domingo, 12 de abril de 2015

Aproximación a Kolchak


Hace unas semanas estuve explicando en clase la guerra civil rusa que estalla tras el triunfo de la Revolución Bolchevique. Prueba de este momento de contextualización histórica ha sido la visualización parcial de la película Octubre, pero también de ese documental llamado inspirado en la obra de John Reed. Sin embargo, ahora toca el turno al cine actual y la elegida ha sido Almirante, una película rusa del año 2008 sobre el explorador polar, almirante de la marina imperial y comandante supremo del gobierno ruso del Movimiento Blanco, Aleksandr Kolchak, siendo esta película una aproximación al personaje histórico.
Fue dirigida por Andréi Kravchuk. Se trata de una producción de Janik Faysiev y Konstantin Ernst para la productora Film Direction que invirtieron en ella la mareante cifra de 20.000.000 $, aunque consiguió 38.135.878 $ en su venta. El guión fue labor de Zoya Kudrya o Coudrie y Vladimir Valutsky, mientras que la música fue de Gleb Matveychuk y la fotografía de Igor Griniakin. 

La película está protagonizada por Konstantin Khabensky o Jabenski como el Almirante Aleksandr Kolchak, Elizaveta Boyarskaya como Anna Timiriova, Sergey Bezrukov o Bezrúkov como el General Vladímir Kápel y Anna Kovalchuk como Kolchak, la esposa de Aleksandr Kolchak. Junto a ellos está Yegor Beróyev Contraalmirante Mijaíl Smirnov, Richard Bohringer como General Maurice Janin, Viktor Verzhbitsky como Aleksandr Kérenski y Nikolái Burliáyev como Nicolás II de Rusia y Fiódor Bondarchuk como director de cine Serguéi Bondarchuk. 

La película, basada en hechos reales, narra la célebre historia de amor entre Kolchak y Anna Timiriova, esposa de uno de sus oficiales y la acción transcurre de 1916 a 1920 y esta relación atraviesa la parte final del Imperio ruso, el Gobierno Provisional Ruso de Kérenski y la Guerra civil rusa.
La historia comienza durante la intervención rusa en la Primera Guerra Mundial, en concreto en una operación que tiene lugar en el Báltico, a cuya flota Aleksandr Vasilievich Kolschak se hallaba asignado como capitán del buque insignia. De hecho la escena de inicio es espectacular, pues de la niebla sale un acorazado alemán, mientras que el buque ruso está centrado en la colocación de minas. Kolchak, combinando astucia, suerte y sorpresa logra deshacerse de su incómodo y letal perseguidor.

Durante la Guerra, Kolchak fue uno de los oficiales más activos de la Flota del Báltico. Kolchak supervisó los vastos campos de minas de la costa, tendidas para proteger a la flota rusa de los ataques de la alemana, y aunque aquí no aparezca también participó en las operaciones de minado de las bases navales alemanas de Kiel y Danzig. Es durante esta actividad de colocación de minas y de enfrentamiento naval con Alemania cuando tiene lugar su encuentro con la bella poetisa Anna Vasilyevna Timiriova (Elizaveta Boyarskaya), hija del compositor y director del Conservatorio de Moscú Vasily Ilyich Safonov y esposa del oficial de la Armada Sergey Nikolayevich Timiryov. 
En 1915, Anna conoció contralmirante Alexander Kolchak. Aunque Kolchak fue el mejor amigo de su marido y el oficial al mando Timiryov, y tenía una familia propia, comenzaron una relación clandestina. Comandó las fuerzas navales en el Golfo de Riga. 
En abril de 1915 fue ascendido a capitán por su participación en la exitosa defensa de Riga, recibiendo por ella la más alta condecoración militar rusa, la Orden de San Jorge y fue ascendido más tarde a vicealmirante en junio de 1916, siendo el hombre más joven en obtener tal rango. 
Tras este éxito se le dio el mando de la Flota del Mar Negro en sustitución del almirante Andrei Eberhar, donde se distinguió nuevamente al lograr controlar este y asegurar los transportes a los ejércitos que combatían en el Cáucaso. Esta salida al Mar Negro supuso la salvación provisional de su matrimonio con su esposa (Anna Kovalchuk) rompiendo así su relación con Anna. 
A comienzos de 1917, la situación política del Imperio ruso se deterioraba por momentos, y Kolchak viajó a Batum para entrevistarse con el comandante supremo del Cáucaso, el gran duque Nikolái, sobre el acondicionamiento de los puertos del Cáucaso y de Trebisonda para abastecer a las fuerzas rusas en la zona. Al recibir un telegrama con las primeras noticias de la revolución en Petrogrado se apresuró a volver a Sebastopol. 
Pero en febrero de 1917 tiene lugar la revolución rusa, la abdicación de Nicolás II a favor de su hermano Miguel, y casi de inmediato en el Príncipe Lvov. Al comienzo, convencido de la incapacidad del último Gobierno zarista, vio con buenos ojos la revolución, creyendo que daría paso a un gabinete liberal capaz de llevar al país a la victoria militar. 
Kolchak defendía la guerra como catarsis purificadora así como el nacionalismo y el militarismo, a los que consideraba principales virtudes humanas, a la vez que se oponía al pacifismo, el socialismo y el internacionalismo, que asociaba a la democracia occidental, en cuya conveniencia para ser implantada en Rusia no creía. Su ideología política era más cercana a una monarquía constitucional de tipo británico. 
Las primeras semanas, antes de la radicalización de la situación, Kolchak pudo trabajar conjuntamente con los nuevos soviets de soldados hasta que la agitación hizo que se convenciese de que la propaganda entre las tropas minaba el esfuerzo de guerra. 
En abril, la Flota del Mar Negro se sumió en el caos, con la radicalización de los soviets de marineros. En mayo Kolchak viajó brevemente a la capital donde se le ofreció el mando de la Flota del Báltico, para tratar de contener la delicada situación revolucionaria en esta, pero finalmente no fue transferido Vemos como la guarnición del Krondstadt prácticamente aniquila a sus oficiales , salvándose Timiryov.
A diferencia de las revueltas en la Flota del Báltico en la que su comandante fue asesinado, la reputación de Kolchak, su autoridad moral, y el respeto que inspiraba evitó la repetición de estos hechos en la del Mar Negro. Kolchak lanzando su sable por la borda para que no caiga en manos de los bolcheviques. Su gesto fue muy apreciado por los círculos opuestos a la revolución, que le enviaron una réplica. 
Después de la Revolución de febrero de 1917, respaldó al Gobierno Provisional Ruso, confiando en que ayudaría a reforzar la moral y continuaría las operaciones militares contra los Imperios Centrales hasta la victoria. La radicalización de la situación política le hizo, sin embargo, abandonar su mando a finales del verano. 
Habiendo descubierto el ministro de Defensa, Kerenski, una conspiración para convertirlo en dictador, y existiendo una solicitud estadounidense para que Kolchak les asesorase sobre una posible operación contra Constantinopla, aquel le ordenó salir del país para que ejerciese como asesor militar del Reino Unido y los EE.UU. Partió hacia los Estados Unidos en agosto, a través de Bergen, Londres y Canadá. 
Tras pasar un tiempo allí decide regresar cuando tuvo lugar la Revolución de Octubre, en noviembre de 1917. Completamente entregado a la lucha contra los Imperios Centrales, se ofreció a la Royal Navy para continuar la lucha. A pesar de su convencimiento de la necesidad de implantar una dictadura en Rusia, Kolchak, reacio a encabezar aún un movimiento favorable a esta, prefirió alistarse con los británicos para continuar la guerra, que aceptaron su oferta en diciembre de 1917. Pero más tarde, el Gobierno británico decidió que sería más útil para los Aliados que ayudara a acabar con los bolcheviques y volviera a introducir a Rusia en la guerra. 
Debido a la Revolución de Octubre y la firma del tratado de paz con Alemania, van a dar inicio a la Guerra civil rusa (1918-1920). Durante la misma Aleksandr Vasilievich Kolschak, comandante y explorador del Ejército Blanco, se enfrentó, en Siberia, al Ejército Rojo (organizado por Trotski)

Cuando Anna se dirige junto a su marido Timiryov a Siberia opta por abandonarlo y ante las noticias de que Kolchak está en Omsl hacia allá se encamina. Al llegar ve a almirante como gran líder y decide atender a los enfermos, sin dar a conmocer al Almirante de su presencia.
Desde finales de abril de 1918 y durante cerca de dos meses Kolchak hubo de enfrentarse con algunos de los líderes contrarrevolucionarios de la región, los atamanes cosacos, Grigori Semiónov. Tras desembarcar en Vladivostok, el 18 de septiembre de 1918 se traslada a Omsk (13 de octubre de 1918), camino de Crimea donde residía su familia y pensaba unirse a la lucha contra el Gobierno soviético. En esta ciudad recibió el ofrecimiento del nuevo Directorio de convertirse en su ministro de Defensa, que aceptó el 4 de noviembre de 1918.
El Directorio se había formado por acuerdo del Gobierno Provisional Siberiano y del Komuch, conformándose una inestable alianza de grupos de tendencias liberales, conservadoras y socialdemócratas (social-revolucionarios y mencheviques), unida por su antibolchevismo. Kolchak era la figura más prestigiosa de este gabinete de catorce hombres; el Directorio esperaba jugar la baza del respeto que le tenían los Aliados, en especial el jefe de la misión militar británica, el general Alfred Knox. Su aspecto marcial, su patriotismo, su anticuado código de valores que le daban un aura de integridad en una ciudad corrupta, su fama como explorador y como uno de los mejores oficiales de la marina, le favorecieron.
Kolchak aceptó, por lo tanto, convertirse en ministro de Guerra del Gobierno ruso antibolchevique con sede en Omsk. A pesar de haber formado finalmente un Gobierno los últimos días de octubre, el fin del Directorio era inminente; importantes fuerzas conspiraban ya entonces para su derrocamiento y la proclamación de una dictadura.
Pocos días después, el 18 de noviembre, un oficial cosaco, el yesaúl Iván Krasílnikov arrestó a Nikolái Avkséntiev, Vladímir Zenzínov y a otros dirigentes socialrevolucionarios. Kolchak y los suyos protegieron además los edificios oficiales y patrullaron las calles de la ciudad tras el golpe para evitar posibles acciones armadas en defensa del Directorio por parte de la Legión Checoslovaca. Los restantes miembros del gabinete nombraron a Kolchak −recién llegado de una inspección del frente−Gobernante Supremo (Verjovny Pravítel) con poderes dictatoriales y «comandante en jefe de las fuerzas de mar y tierra» tras sopesar y descartar al general Vasili Bóldyrev, comandante de las fuerzas del Directorio. Kolchak será ascendido por el Consejo de Ministros a almirante.
Poco después los dirigentes socialrevolucionarios detenidos durante el golpe fueron deportados, con la condición de que abandonasen la actividad política, mientras que los principales militares que habían participado en el mismo eran ascendidos.
Las reacciones al pronunciamiento fueron variadas, desde la hostilidad de socialrevolucionarios y mencheviques o de los legionarios checoslovacos, del primer ministro británico o del presidente estadounidense, pasando por el escepticismo de los partidarios de la autonomía de Siberia dentro del Imperio ruso, de Semiónov o de los japoneses, o la indiferencia de la mayoría del campesinado, hasta el apoyo entusiasta de los kadetes y los partidos de derecha, los oficiales, los círculos empresariales o diversos representantes aliados en la región. Los socialrevolucionarios arrestados durante el golpe fueron expulsados de Siberia.
Kolchak hizo público el siguiente manifiesto: El Gobierno Provisional ruso ha llegado a su fin. El Consejo de Ministros, teniendo todo el poder en sus manos, me ha investido a mí, el almirante Aleksandr Kolchak, con este poder. He aceptado esta responsabilidad en las circunstancias excepcionalmente difíciles de la guerra civil y la completa desorganización del país, y ahora hago saber que no voy a seguir ni el camino reaccionario ni el camino mortal de la lucha partidista. Mis principales objetivos son la organización de una fuerza de combate, el derrocamiento del bolchevismo, y el establecimiento de la ley y el orden, de manera que el pueblo ruso pueda ser capaz de elegir una forma de gobierno de conformidad con sus deseos y alcance los altos ideales de libertad e independencia. Hago un llamamiento a ustedes, los ciudadanos, para unirse y sacrificarlo todo, si es necesario, en la lucha contra el bolchevismo.

Otra medida aprobada pronto por el nuevo Gobierno fue la privatización de parte del comercio, nacionalizado antes por los bolcheviques, para satisfacción de los Congresos Siberianos de Comercio e Industria, que desencadenó una ola de especulación y de escasez de productos. Los empresarios, que habían apoyado el golpe de Estado, mantuvieron gran influencia en cuestiones económicas en la dictadura, tanto desde dentro como desde fuera del Gobierno.
Kolchak es elegido «Gobernante Supremo» de Rusia. Para ganarse el favor de los Aliados y de la opinión pública extranjera la dictadura mantuvo una continua propaganda a favor de la democracia, , además el general francés Maurice Janin mandaba las tropas extranjeras del frente (21 de enero de 1919). Los británicos se convirtieron en el primer suministrador de armas y dinero para el régimen de Kolchak.
Dada la pronta retirada de los checoslovacos del frente para pasar a vigilar el Transiberiano a comienzos de 1919, el mando y la influencia de Janin quedaron en puramente nominales frente a los de Knox. Los checoslovacos se mostraron hostiles a Kolchak desde el comienzo. El Consejo Nacional Checo aprobó una moción el 21 de noviembre de 1918 que condenaba su golpe de Estado y negándose en principio a colaborar con su régimen.
En enero de 1919, unidades enteras se negaron a regresar al frente y la Legión hubo de pasar a la retaguardia, encargándose de patrullar el Transiberiano entre Ekaterimburgo y Cheliábinsk e Irkutsk. La Legión Checa y las misiones militares británica, estadounidense, italiana y francesa defendían la retaguardia de Kolchak y mantenían abierta una ruta de suministro de 6400 kilómetros, desde Vladivostok a Omsk, a lo largo del Transiberiano. Kolchak nunca aprobó el reparto de las zonas de vigilancia por los Aliados, pero no se opuso con firmeza a ella porque era una vía de abastecimiento esencial para su gobierno y los Aliados garantizaban su funcionamiento. 
La camarilla de Kolchak, reunida informalmente en el Consejo del Gobernante Supremo, cobró una importancia política creciente y arrinconó al Consejo de Ministros, que fue perdiendo progresivamente influencia durante la primera mitad de 1919. Su programa político reflejaba más su fe personal que el deseo de lograr respaldo entre la población. Omsk pasó de unos 130 000 habitantes en 1917 a más de medio millón durante el gobierno de Kolchak. Aunque una minoría vivía en la opulencia, la mayoría se hacinaba en vagones de tren, hoteles repletos o chabolas en las afueras de la ciudad, en condiciones similares a los trabajadores. 
Kolchak había logrado reunir 112 000 hombres en el campo de batalla contra una fuerza de aproximadamente 100 000 soldados bolcheviques. A finales de junio, las fuerzas de Kolchak se hallaban aproximadamente donde habían comenzado la ofensiva de primavera. 
El 1 de julio, durante las celebraciones de aniversario de la creación del Gobierno Provisional Siberiano, se conoció la pérdida de Perm, abandonada ese mismo día. 
Las derrotas del frente agudizaron el agotamiento mental y el nerviosismo de Kolchak, que durante julio y agosto se mostró extremadamente nervioso, agotado, irascible, con ataques de ira. Su aspecto físico empeoró notablemente. 
En diez semanas, el Ejército Rojo había avanzado cerca de 500 km en el frente norte y 600 en el centro, lo que privó a Kolchak de las minas y las fábricas de los Urales, su única base industrial. El revés militar también trajo consecuencias políticas: el reconocimiento de los Aliados al Gobierno de Omsk dejó de plantearse. Las derrotas del verano supusieron además un gran contratiempo económico para Kolchak: La retirada militar también causó una crisis política en el Gobierno, cada vez menos seguro de su victoria final. 
Tras el fracaso de la contraofensiva de Cheliábinsk a comienzos de agosto de 1919 los Aliados desecharon la idea de que Kolchak y su Gobierno fuesen el principal centro del Movimiento Blanco y abandonaron la idea de reconocerlo como Gobierno oficial de Rusia, aunque ésta resurgió efímeramente durante el otoño con los pasajeros avances de Yudénich y Denikin en otoño. A partir de entonces los Aliados se limitaron a entregar la ayuda ya prometida y sostener moralmente al régimen mientras traspasaban el grueso de su apoyo material a Denikin. 

Dieterichs ordenó la evacuación de Omsk, planeando reformar el frente más al Este, el 29 de octubre de 1919 Kolchak, sin embargo, decidió defender la capital y rescindió la orden, a pesar de que ya parte de las unidades habían marchado al Este. Kolchak llamó a las armas a la población para defender la ciudad. Kolchak fue de los últimos en abandonar la ciudad, la noche del 13 de noviembre, en cinco trenes que contenían los restos de la reserva de oro del Imperio. Aparentemente es en este momento en que Kolchak vuelve a encontrase von Anna de la cual ya no se separa deambulan por el Transiberiano. 

En la madrugada del día siguiente, tras una marcha forzada de 200 km en dos días, unidades del 5.º Ejército soviético al mando de Tujachevski entraban en la ciudad, donde encontró escasa oposición de la guarnición local; logró el control de Omsk ya por la tarde del mismo día. Capturaron numeroso material y decenas de miles de prisioneros. 

Camino de Irkutsk para reunirse con sus ministros, Kolchak recibió la noticia de la decisión de los mandos de la Legión Checoslovaca de comenzar de inmediata su retirada y abandonar sus actividades a favor de su Gobierno (13 de noviembre de 1919). 
Cinco días más tarde se enteraba del levantamiento socialrevolucionario contra su régimen en Vladivostok. La oposición, que había conspirado contra Kolchak desde hacía tiempo, se había librado de la represión del gobernador de Kolchak por la protección de los legados Aliados, contrarios al uso de las tropas cosacas de Kalmikov en la ciudad. 
El 12 de diciembre de 1919 el general checoslovaco Jan Syrovy le comunicó a su superior, el general francés Maurice Janin, la necesidad de comenzar de inmediato la evacuación de la Legión para evitar un amotinamiento, logró el beneplácito de este y el consentimiento para dar prioridad a los checoslovacos frente a otros contingentes como el polaco, el serbio, el rumano o el italiano, que serían evacuados más tarde. 

Pocos días más tarde los checoslovacos se habían hecho con el control total del Transiberiano, sustituido a los jefes de estación e impuesto a los rusos su orden de evacuación, en el que las unidades de Kolchak iban a ser evacuadas en último lugar, tras las unidades extranjeras. Los checoslovacos prohibieron el traslado de los convoyes rusos al este de Novonikoláevsk antes de la retirada total checoslovaca, lo que retrasó de manera crucial la retirada rusa y aparcó el convoy de Kolchak en Krasnoiarsk durante varios días.
A pesar de las furibundas protestas rusas los checoslovacos se negaron a cambiar las órdenes, que dejaron más de 120 trenes de refugiados atascados en la línea, siendo capturados por los soviéticos a un ritmo de unos 10-20 diarios. Mientras, Kolchak continuó su lento avance hacia Irkutsk siempre que se lo permitían los checoslovacos. 

En Kranoiarsk quedó detenido entre el 17 y el 21 de diciembre, negándose Janin a dar prioridad a su convoy. Nuevamente tras largas negociaciones y la promesa de dimisión de Kolchak, los checoslovacos le suministraron trenes para continuar su viaje y evitar que cayese en manos de los rebeldes que controlaban Nizhneúdinsk, pero bajo escolta militar checoslovaca y habiendo desarmado a su guardia. Los allegados al almirante confiaban en, una vez llegados a Irkutsk, librarse de los checoslovacos, muy hostiles al almirante, y obtener el sostén de las unidades japonesas presentes en la ciudad. 

Con el hundimiento de la administración «blanca» y bandas de partisanos y trabajadores presentes en la línea, el viaje se tornó cada vez más tenso. 

El 12 de enero de 1920, ante la amenaza de volar la línea y cortar el suministro de carbón a los checoslovacos, estos accedieron a que subiese al tren del almirante un representante de los partisanos. Al día siguiente, hubieron de permitir que varias docenas de rebeldes se uniesen al tren. Este llegó finalmente a Irkutsk a las 3 de la tarde del 15 de enero y fue recibido por tropas rebeldes del Centro Político, que controlaba precariamente la ciudad. 

Detenido en su vagón por los rebeldes, la petición del comandante japonés de las tropas acantonadas en la ciudad de lograr su custodia fue rechazada por Syrovy, que temía la reacción de los mineros y de los rebeldes contra la evacuación de sus hombres. Janin aprobó la entrega de Kolchak a los rebeldes.
La decisión de Syrovy y Janin fue muy polémica y a menudo tachada de traición, pero la actitud de las tropas checoslovacas, simpatizantes de los rebeldes, parece que hubiese impedido otra alternativa salvo la de enfrentarse a estos y afrontar una retirada estorbada por ellos de miles de kilómetros a través del invierno siberiano. Ante el historial de desprecio de Kolchak, las perspectivas de grandes pérdidas y una difícil evacuación, y el rápido avance soviético, la entrega de Kolchak a los rebeldes quedó decidida. 

Fue encarcelado junto a su amante y algunos de sus ministros. Durante su arresto Kolchak fue sometido a la investigación de una comisión de cinco socialistas, miembros de los partidos que se habían hecho con el control de la ciudad, del 21 de enero al 6 de febrero. El 4 de febrero de 1920 las primeras unidades «blancas» habían alcanzado los suburbios de la ciudad, a pesar de los intentos de contenerlas. 

El día anterior el comité de la ciudad restauró la pena de muerte y el 6 de febrero solicitó permiso para la ejecución de Kolchak y de su primer ministro Pepeliáev de la autoridad soviética más cercana, el presidente del comité militar revolucionario del 5.º Ejército, Smirnov, que, a pesar de las instrucciones de Lenin de capturar vivo a Kolchak para ser juzgado en Moscú, dio permiso para las ejecuciones en caso de peligro de liberación por parte de Voitsejovski. 

Interrogado por las autoridades bolcheviques de la ciudad, la cercanía de tropas fieles a su persona y el temor a que fuese rescatado llevaron a que se decidiese su fusilamiento. 

El 7 de febrero de 1920, el jefe local de la cheka comunicó la decisión a Kolchak, que en todo momento se mostró tranquilo y digno, a diferencia de Pepeliáev. A las 4:00 a. m. Kolchak y Pepeliáev fueron sacados de la prisión y fusilados: el primero tranquilo y rechazando que le vendasen los ojos. Tras la descarga, sus cuerpos fueron lanzados al río Ushakovka (afluente del río Angará) a través de un agujero en forma de cruz ortodoxa en el hielo. 

Después de la muerte de Kolchak fue entregada a los bolcheviques, Anna se acercó a ellos y les declaró: "arrestarme no puedo vivir sin él.". Como resultado, la encarcelaron en Irkutsk, pero fue puesta en libertad después de la ejecución de Kolchak en octubre de 1920. 

Tras la muerte de Kolchak, Anna Timiryova fue liberada como parte de una amnistía. En junio de 1920, sin embargo, fue enviada al campo de trabajo Omsk para realizar trabajos forzados. Después de ser liberado, Timiryova hizo un llamamiento a las autoridades locales el permiso para unirse a su primer marido en Harbin. Su petición fue denegada y recibió un año adicional de prisión. 
El tercer encarcelamiento seguido en 1922, el cuarto en 1925. Fue acusada a tres años por tener " conexiones no deseadas con los extranjeros y los ex oficiales blancos.". Después de ser liberada, Anna Vasilyevna se casó ingeniero ferroviario Vladimir Kniper. Pero sus sufrimientos continuaron. En la primavera de 1935, fue arrestada de nuevo por "la ocultación del pasado", y enviado a un campo de trabajo. Se ganaba la vida cosiendo, tejiendo y barriendo las calles. 
En 1938, el sexto arresto tuvo lugar. Fue liberada después de la final de 2 ª Guerra Mundial. Todavía no se le permitió vivir en Moscú, y se mudó a Scherbakov (presente Rybinsk) en Yaroslavskaya Oblast, donde se le ofreció un puesto de administrador a en un teatro. 
A finales de 1949, Anna fue condenado a 9 meses de prisión en Yaroslavl y como convicta fue enviada a Yeniseisk. Anna se decía que había sido denunciado por sus compañeros de trabajo - los actores del teatro dramático – que le acusaron de difundir propaganda anti-soviética. Después de ser liberada Anna regresó al teatro pero ya tenía 70 años, pero ella continuó trabajando en el cine representando a la princesa Myagkaya en "Anna Karenina" o en Guerra y la Paz de Sergei Bondarchuk, en el papel de noble dama de edad en la primera boda de Natasha Rostova. Acabando así la película. 

La película supuso un éxito sin precedentes en la cinematografía rusa especialmente en los cines rusos (fue la tercera película que más recaudó en la historia y la primera producción rusa, en 2008). Su rodaje duró más de dos años y se hizo en localizaciones de Moscú, San-Petersburgo, Sebastopol, Torzhok, Irkutsk... contando además con más de 24.000 efectos especiales. Financiada por el canal estatal First Channel, la película se alineaba con los esfuerzos del Gobierno ruso por reconectar a la potencia emergente con el pasado imperial ruso. Se ha considerado que la película constituye un esfuerzo por rehabilitar a Kolchak. 

El Almirante ha sido una de las más recientes superproducciones de la pujante industria cinematográfica rusa, un ambicioso proyecto que costó casi 5 años finalizar y que dispuso para su rodaje de un presupuesto superior a los 20 millones de dólares.

Miguel Ángel Palomo en el Diario El País dice de ella que es "Un potente drama histórico (...) una obra intensa". Según Jordi Revert en La butaca “El almirante” es una película espectacular en sus escenas de batalla, pero pobre en su narrativa melodramática, ansiosa por alcanzar la grandeza de un cierto cine soviético. 

La película empieza de forma espectacular con el ataque del buque alemán el SMS Friedrich Karl, sobre el ruso y la inmediata e inteligente respuesta por parte del futuro almirante. Se trata de una película larga pero que es llevada con agilidad mediante una sucesión trepidante de imágenes y escenas muy cuidadas en el apartado técnico y a una historia de amor con la increíblemente bella Anna Timiriova que llega fácilmente al espectador. 
Detrás de Kolchak hay una historia verdaderamente fascinante pues es testigo directo de la crisis del zarismo (a destacar el solemne encuentro de Kolchak con el zar Nicolás II, ), el descontrol de la revolución (visible en la bse naval y la represión existente), el inicio de la Guerra Civil y la derrota con las escenas finales en el tren donde vemos a un Kolchak sólo abandonado y traicionado por todos en la inmensidad de una Siberia cubierta por un interminable manto de nieve. Muy profundo y desgarrador también el momento final del fusilamiento de Kolchak junto a su primer ministro, sencillo y rápido, mostrando la indefensión y pequeñez del hombre frente a las fuerzas puestas en movimiento por la Historia. 
Destaca en la película el diseño de producción admirable donde destaca el apartado de vestuario y fotografía en granm medida detallista como cuando se centra en esa copa que cae al suelo en dos ocasiones. 
Es interesante ver esta película y entenderla como una contraofensiva cinematográfica e ideológica al Octubre de Sergei M. Eisenstein, pero Andrey Kravchuk se queda por detrás, ya que “El almirante” muere en pasiones amorosas y en un relato biográfico. 

Además, la película tiene el interés de recuperar la memoria histórica acerca del almirante Alexander Kolchak, unos de los grandes marinos del S. XX, famoso por sus exploraciones del Ártico, y por su papel como jefe contrarrevolucionario durante la guerra civil rusa. Naturalmente, era un personaje al que el régimen sovietico condenó durante décadas al más absoluto olvido, pero que, gracias a las nuevas circunstancias políticas imperantes en Rusia, ha sido ahora reivindicado con este lujoso biopic. 
Para un espectador poco informado de la Revolución Rusa puede ser complejo seguir los diferentes saltos temporales entre la época de la guerra y el estallido de la Revolución Bolchevique y la Guerra Civil,. Y se silencia aspectos más o menos oscuros como las matanzas, saqueos y atrocidades cometidos por los soldados de Kolchak en las zonas bajo su control, y por tanto, no se explican las causas por las que las fuerzas blancas fueron perdiendo gradualmente el apoyo popular, y fueron finalmente derrotadas por el Ejército Rojo. 
Reconocer el trabajo de los actores resulta bueno, en especial por parte del protagonista Konstantin Khabensky, o la atractiva belleza de Elizaveta Boyarskaya, así como la esmerada puesta en escena y recreación de los escenarios, y las espectaculares secuencias de acción centrada en las batallas. 
Para acabar diré que  Anna Vasilyevna fue rehabilitado en 1960. A continuación, se le concedió una pequeña habitación en un piso comunal en Pluschikha Street, en Moscú. Después de largos esfuerzos, Shostakovich y Oystrakh obtuvieron una pequeña pensión de 45 rublos y  gracias a los servicios de su padre como compositor. Murió el 31 de enero 1975, más de cincuenta años después que su Almirante.

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