domingo, 26 de abril de 2015

Manolete, más "cornás"da el cine


29 de agosto de 1947, mi padre, un chico de trece años, como cientos de cordobeses, asiste desde el edificio  de la Unión y el Fénix - en el centro de Córdoba, en las Tendillas, para aquel entonces Plaza de José Antonio- a la manifestación pública que supuso en la ciudad la muerte de Manolete .

Un día antes el Miura Islero le había dado una “corná”, aquella tarde, en uno de tantos festejos que empezaban a esa hora torera, a las cinco de la tarde, había recibido una mortal cornada del miura de casi 500 kg que le atravesó el muslo derecho con uno de sus pitones. La herida le produjo una hemorragia incesante y el matador falleció la madrugada del día siguiente. 

Pasado el mediodía llega a Córdoba la ambulancia que traslada los restos de Manolete. Los cordobeses se echan a la calle para recibir los restos mortales del diestro. Todos quieren entrar en la casa del torero, en la Avenida de Cervantes, para rezar en la capilla ardiente instalada en el salón central de su casa. 

El torero muerto está envuelto en un blanco sudario, su rostro expresa serenidad, parece como dormido, entre sus manos tiene un pequeño crucifijo. El salón está completamente lleno de flores y coronas. Poco más de media tarde había llegado la madre del torero con las esperadas escenas de dolor . Los compañeros, miembros de su cuadrilla, periodistas, amigos, apoderado, mozos de estoques y otros velaban el cadáver de Manolete y rezaban por su alma: Camará, Cantimplas, Pinturas, Gabriel González, Chimo, Guillermo, Antonio Bienvenida, Gitanillo de Triana, El Pipo, Álvaro Domecq, El Pimpi, Antonio Bellón, José Luis de Córdoba etc. etc. Llegan autoridades, representaciones, más amigos. 

A la hora del entierro –las cinco de la tarde-, Córdoba entera, está en la calle de luto por su ídolo. Cerraron los comercios y las industrias y un silencio respetuoso se extendía por todas las calles. La iglesia que recibiría los restos mortales de Manolete era la de San Nicolás que se hallaba abarrotada de fieles. El momento desgarrador y de mayor emoción se produjo cuando el féretro con los restos del torero caído, se disponían a salir de la que fue su casa. Doña Angustias, su madre, se derrumba de dolor en aquél instante penoso. Bajan el féretro –de caoba con apliques de plata- sus amigos y miembros de la cuadrilla. A la salida del féretro el Marqués de la Valdavia le impone la Cruz de Beneficencia, otorgada por el Gobierno dadas las muestras de solidaridad con los pobres y necesitados que dio Manolete al torear, gratis, muchas corridas de Beneficencia. 

Luego, la comitiva parte hacia el cementerio de la Salud. Estaba formada por el clero; después, el féretro llevado a hombros de sus fieles amigos; seguidamente las coronas; por último la presidencia y la muchedumbre que acompaña –como en las tardes de triunfo – a Manolete por última vez. Desde la torre de la Malmuerta, mujeres enlutadas echan flores al paso del ataúd. Sobre las nueve de la noche entra en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud. Una imágenes del NODO apenas reflejan lo que supuso la muerte del diestro para la ciudad. 

Algunas de esas imágenes están recogidas en la película que sobre el torero fue dirigida por Menno Meyjes – yo siempre había pensado que en ella había participado el ahora senador Franco Zeffirelli- y protagonizada por Adrien Brody y Penélope Cruz. Poco , realmente poco, presenta la película sobre el torero, personaje y califa en mi ciudad. 

La película, uno de los grandes fracasos de la historia del cine, está producida por Guy Collins, Tarak Ammar, Ximo Pérez y Andrés Vicente Gómez para las productoras Iberoamericana Films Producción , Future Films, Manolete Productions, Quinta Communications, Pierce y Williams Entertainment. La película contó con un presupuesto de 28.000.000 millones de dólares. Se basó en el guión de un director holandés, Menno Meyjes, una persona ajena a la cultura taurina, algo que parece que respira en la película, y por la fotografía de Robert Yeoman. Sin embargo, un aspecto a destacar de la misma es la música de la que se encarga en productor y autor Javier Limón. 

El elenco estuvo formado por Adrien Brody como Manuel Laureano Rodríguez Sánchez "Manolete", Penélope Cruz como Lupe Sino, Nacho Aldeguer como Luis Miguel Domínguín, Pedro Casablanc como el General, Juan Echanove como Pepe Camará, Josep Linuesa como Enrique de Ahumada, Santiago Segura como Guillermo, Anne Mitchell como Doña Angustias y Enrique Arce como el Apoderado de L.M. Dominguín. 

El film comienza con el despertar del torero (Adrien Brody) en la cama de un hotel. Ya está sólo. La chica con la que ha compartido la noche se ha marchado. Se trata de Lupe Sino (Penélope Cruz). El torero tras leer en el espejo un mensaje en carmín que dice “Follas como un niño”. Se desayuna con una copa y una raya de cocaína y dispuesto a pegarle un tiro a su amante, aunque es frenado por Guillermo, su asistente personal (Santiago Segura), aunque este le entrega una pistola su intención es matar a Lupe, que en ese momento está en la cama de otra chica. El torero llega pero no le dispara. 

Tras eso comienza un viaje por la campiña que lleva al torero de Sevilla a Linares para torear esa tarde, la que será última corrida y poner así fin a su carrera. Por el camino, aparentemente el torero se para en Córdoba – algo imposible pues su madre estaba en San Sebastián el día del accidente- para ver a su madre. 

Mientras se traslada el torero cordobés, el gran califa, irá rememorando su vida. A partir de ahí el filme se sucede entre ese viaje final, con un Manolete aferrado a su perro salchicha y a su fatal melancolía, y los recuerdos de una historia de amor que arranca una noche en Madrid en la que la bella y mundana Lupe le dice al inseguro torero: “Aquí nada es real hasta que no sangra: santos, toros y mujeres”. Vemos a lo largo de hora y medía los comienzos del torero, como el Pipo lo toma bajo su cargo y le pide que cumpla con unas normas básicas para un torero, entre ellas no chicas y no morfina. Tras eso, sus triunfos por España y, sobre todo, en Madrid . Allí conoce a Lupe Sino, una puta para su apoderado. 

La entrada en la vida de la chica lleva al torero a descentrarse y a fijarse sólo en ella, y menos en el toreo, algo que preocupa a su entorno familiar, profesional y político. De hecho, ella mientras trabaja como actriz es detenida por comunista. Esta detención permite al torero conocerla más, pero , a la vez, distanciarle de su profesión. 

Así hasta que llega el día infausto, un 29 de agosto de 1947, en Linares, allí, en su plaza de toros – que visité en octubre de 1988-, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, más conocido como Manolete y uno de los grandes toreros de España en la década de 1940 mientras compite con una estrella refulgente del arte del torero Luis Miguel Dominguín y de un ignorado en la película Rafael Vega de los Reyes "Gitanillo de Triana II" tiene lugar su encuentro con la muerte, causada por la profunda cornada que le asestó el miura Islero al entrar a matar. Horas más tarde, moría el torero y nacía el mito. Unas imágenes del NODO antes citado ponen fin a la película mientras salen los títulos de crédito. Nada de su estilo elegante y vertical sale en ella, nada de cómo evolucionó el arte de la muleta, toreando de frente y citando de perfil. 

La película se centra en una historia de amor difícil y complicado, y en un morbo adecuado para el “Salvame deluxe”, drogas incluidas. 

La película que se distribuyó en inglés como "A Matador's Mistress" comenzó a rodarse el 31 de marzo de 2006 en Madrid, en la ciudad alicantina de Alcoy, en Córdoba, en Jerez de la Frontera y en la Plaza de Toros de Alicante así como en los Estudios de Ciudad de la Luz. Terminó su rodaje en El Puerto de Santa María, Cádiz en julio del mismo año. También cabe destacar que se grabó gran parte del filme en la ciudad sevillana de Carmona. Algunas escenas fueron grabadas en los interiores del Palacio de Orleans-Borbón de Sanlúcar de Barrameda. Parece ser que también en Guadalajara y Salamanca. 

En la filmación de la película, el torero Cayetano Rivera se encargó de asesorar al protagonista de la película, Adrien Brody; además de esta labor, también aparece en la película interpretando un pequeño papel como espectador de postín con el que se va , literalmente a tomar, una copa Lupe Sino. «Manolete» nació como una ambiciosa producción internacional con rutilantes estrellas - Adrien Brody, en 2006, era todavía una estrella impulsada por el entonces reciente éxito de su Oscar a mejor actor por «El pianista»- , gran presupuesto- 28 millones de dólares- y la elección del personaje retratado, el mítico torero. 

Diferentes problemas con la productora hicieron que la película no fuera estrenada ni tuviera fecha de estreno prevista durante mucho tiempo. 

El 28 de agosto de 2008 se anunció su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto para el 6 de septiembre del mismo año, pero finalmente no fue estrenada durante este festival. El 7 de noviembre se anunció una nueva fecha para su estreno, esta vez febrero de 2009, sin embargo, también fue cancelado. Seis años después de su rodaje, una vez estrenada en varios países y hasta editada en DVD, su proyección ahora por fin en los cines españoles está totalmente descafeinada. 

Finalmente se estrenó en Francia el 31 de marzo de 2010. Rubén Amón , hoy periodista de Onda Cero, y para entonces, corresponsal del diario El Mundo en París, dijo de ella lo siguiente: "La cuestión no es que fuéramos diez espectadores en el cine. La cuestión es que sólo resistimos la mitad. En mi caso prevaleció la estupefacción ante la parodia y se convirtió la película en un concurso enciclopédico de tópicos." 

La película se estrena en España tras haberse proyectado en Italia, Francia, Japón, Inglaterra o Estados Unidos. Existen ocho versiones del filme y la que verá el público español será la séptima. “La octava es la versión del director, la que se estrenó en Francia”, explica Andrés Vicente Gómez. “Mi condición con él fue que si en Francia era un fracaso en España se estrenaría la séptima versión, montada al margen suyo” 

Las críticas fuera de España han rozado el desastre, pero hasta eso le añade cierto morbo al filme. En 2010, Variety apuntaba, entre otros problemas de guión, que Manolete pasa por alto el paisaje político de aquellos años: “La película retrata a Lupe Sino como la Yoko Ono del toreo, responsable en términos generales de la caída del diestro. Pero deja de lado la que quizá fue la principal razón para ser tan odiada en el entorno del matador: sus simpatías por la izquierda mientras en su ambiente eran fervientes seguidores del franquismo. Sin explicar el trasfondo político a lo más que llegamos es a pensar que Lupe es una ‘puta’, como todo el mundo abiertamente la llama a lo largo de toda la película”. 

El 24 de agosto de 2012, fue distribuida  en España por una pequeña empresa Premium Cine. Los críticas ya planteada por Rubén Amón en la versión francesa, la octava, se volvieron a repetir en esta séptima. Javier Ocaña en el Diario El País dijo de ella que no era una película "Maldita no, mala. (...) Pomposa y de estructura incomprensible (...) personajes de cartón-piedra". 
Por su parte, Carmen L. Lobo del Diario La Razón decía "Los actores torean los papeles como van pudiendo (...) pero la película no hay por dónde pillarla desde los primeros minutos de metraje" En su crónica que lleva por título "Menudo capotazo" Dice de ella que Todo falla o pega trompicones: desde el guión, centrado excesivamente en el idilio que mantiene Manolete con la mujer que lo volvió loco y de espaldas casi por completo a las circunstancias personales que vivieron ambos personajes y las de aquel país nuestro tan difícil entonces, al montaje, la ambientación y el vestuario (esas camisas de Brody que parecen cosidas por Armani...). Sin olvidar tampoco las repetidas tomas de capotazos que sirven como transición al cineasta para narrar la historia y la machacona repetición de escenas, quizá porque no había nada más decente que utilizar en la sala de montaje... Entre un tono paródico no premeditado, supongo, y los bandazos de la cinta por culpa de los «flashback», el filme se desliza hacia un final como merece, o sea, de auténtica traca, con la dramática muerte del matador desangrado en una enfermería de Linares y el nombre de su amante en la boca. Cierto: lo raro de esta producción no es que haya tardado seis años en llegar a las carteleras españolas (algunos no tendrían valor...), sino que se haya estrenado en algún país del mundo. 

Elsa Fernández-Santos publicaba el 21 de agosto de 2012 un artículo publicado con el título de El último paseíllo de ‘Manolete’. Para Fernández Santos Manolete es simplemente una mala película, pomposa y de estructura incomprensible, plúmbea y absurda por momentos con palomas a cámara lenta incluidas. La película , en la línea Deluxe, acude a las partes más oscuras de la existencia del mito (su supuesta adicción a la cocaína y las relaciones bisexuales de su amante, Lupe Sino). 
Para J. M. Cuéllar en ABC, «Manoleta» era el más grande, y , por lo tanto no se merecía, este infame bajonazo que un holandés inepto e incapaz ha perpetrado a su historia. (…) No tiene guión ni ritmo ni personajes. Todo es plomizo, insulso, sin vida. La historia trata, con repetidos «flashbacks», los últimos meses de Manolete y los centra en su historia de amor con Lupe, un romance turbio y tormentoso que fue más allá de lo que se refleja en la película (mucho alcohol, coca y engaños dicen algunos biógrafos que hubo en ese asunto). 
Todo queda confuso, enrevesado y, sobre todo, poco creíble, con escenas que sobrepasan con creces el ridículo. Así que desastre total del que solo se salva una impecable maquinaria técnica, con gran fotografía y recreación andaluza ciertamente aceptable. El resto es un puro olvido. Y que pase pronto, como los desamores, ese maquiavélico invento creado por el alma humana. Luís Martínez en El Mundo presenta la película con el título ´Manolete´, más cornadas da el cine Califica la película de cursi y engolada (y), finalmente, inexpresiva La razón de tanto despropósito, según sea la versión del productor o del responsable de la dirección artística, varía. O, mejor, desvaría. Para el primero, el desacuerdo entre él y el director sobre el montaje final es la única causa de tanto penar. Para el segundo, denuncia mediante, los impagos del primero estarían detrás del, ya se puede decir, sainete. Ahora, lo único que queda por ver es la propia cinta. En su mediocridad, la película ni siquiera consigue ser la catástrofe categóricamente absoluta que promete. El director, antes acreditado guionista de trabajos como El color púrpura, consigue mantener la cinta en una tibieza monocorde tan falta de rigor como ausente de sentido. 

Al final, descartado todo lo demás, quedaba la esperanza para la última y la única de las metáforas posibles: la del desastre. Una película de la que se ha hablado tanto y con tanta inquina merecía ser, cuanto menos, la peor de todas. Y eso gusta. Pocas formas tan acreditadas de disfrutar como la de los placeres culpables. Pues no, la película antes que mala es mediocre, intrascedente, pueril. Y eso, no hay remontaje, por drástico que se quiera, que lo salve. No es tanto una película como un dolor, una simple cornada. La película no tuvo promoción alguna con los protagonistas y se ha transformado en una película maldita. Los problemas surgieron desde el comiendo del rodaje en un proyecto que parecía gafado. La diferente visión de la película entre el productor y el director fue uno de los primeros obstáculos del rodaje.
El productor, Andrés Vicente Gómez, explicó a ABC que «un extranjero tiene siempre una visión distorsionada del hecho nacional, sobre todo tan indígena como son los toros». La disparidad de criterios se eternizó en la posproducción de la película. De hecho, hay ocho versiones de montaje. El motivo principal de su retraso, sin embargo, ha sido económico que dio lugar a denuncias por impagos. La dificultad de rodar con toros reales retrasó la filmación, y retuvieron a Adrien Brody, con sueldo de estrella, asesorado en el toreo por Espartaco y Cayetano Rivera. 
Y, sobre todo, estaba la cuestión de los impagos. Construcciones Escénicas Moya, empresa responsable de los decorados de «Manolete», demandó judicialmente a la productora de Andrés Vicente Gómez, Iberoamericana Films, por 900.000 euros. El productor del proyecto de 21 millones de euros rebaja esa cifra litigiada a 200.000 euros. Moya consiguió embargar la cinta hasta 2011, pero la disputa judicial no se zanjó con comodidad hasta 2011. 
El estreno en España, después de varios intentos fallidos, fue posible gracias al acuerdo entre las productoras de la película, Iberoamericana Films y Era Audiovisual, con la distribuidora Premium Cine y hubo una exigua distribución en 51 salas, muy por debajo del habitual para una película de ese coste. 
Digamos que "Manolete" es superficial. Todo se toca muy por encima, de su trayectoria como torero, poquísimo, sólo sale el encuentro con su mentor y su muerte. El resto de la película, narra su historia de amor con Lupe Sino, no destaca por nada , ni por la decoración ni por el vestuario, , ni por múltiple montaje ni la fotografía. 
Una película que nació para la gloria, con estrellas internacionales en su reparto y un presupuesto de 11 millones de euros, pero acabó tachada de maldita, costando más del doble y con una suerte parecida a la de su legendario personaje. Para su productor, Andrés Vicente Gómez, se cierra “el mayor fracaso” de su carrera: “Estoy hasta el gorro de esta película. Pero me alegro de que se estrene: al menos mi madre dejará de preguntarme que cuando se estrena Manolete”. 
Félix Velázquez, cuya pequeña distribuidora, Premium Cine lleva el filme afirma que “Al principio insinuamos la posibilidad de hacer un estreno al uso, pero no ha podido ser por compromiso de los actores. Es complicado vincularles después de tantos años y tantas vueltas”. “Nos la ofrecieron los productores en mayo, justo antes del verano. Al principio fuimos reticentes porque todo el mundo en el gremio sabe que es una película maldita, pero al final aceptamos. Elegimos la fecha pensando que queda cerca del aniversario de la muerte de Manolete, un 28 de agosto”. 
Son 50 copias frente a las 250 copias habituales de la media española. "Es mi mayor fracaso", admite el productor Andrés Vicente Gómez Las escenas de toros (se rodaron 13 horas de corridas y se usaron 14 isleros) fueron el principal obstáculo. El uso de reses reales complicó en extremo el rodaje, cuyos retrasos suponían más y más gastos. Hasta 2011. 
Ese año 2011, el Ministerio de Cultura califica la película para su exhibición en salas. “Con lo cual entendemos que está libre de cargas, de otro modo no hubiese sido posible esa calificación”, explica el distribuidor Félix Velázquez. 
“El problema no se ha resuelto”, explica José Luis Moya, gerente de la empresa de decorados, hoy en periodo de liquidación con la que la productora seguía- según ellos en 2012-  debiendo 500.000 euros, es una deuda que tenemos reconocida. Solo pagó en parte, en uno de los juzgados, hace dos años. Lo justo para poder estrenar ahora. Pero seguimos teniendo dos demandas interpuestas por lo penal desde hace año y medio. Una admitida a trámite y la otra pendiente de admisión. En uno de los juzgados está embargada la taquilla, así que por lo que a nosotros respecta, mejor estrenarla de una vez, a lo mejor así cobramos”.
“Nunca volveré a hacer una película de toros”, asegura Andrés Vicente Gómez. “Cuando empezaba en el cine, trabajé en El espontáneo, de Jorge Grau, y luego en Más cornadas da el hambre, y siempre con problemas. Tendría que haber recordado lo que decía Orson Welles. Sencillamente, los toros y el cine no son un buen matrimonio”.
Lo cierto es que mi padre vio la película antes que yo y dijo de ella  como buen senequista "Bueno, se han pasao un pelín con la historia". Yo añado aquí lo que cantábamos de niños y de "coña" siguiendo su pasadoble algo que le viene ni como pintado a Andrés Vicente Gómez "Manoletea, Manolete, si no sabes torear, pa' que te metes" porque ya sabemos una cosa, más "cornás" da el cine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario