Alice Adams, también conocida como Sueños de juventud, un filme más romántico que dramático del año 1935 hecha por RKO y protagonizada por la gloria del venemo para las taquillas, Katharine Hepburn. Fue dirigida por George Stevens y producida por Pandro S. Berman. El guion fue escrito por Dorothy Yost, Mortimer Offner y Jane Murfin que adaptaron la novela Alice Adams de Booth Tarkington. La banda sonora corrió a cargo de Max Steiner y Roy Webb, y la fotografía de Robert De Grasse. El montaje fue labor de Jane Loring yel vestuario de Walter Plunkett.
La historia se inicia conociendo a una chica que quiere ir a un baile y que rápidamente descubrimos carece de posibles, pues no es capaz de comprar ni un ramo de flores en una floristería y acaba robando violetas de un parque público. Se trata de una chica de una familia de clase humilde, cuyo padre e hijo están satisfechos con su "modus vivendi" y se conforman con trabajar en una tienda; en cambio, la madre y la hija no dejan de urdir toda clase de estratagemas para intentar subir socialmente.
Lo cierto es que el señor Adam ( Fred Stone) es un modesto empleado del pueblo de South Renford, que vive por y para su encantadora hija Alice, una chica de belleza delicada, que llena de ambición tiene el temor de que la reconozcan en sociedad, pero es simplemente tolerada por sus amigos más ricos.
Cuando la hija conoce en el baile de la alta sociedad celebrado en la mansión de la millonaria familia Palmer, en la que Mildred Palmer invita a todo quien tiene protagonismo en la ciudad, al hombre de sus sueños, Arthur Russell ( Fred Mac Murray) , un chico joven y atractivo, un galán, al que se disputan todas las mujeres de la localidad. Ante él, Alice se pone nerviosa, sobreactúa y juega a ser otra persona.
Entre los dos jóvenes nace una corriente de simpatía y atracción, pero Alice siente ante él un gran complejo de inferioridad. Su única salida es introducirse de igual a igual la alta burguesía de la pequeña ciudad que cumple su setenta aniversario, cosa que espera conseguir gracias a la explotación de una nueva fórmula de pegamento descubierta por su padre y un amigo suyo.
Es por esa razón por la que la madre de la chica ( Ann Shoemaker) arrastra al padre hacia un peligroso negocio, y planea impresionar al chico con una cena. Además, la madre deseosa de que su hija haga una buena boda convence a su marido de que deje su trabajo en la fábrica de pegamento y monte su propio negocio.
La noche de Alice - su gran noche- llega cuando Arthur viene a cenar pero todo es un desastre. Alex se ha convertido su vida en una ficción y el resto de su familia sigue la comedia.
La cena servida por Malena, la chica que hace esa noche de criada, ( la enorme Hattie Mac Daniel) - es un auténtico desastre. La noche es calurosa, la comida inapropiada, y la actuación de los Adams en su conjunto un despropopósito.
Pero lo peor está por llegar , puesto que , al final de la cena, surgen nuevas complicaciones cuando su hermano Walter ( Frank Albert son) llega a la casa, pide hablar con su padre, y admite haber robado al señor Lamb (Charley Grapewin), su jefe y le pide a su padre que lo encubra.
Más tarde tras una encendida a discusión el señor Lamb acepta formar una sociedad con los Addams para fabricar el nuevo pegamento.
La intervención de Alice es providencial para salvar la situación, y muy a su pesar la conversación es escuchada por Arthur que no tiene ninguna duda de que Alice es la mujer de su vida.
Con esta película Katherine Hepburn es presentada como una heroína femenina conmovedora, agradable, reflexiva y perfectamente verosímil, que le valió una segunda nominación al Óscar - era su octava edición- en esta película que tiene mucho más carga de drama que de comedia.
La actriz capta toda la soledad y aflicción del personaje. La RKO dio esta película un tratamiento de producción de tipo A. Además del reconocimiento que tuvo el trabajo de la actriz el filme también fue alto al ser nominado al Oscar como la mejor película de aquel año 1935, pero también a la mejor actriz. Pero aquel Oscar a la mejor actriz no se lo llevó Katherine sino Bette Davis, que siempre reconocerá que aquel año el Óscar era de la Hepburn. Bette Davis ganó por Dangerous.
El Círculo de Críticos de Nueva York la nominó a la Hepburn como mejor actriz (Katherine Hepburn)
y la National Board of Review (NBR) la incluyó como los 10 mejores films de aquel año de 1935.
George Stevens logra con la película una satisfactoria comedia en la que abunda la ternura, los buenos propósitos, el entendimiento humano como se refleja en el discurso de Virgil, el padre, cuando casi al final le dice a su hija ”Es muy curioso que pasen estas cosas (...): resulta que en un momento todo el universo se te viene encima. No hay salida alguna. No tienes esperanzas. Y luego, de repente aparece algo con lo que nunca habías contado. Y todo se resuelve al fin, felizmente.”Así es el cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario