The Man Who Wasn't There es una de las películas - en este caso neo-noir- que me faltaban de los hermanos Coen que aquí actúan como guionistas, directores, montadores y productores como suele ser habitual en sus películas. Fue coproducida de forma independiente a través de productoras estadounidenses y británicas. También cuentan con su troupe habitual de actores y actrices donde por supuesto está Frances McDormand, omnipresente, así como Scarlett Johansson, que aparece jovencísima o hace de chica muy joven en esta película del año 2001.
Los hermanos que ya habían firmado juntos títulos como Valor de ley, Quemar después de leer, Arizona baby, Muerte entre las flores, Barton Fink, El gran salto, Fargo o LadyKillers ganaron en Cannes con esta película el premio al mejor director.
Quien dio el peso a lo largo de toda la película es el hierático y sombrío Billy Bob Thornton que encarna al personaje principal, un peluquero. El papel de la esposa lo interpreta la mujer de Joel Cohen que no intervenía desde Fargo cuando se llevó el Oscar a la mejor actriz. Junto a ellos completan el reparto James Gandolfini y Michael Badalucco.
La historia la de un aparente don nadie que en el verano de mil novecientos cuarenta y nueve, y mientras ejerce como peluquero de un pueblecito del norte de California, Ed Crane, se involucra en la inversión en un negocio ya que no es feliz con la vida que lleva además de sospechar de la infidelidad de su mujer, pretendiendo buscar una oportunidad de iniciar un chantaje en el que cree poder cambiar esa vida anodina y triste que llevaba. Sin embargo, su plan no hace sino dejar al descubierto secretos aún más oscuros en última instancia lo que conducirán al asesinato y al terrible final con el que acaba la película.
La historia está narrada durante el verano de 1949 en la localidad de Santa Rosa, ubicada al norte de California. Descubrimos que el protagonista es Ed Crane (Billy Bob Thornton), un barbero anónimo, que trabaja en la barbería de su difunto suegro y que lleva con profesionalidad su cuñado. Mientras que éste es un charlatán sin freno, Ed es de carácter melancólico, inexpresivo y reservado.
Ed está casado con Doris (Frances McDormand), una oficial contable con algunos problemas de alcoholismo como comprobamos cuando los dos hermanos, Frank y Doris, así como Ed son invitados a una boda típicamente italiana, en la que ella se emborracha y mostrándose extremadamente grosera.
En cuando a Ed, generalmente, contesta con no más que un gesto debido a que todo lo que sucede a su alrededor le resulta poco más que inerte. A tal punto que termina por sentirse hastiado de su vida, de aspecto rutinario y aburrido.
La barbería donde trabaja pertenece a Frank (Michael Badalucco), su cuñado y también colega, un auténtico charlatán.
Una día, en la barbería, Ed conoce a Creighton Tolliver (Jon Polito), un hombre de negocios que está buscando un inversor para desarrollar una nueva tecnología de limpieza en seco.
Después de pensarlo, a Ed le resulta convincente la idea y decide invertir. De forma anónima y sutil, Ed chantajea al jefe de su esposa Doris, un veterano de guerra apodado «Big Dave» (James Gandolfini), aprovechando que tiene la completa certeza de que Dave mantiene una relación amorosa con ella. De esta forma, Ed pretende conseguir los diez mil dólares que necesita para formar parte del negocio.
Big Dave en una fiesta le comenta a Ed que está siendo chantajeado por tener una relación amorosa al margen de su matrimonio. Esta persona que desconoce quien es le pide un dinero que si lo saca de la empresa delataría ante ella su relación extramarital.
Sin embargo, Dave retira el dinero de su empresa —el gran almacén Nirdlinger— para pagar el chantaje. Dave considera que el responsable es , según él, un "maricón", con bisoñé que había hablado previamente con él para un negocio de limpieza en seco. Sin embargo, descubre el plan y golpea a Tolliver hasta que este implica a Ed. Dave se enfrenta a Ed en el almacén e intenta matarlo, pero Ed lo apuñala fatalmente con una navaja para cigarrillos.
Después del funeral de Dave, la esposa de éste (Katherine Borowitz) se acerca a la casa de Ed y le comenta que un día, ella y Dave vieron un ovni.
Más tarde, se encuentran irregularidades en los archivos de contaduría del almacén. La policía arresta a Doris por desfalco y por la muerte de Dave. Doris pasa varias jornadas en la cárcel y allí recibe la visita de Ed , y después, la de su abogado.
Ante esto Ed contrata a Freddy Riedenschneider (Tony Shalhoub), un costoso y prestigioso abogado defensor de Sacramento, que llega a la ciudad y se aloja en el mejor y más caro hotel. Este continua viviendo extravagantemente con el dinero de la defensa de Doris, el cual Frank obtuvo hipotecando la barbería.
No obstante, Doris se cuelga en su celda durante la mañana antes del juicio. Más tarde el médico forense de la prisión se acerca un día a ed y le da a conocer que estaba embarazada al momento de su suicidio —aunque hacía años que ya no tenía relaciones con Ed—.
Riedenschneider abandona la ciudad indignado considerando que no ha podido realizar bien su labor en el juicio. Por su parte, Frank —ahora muy endeudado— empieza a beber mucho.
Ed visita regularmente a Rachel «Birdy» Abundas (Scarlett Johansson), la hija adolescente de Walter (Richard Jenkins), un abogado conocido de Ed, para escucharla tocar el piano.
Atormentado por la soledad, se imagina ayudándola a empezar una carrera musical y transformándose en su representante. Su fantasía se termina cuando un profesor de música, un francés de San Francisco, le dice que Birdy no tiene talento. Conduciendo de vuelta después de visitar al profesor, Birdy se le insinúa a Ed y trata de hacerle sexo oral, provocando que Ed pierda el control del vehículo y salga de la carretera.
Cuando Ed se despierta en el hospital, dos oficiales de policía le comunican que está bajo arresto por asesinato. La razón es que el cadáver de Tolliver ha sido encontrado por un chaval cuando se bañaba en un lago, junto al contrato de inversión de Ed. La policía cree que Ed obligó a Doris a extraer de la empresa el dinero de la inversión y luego mató a Tolliver para que no revelara el origen del dinero después de que este se diese cuenta.
Ed es enjuiciado por el asesinato e hipoteca su casa para volver a contratar a Riedenschneider. La declaración inicial de Riedenschneider al jurado es interrumpida cuando Frank ataca a Ed; el juicio es suspendido. Sin dinero y sin nada más para hipotecar, Ed se lanza a la corte a su suerte. La maniobra no funciona y el juez lo sentencia pena de muerte.
Mientras espera en el corredor de la muerte, Ed escribe su historia para venderla a una revista pulp. Poco antes de su ejecución, Ed ve un ovni en el exterior de la cárcel.
Finalmente, una mañana es conducido a la silla eléctrica. Reflexiona sobre su destino, sin arrepentirse de sus decisiones y con la esperanza de ver a Doris en el más allá, ambos libres de las imperfecciones del mundo mortal.
Los hermanos Coen empezaron a escribir el guion a mediados de los años 1990 e hicieron una pausa entre medio para filmar El gran Lebowski. Nuevamente disponibles, los hermanos se trasladaron a Irlanda —donde Frances McDormand se encontraba trabajando— para continuar con la escritura.
Una vez escrito el guion, los Coen se lo enviaron a los productores Eric Fellner y Tim Bevan de la compañía Working Title Films; tenían intenciones de iniciar la producción en 1999 pero aprovechando la disponibilidad de George Clooney prefirieron dedicarse a otro proyecto: O Brother, Where Art Thou?.
Tan pronto finalizó la filmación y montaje de O Brother, Where Art Thou?, a mediados del año 2000 los directores continuaron con The Man Who Wasn't There —en ese entonces titulada provisionalmente The Barber Project.
El proyecto se financió de forma independiente a través de las productoras Gramercy Pictures, Working Title Films y Good Machine —compañía de Ted Hope y James Shamus, quienes más tarde fundaron Focus Features— que reunieron un presupuesto aproximado de veinte millones de dólares. Sin tener claro aún quien iba a interpretar al protagonista, los Coen escribieron el personaje de Doris —la esposa de Ed Crane— y Frank —el dueño de la barbería— para Frances McDormand y Michael Badalucco, respectivamente.
Para protagonizar la cinta, los directores le dieron la oportunidad a un actor con quien no habían trabajado antes, Billy Bob Thornton, que aceptó la propuesta para encarnar al barbero antes de leer el guion: «Sabía que sería bueno. Hay ciertas personas con las que sabes que no puede salir mal», comentó el actor. Parece ser que Bill Murray fue tenido en cuenta para el papel que finalmente sería de Thornton.
Mientras que para el rol del jefe y amante de Doris, los Coen convencieron a James Gandolfini, quien según ellos era «perfecto para el personaje». Otros dos actores ya conocidos por los Coen, Jon Polito y Tony Shalhoub, también se sumaron al reparto, completado por Adam Alexi-Malle, Katherine Borowitz, Richard Jenkins y la en ese entonces adolescente Scarlett Johansson. Cuando Jenkins recibió la llamada para asistir al casting su respuesta fue negativa debido a que ya había asistido a tres pruebas de selección para tres producciones anteriores de los Coen, sin éxito en ninguno de los casos. No obstante, los directores finalmente lo eligieron para el rol.
La filmación comenzó el 26 de junio del año 2000 en California y finalizó el primero de septiembre, tras diez semanas de rodaje.
Se comenzó a filmar en la abandonada Lincoln Heights Jail de Los Ángeles para ambientar una celda de una cárcel de la ciudad de Santa Rosa.
Más adelante, el equipo se trasladó al Este de Los Ángeles y luego al restaurante de Hollywood Boulevard Musso & Frank Grill, donde Ed Crane se reúne por primera vez con su abogado.
El rodaje continuó en Thousand Oaks durante dos días para realizar las escenas de la boda en el campo; previo a sus escenas, Michael Badalucco tuvo que practicar con cerdos para la escena en donde se monta sobre uno.
A continuación, la producción volvió a Los Ángeles para filmar en una iglesia presbiteriana sobre Wilshire Boulevard y en el Centro de Los Ángeles, donde se filmó en un complejo de apartamentos que se utilizó para hacer las escenas del vestíbulo del hotel. Un Bank of America abandonado ubicado también en el centro se utilizó para las escenas en que Ed va al banco.
El edificio de Nirdlingers, donde Doris trabaja como contable, se creó a partir de una tienda de muebles abandonada ubicada de Glendale, el diseñador de producción Dennis Gassner recordó: Tuvimos que modernizarlo en cierta forma, manteniendo lo que ya estaba en la arquitectura y haciendo que funcionara para el estilo moderno de 1949. Ese espacio era como una cantera de donde podía extraer lo que necesitaba. De hecho, utilicé algunos diseños amurados art déco de cromo que habían sido mantenidos en las paredes y varias molduras de la pared.
Parte importante de la filmación se llevó a cabo durante un día en la ciudad de Orange, que se usó para representar los exteriores del pueblo de Santa Rosa, donde se ambienta la mayor parte de la película. Aunque se rodó un solo día en Orange, el equipo trabajó más de dos semanas ambientando las calles de acuerdo al año 1949: se reemplazaron señales de tránsito, se modificaron fachadas y se realizaron reparos menores en calles.
Las escenas exteriores de la casa de Ed Crane se filmaron en el barrio de Bungalow Heaven, en Pasadena, un sitio popular y económico a mediados del siglo veinte. Los Coen eligieron la casa con el techo más bajo para lograr la impresión de un espacio más reducido y así representar la situación económica del barbero. Las escenas del salón del profesor de piano también se rodaron en Pasadena, exactamente en el complejo de edificios del Hotel Green. Se usaron locaciones para filmar casi toda la película a excepción de algunas escenas, como por ejemplo las de la barbería —las últimas antes del final de la filmación— realizadas en un set construido por Gassner en los Paramount Studios.
La fotografía fue cosa de Roger Deakins. Lo hizo en blanco y negro de forma fue sencilla y tradicional. La mayoría de las tomas se hicieron con la cámara a la altura de la vista, con lentes normales y una larga profundidad de campo. En comparación con las viejas películas de cine negro estadounidense, Deakins usó una amplia gama de grises e intentó crear poco contraste sin muchas sombras fuertes, utilizando menos cantidad de luces y de mayor tamaño. A pesar de estar ambientada en el pasado, utilizó tecnologías contemporáneas y quería que The Man Who Wasn't There reflejara la era en que estaba siendo realizada: «no tratamos de hacer una película vieja», dijo Deakins. Se filmó en formato de 35 mm en color y convertida a blanco y negro durante la postproducción. Ese procedimiento se debió, en parte, a razones técnicas puesto que en las últimas décadas la disponibilidad de rollos de película en blanco y negro era muy escasa. Sin embargo, debido a exigencias contractuales y de marketing, en algunos países se estrenó en color. «La película se hizo para ser vista en color», afirmó Joel Coen, y mencionó que en color se vería «horriblemente fuera de lugar» debido a que la escala de grises neutralizó colores ajenos a la época de ambientación de la trama. Por un montón de razones intangibles que no son fáciles de explicar, el blanco y negro pareció ser apropiado para la trama. Es una película de un período histórico y el blanco y negro ayuda a la sensación de esa época. Es evocativo para una historia como ésta de maneras que la fotografía en color no lo es" señaló Joel Coen
El diseño de escenarios y vestuario a cargo de Dennis Gassner y Mary Zophres, respectivamente, debió adaptarse a la ausencia de color, evitando altos contrastes que distrajeran la atención. El blanco y negro también tuvo un efecto en los actores, intensificando algunos elementos: «tan solo un close-up es muy llamativo por las sombras y la sensación de profundidad», dijo McDormand. No obstante, el equipo no perdió de vista la versión en color y diseñó las locaciones evitando los colores luminosos y prefiriendo marrones y grises.
La vestimenta de Ed Crane consistió en sacos deportivos y camisas de gabardina y rayón típicas de esos años, sus medias no tenían elásticos en la parte superior y —al igual que los extras— usó ligas para sostenerlas. Entre las prendas femeninas se incluyeron medias con costura, fajas y sostenes puntiagudos.
El traje cruzado con solapa en pico del abogado defensor Freddy Riedenschneider estuvo inspirado en Salvador Dalí, según la responsable de vestuario, Mary Zophres: «Es un poco inusual para la época y sugiere opulencia».
Para componer la apariencia de su personaje, Thornton observó imágenes de figuras de aquella década y tomó prestado algunos elementos de Raymond Burr y Frank Sinatra. El actor comentó al respecto que «una vez que consigues la apariencia adecuada, todo en tu actitud cambia».
Cuando Ed aparece en pantalla, casi siempre se lo ve fumando un Chesterfield. Además, barberos profesionales capacitaron a Thornton y Badalucco.
La banda sonora de la película consiste en música clásica, principalmente sonatas para piano de Ludwig van Beethoven, intercalada con siete nuevas composiciones de Carter Burwell. Además de Beethoven, la banda sonora incluyó una composición de Mozart, «Sull'aria... che soave zeffiretto». La inclusión de la música clásica es un recurso que distingue a la película de otras del género noir.
El editor musical Todd Kasow se encargó de seleccionar sonatas adecuadas para la banda sonora mientras que Burwell empezó a trabajar en una composición «pianocéntrica». Algunas de las composiciones presentan estructuras «cíclicas» que simbolizan la situación en la que se encuentra el protagonista y su dificultad para liberarse de ella, pero al mismo tiempo, los Coen sentían que era esencial para el personaje que la música sugiriese «un vago anhelo».
El periodista Dan Goldwasser describió el trabajo de Burwell como «oscuro y solemne» y escribió que la composición principal, «The Trial of Ed Crane», tiene «una especie de romanticismo con un mínimo dejo de esperanza». The Man Who Wasn't There fue la novena película en la que Burwell colaboró con los hermanos Coen.
El filme se estrenó en el Festival de Cannes en mayo de 2001. Tras Cannes, la cinta llegó a otros festivales de cine europeos de ese año como Edimburgo, Flandes, Varsovia y Viena.
Después de su estreno en el Festival de Cannes, Joel Coen se llevó el premio al mejor director y compartió el premio con David Lynch por Mulholland Drive. La película además estaba nominada a la Palma de Oro, el mayor reconocimiento del festival, pero La habitación del hijo de Nanni Moretti se llevó el premio.
Asimismo, la cinta formó parte de la selección de las diez mejores del año del National Board of Review.
El filme estuvo nominado a una estatuilla en la 74.ª entrega de los premios Óscar en la categoría de mejor fotografía (Roger Deakins), aunque finalmente el premio se lo llevó Andrew Lesnie por El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo.
Asimismo, la película recibió tres nominaciones a los Premios Globo de Oro en las categorías de mejor película dramática, mejor guion y mejor actor dramático (Billy Bob Thornton), pero no consiguió llevarse ninguno.
El director de fotografía Roger Deakins obtuvo el galardón en la categoría de mejor fotografía de los Premios BAFTA.
Adicionalmente, Deakins recibió múltiples reconocimientos por parte de otras organizaciones, incluyendo la American Society of Cinematographers, la Boston Society of Film Critics, la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles, los Críticos de Cine de Nueva York en Línea, la Sociedad de Críticos de Cine en Línea y los Premios Satellite, entre otras.
Muchos críticos elogiaron el filme tanto por su técnica como por sus actuaciones.
Richard Schickel, de Time, escribió: «La capacidad de no mostrar emoción no es una cualidad muy apreciada en protagonistas de películas, pero Billy Bob Thornton, ese actor espléndido, lo hace de manera perfecta como Ed Crane, un taciturno barbero de pueblo, hacia 1949».
Otros críticos también elogiaron el rol protagonista de Thornton, como por ejemplo Emanuel Levy, quien opinó que Thornton «se absuelve maravillosamente a sí mismo en un papel desafiante que exige más reacción que acción» y agregó: «parece un atormentado Montgomery Clift».
La revista Variety escribió que el protagonista de la película «establece nuevos estándares de opacidad y pasividad». A pesar de escribir una reseña poco entusiasta, Todd McCarthy, de Variety, elogió el trabajo de Deakins, los escenarios de Dennis Gassner y el vestuario de Mary Zophres para crear una «representación superior del periodo de posguerra en una pequeña ciudad».
Desde Illinois, Jonathan Rosenbaum, en las páginas del periódico Chicago Reader, destacó que «Joel e Ethan Coen se mantienen fieles a su inclinación por héroes torpes y neo-noir, y a su firme convicción de que la vida normalmente se vuelve espléndidamente horrorosa». Al igual que hicieron varios críticos que destacaron la fotografía en blanco y negro de Roger Deakins, este diario, El Reader de Chicago comparó la fotografía con la de 8½ de Federico Fellini.
En otro diario de Illinois, Roger Ebert, del Chicago Sun Times, comentó: "la película es eficaz y segura en su estilo, tan amorosa y tan intensa que si usted la recibe con esa misma frecuencia, le será como una fiesta".Y añadió en su crónica "El aspecto, el sentimiento y la ingenuidad de esta película están tan adorablemente moduladas que te preguntas si alguien más podría haberlo hecho mejor que los Coen. Probablemente no (...)" .
Más al sur, en concreto en Texas, Marc Savlov, del The Austin Chronicle, anunció que era «la película más bonita del año» y agregó que «la actuación de Billy Bob Thornton representa un diamante en bruto deslumbrante».
Peter Travers, de la revista Rolling Stone, escribió sobre ella que "Siempre interesante y endiabladamente divertida (...) 'Man' evoca clásicos noir de los años 40, como 'Double Indemnity'" , y la citó como una de las mejores cintas del año y expresó que es «diabólicamente divertida» y destacó la fotografía y las actuaciones. Travers incluyó a The Man Who Wasn't There en el número ocho de su lista de las diez mejores películas indie de 2001.
En la costa este, Michael Sragow, del The Baltimore Sun, señaló que "The Man Who Wasn't There es una intelectualizada, estilizada y completamente vacía producción de época. Pese a su espléndido y claustrofóbicamente controlado aspecto en blanco y negro, tiene el mismo impacto que una pistola de juguete". Una crónica parecida se publicó en el New York Post al decir que "A pesar de su brillantez visual, su inteligencia en todos los aspectos y la manera en la que muestra una profunda comprensión del género, no acaba de funcionar". Frente a estas crónicas no tan positivas, A. O. Scott del The New York Times escribió que era "Una película bella y evocadora que no hace alusión a nada fuera de sí misma y que se dispersa como el vapor tan pronto como termina"
En Gran Gretaña, Kim Newman de Empire comentó que la película había sido "Un trabajo fascinante, inusual y complejo de los directores más consistentes y brillantes de la última década (...) ". Peter Bradshaw, del The Guardian, afirmó: «Es la mejor película estadounidense del año»; y, en este mismo diario británico, Philip French, también afirmó que se trataba de la mejor película del año hasta ese momento. En
Time Out se publicó una crónica que decía de la película que era "Un intento valiente y logrado de explorar los esfuerzos internos de alguien que simplemente no se siente como la mayoría de nosotros"
El crítico de la BBC Nev Pierce también la calificó como «una de las mejores películas del año» y sobre su visionado agregó que se trataba de «una experiencia única, peculiar, cautivadora».
El crítico Matthew Turner de View London comentó que el blanco y negro «no se veía así de espléndido desde los años 1940».
Ya en España Ángel Fernández Santos crítico de El País dijo de ella que "Arrastrado por la fuerza de McDormand y Thornton, está a punto de recomponer con cine de viva modernidad un viejo molde clásico (...) al final, como un tintero al que alargan la tinta echándole agua y agrisando su negrura, se viene abajo tras alcanzar algunas sorprendentes singularidades."
Y cómo la he visto en TCM admirando su fotografía , el tono de la película, el impresionante guion, la adecuación y brillantez con respecto en este caso a la inclusión de la voz en off, al impecable trabajo de toda la troupe Coen, pero especialmente impresionante Billy Bob Thorton, en una película en la que el OVNI está bien traído, aquí adjunto tres imágenes sobre la película
Con respecto a la ambientación rural, el historiador José María Caparrós señaló: «Pocas veces el cine estadounidense se ha asomado de una forma tan sutil y contundente para ofrecer un testimonio del hondo vacío existencial y de la mediocridad de la América profunda».
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