lunes, 13 de enero de 2025

Los Santos inocentes



Hay películas que salen redondas. En ocasiones hay que darle las gracias a los directores, pero en algunas el hecho de tener un gran guion y de contar con un grupo de actores excepcionales puede dar lugar a eso. 

El caso de la santa inocentes en el cine español es uno de ellos. Se trata de una película del año 1984 y que contó con la dirección de Mario Camus que ya venía de acero del trabajo magnífico en la colmena. Si la colmena se adapta un libro de Camilo José Cela, en los Santos inocentes se adapta una obra de Miguel Delibes, posiblemente el escritor que mejor ha conocido el campo y el mundo rural español.

Su obra, una obra corta, con únicamente cuatro capítulos que hacen referencia a los cuatro protagonistas de la obra, en los que Paco el bajo y Azarías así como la niña chica y quise completando las historias terribles que tienen como trasfondo la desigualdad social en la Extremadura de los años 60. 



La película comienza con la llegada de Quirce, que está haciendo el servicio militar a Zafra. Tras entrar en la cantina de la estación va en busca de su hermana, Nieves , que trabaja en una empresa de la localidad pacense. Tras eso le pregunta por los padres y por la muerte de su otra hermana, la "niña chica". Poco después conocemos a sus padres en un momento previo a esa escena. Se trata de Paco (Alfredo Landa) y Régula (Terele Pávez) que viven en un chozo en la raya con Portugal. Forman, junto a sus tres hijos, Quirce, Nieves y Charito (la niña chica) (aunque en la novela existe un cuarto hijo, Rogelio), una familia de campesinos a las órdenes de los señores del cortijo, en este caso una marquesa que va puntualmente al mismo- que aguanta toda clase de órdenes y humillaciones sin queja alguna.



Paco, el Bajo (Alfredo Landa) es el cabeza de familia. Se trata de un hombre servicial y trabajador que vive con su familia en condiciones de extrema pobreza. Régula ( Terele Pávez) es su mujer, una persona abnegada que se dedica al cuidado de su hogar y de sus hijos. 



Un día se presenta Azarías (Paco Rabal), el hermano discapacitado de Régula, pues ha sido despedido del cortijo en el que él trabajaba, el cortijo de La Jara, pues se orinaba en las manos para que no se le agrietasen, y decide unirse a la familia de su hermana para trabajar. El hermano de Régula es un hombre mayor con discapacidad intelectual, cuya ternura y conexión con la naturaleza, especialmente con su grajilla, su "milana bonita", será clave en el desarrollo y desenlace de la historia. 



Frente a ellos está el señorito Iván (Juan Diego), el cruel y despótico terrateniente, hijo de la Duquesa (Mary Carrillo) que simboliza el abuso y la humillación ejercida por las clases privilegiadas. Ahora, deberán hacer frente a todas las penurias típicas de la época juntos. 

La película fue rodada en un lluvioso otoño de 1983 en las localidades pacenses de Zafra, en Mérida y en Alburquerque, en la raya con Portugal que ha sido presentada  como la frontera del subdesarrollo en palabra de los escritores Antonio Pintado y Eduardo  Barrenechea. 

La película comienza con una foto fija en la que aparecen todos los protagonistas. Tras ella nos informamos de que la productora es una desconocida común Ganesh, producciones cinematográficas. El director de producción fue Andrés Santana, aunque el productor fue Julián Mateos.  

El montador fue  José María José María Biurrun y el director artístico Rafael Palmero. La película contó con la música de Anton García abril y la fotografía de Hans Burmann.



La película cuenta con el magistral trabajo de Alfredo Landa, de Paco Rabal y de Terele Pávez, así como tres secundarios de lujo como Agustín González, Ágata Lys y Juan Diego. Tristemente de ninguno de ellos está hoy con vida. Junto a ellos aparecen Belén Ballesteros Juan Sánchez y Susana Sánchez. También participa a Mari Carrillo, José Guardiola, Maribel martín, Manuel Zarzo,...

La adaptación cinematográfica correspondió a Antonio Larreta, Mario Camus y Manuel Matji. La película contó con el sonido de Carlos Faruelo, el maquillaje de Mariano García Rey y el vestuario de León revuelta. 



La película se desarrolla en los años 60 y conocemos la desgraciada vida de una familia de campesinos que miserablemente un cortejo extremeño bajo la autoridad absoluta de los terratenientes. La vida de los campesinos es pura renuncia, sacrificio y obediencia. 

La película narra la vida de una humilde familia campesina que trabaja como jornaleros en una finca propiedad de una familia aristocrática. La historia explora la opresión de la clase trabajadora por parte de los terratenientes, exponiendo el abuso de poder, la sumisión y las tensiones de una sociedad profundamente estratificada que refleja la desigualdad social y explotación de los trabajadores rurales extremeños con la subordinación de los campesinos frente a la arrogancia y prepotencia de los terratenientes. Frente a ello vemos la dignidad y la resistencia silenciosa de los campesinos que a pesar de las humillaciones, una dignidad que contrasta con la vileza de los poderosos. 

Otro tema a destacar en la película es la relación del hombre con la naturaleza representado por Azarías, con su amor por los animales y la naturaleza, representa una pureza que el mundo opresivo y deshumanizador intenta destruir, así como el fatalismo y resignación de los trabajadores del campo pues la película refleja la falta de esperanza de los personajes frente a un sistema que no ofrece vías de escape. 

En 1981 Miguel Delibes publicó su novela Los santos inocentes, enmarcada dentro del periodo realista del autor, que la dedicó al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, fallecido antes de la publicación del libro. Delibes había concebido la obra como una intención de mostrar la incultura y la pobreza a la que se veían sometidos los trabajadores de los latifundios fronterizos con Portugal. 

Su título hacía mención a la matanza de los Inocentes, en donde los inocentes son sometidos y oprimidos, y tienen un castigo de pobreza y desdicha sin tener la culpa de ello. Frente a ellos, los señoritos con una doble moral que se muestran indiferentes ante la miseria que sufren los campesinos. A la hora de redactar el guion, cada uno de los guionistas hizo una escaleta de la película y posteriormente se redujeron los seis episodios que componen la novela a solo cuatro, por lo que no se incluyeron algunos personajes y se obviaron algunas partes. 



Después de ello, se partió la escaleta en cuatro partes, siendo la primera desde que Quirce le lleva la milana a su tío Azarías para disculparse por reírse de él, que fue escrita por Mario Camus; la segunda contaba el trabajo de Nieves en la casa de los señores, que fue escrita por Antonio Larreta; luego vino la parte, la de la cacería de Paco el bajo, y la última, la de Azarías, estas dos últimas escritas por Nicolás Matji. 

Tras un mes, los guionistas se volvieron a reunir tras acabar sus partes y ambos estuvieron conformes con lo que habían escrito. 

El rodaje de la película comenzó a finales de octubre del año 1983, aunque tuvieron que hacer una construcción de uno de los escenarios en la finca del Zajarrón. 

Dos de las escenas más complicadas de la película fueron cuando la milana se escapa cuando le están tomando una foto a la familia y se va a un torreón para luego volver al hombro de Azarías, pues dependía únicamente de lo que hiciese el ave, y cuando Paco el bajo se fractura el peroné, pues tenía que resultar creíble que en realidad caía desde la rama más alta del árbol. 

La composición de la banda sonora fue encargada a Antón García Abril, quien realizó la música a piano. Después se la mandaron a Pedro Madrid, quien se aprendió de memoria la banda sonora y la tocó con el rabel a cambio de 5000 pesetas. La agrupación folklórica Juéllega Extremeña ameniza la Comunión del niño Carlos Alberto con música y canciones tradicionales. 

A lo largo de la película vamos conociendo la vida cotidiana en el cortijo se muestra con minucioso detalle y muestra una rutina opresiva basada en una rígida jerarquía. En la cima de este sistema estratificado se encuentran los aristócratas propietarios de este y otros cortijos, así como los políticos franquistas y los funcionarios de la Iglesia que los visitan rutinariamente. 

Las clases medias rurales están representadas por el administrador Pedro y su aburrida esposa Pura. Los sirvientes de la casa y los siervos modernos que cuidan la tierra ocupan el nivel inferior y son tratados como seres infrahumanos por todos los demás.

Los miembros de cada escalón se sienten con derecho a humillar a quienes se consideran sus inferiores sociales. Por ejemplo, el hijo del dueño, el señorito Iván, vuelve a menudo a la finca para mantener abiertamente un romance con Pura, y su marido, que sabe lo que hace, descarga su ira impotente sobre los trabajadores, en particular sobre Azarías. 

Paco y Régula aceptan las reiteradas humillaciones de su posición como dependientes a capricho de los dueños y del administrador de la finca, pero Nieves y Quirce están menos acostumbrados a esta realidad y aspiran a una vida mejor. Además de su romance con la mujer de Pedro, otro motivo de las visitas de Iván es su pasión por la caza . Se organizan partidas de caza rutinariamente en la zona. Paco, a quien obliga a subir a un árbol para atraer a las palomas, se cae y se rompe una pata. Quirce reemplaza brevemente a Paco, pero su actitud distante irrita a Iván, que está más acostumbrado al servilismo de los padres del joven. Cuando queda claro que la pierna de Paco no se curará a tiempo para la siguiente partida de caza, Iván intenta utilizar a Azarías y, en un ataque de ira durante una cacería infructuosa, mata a tiros a la grajilla mascota del hombre. 

La siguiente vez que Azarías es enviado a un árbol para trabajar como señuelo, le pone una soga al cuello a Iván y lo ahorca como venganza. Su edad mental infantil le ahorra un procesamiento legal (que en la España de los años 60 habría conllevado una larga pena de prisión o incluso la pena de muerte) y es internado en un manicomio. 

La película tuvo sus reconocimientos, algunos de ellos, importantísimos. Ganó la mención especial del jurado en el Festival de Cannes en 1984 y, por sus interpretaciones, Alfredo Landa y Paco Rabal recibieron ex aequo el premio de interpretación masculina. Tuvo ade más una Mención especial en el llamado Jurado Ecuménico Internacional. En la 40.ª edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos fue la película ganadora. En los Fotogramas de Plata obtuvo varias nominaciones al Mejor actor de cine en las actuaciones de Francisco Rabal, Agustín González y Alfredo Landa, quien resulató ganador; y en el apartado femenino a Mejor actriz de cine Terele Pávez fue candidata. Por último en los Premios ACE (Nueva York) Alfredo Landa, optó al premio al mejor actor.



Lo cierto es que el trabajo de los actores es magistral. Alfredo Landa , que ya había abandonado la fase del "landismo" hizo una interpretación estelar. Tanto la crítica como el público concuerdan en que es la mejor interpretación de la carrera del actor. A la hora de preparar el personaje, Landa lo trató como un personaje de bondad absoluta y no como alguien servil, más bien como un perro que sigue amando a su dueño aunque este le maltrate, y debía tener la misma mirada que un perro que fuese abandonado en la carretera por su dueño. 

Por su parte, el otro actor con una interpretación magistral es Francisco Rabal. Desde el principio, el director Mario Camus tuvo claro que Francisco Rabal iba a ser quien interpretara el personaje de Azarías. Para preparar el personaje, Rabal convivió durante varios meses con un ciudadano del pueblo llamado Juan Flores Domínguez, más conocido como Barrunta, para aprender sus gestos, su forma de andar, sus costumbres, llegando incluso a comprarle la ropa a Barrunta para ponerse mejor en el papel. Con esta película, la carrera de Rabal remontó definitivamente tras haber pasado por la década de los setenta, que le obligó a llegar a pedir dinero prestado a otros. Es un "niño encerrado en el cuerpo de un hombre" que se mueve por instintos primarios y rutinas automatizadas. En palabras del propio Delibes es, junto a "la niña chica", el verdadero inocente de la historia, pues "era un engorro, como otra criatura", según menciona en la película Régula. Es inocente porque tiene deficiencias psíquicas y porque no es consciente de que causa perjuicio a los demás.

Juan Diego , igualmente borda su papel como señorito Iván. El actor sevillano fue elegido para el papel tras recordar su participación en el episodio de la serie Del dicho al hecho. 

Brillantes están igualmente, Agustín González como Don Pedro, el administrador del cortijo; la bellísima Ágata Lys como Doña Pura, la esposa de don Pedro al que le pone los cuernos, Mary Carrillo como la Sra. marquesa, la bella Maribel Martín como la Srta. Míriam que queda horrorizada cuando descubre a la niña chica, y breve pero acertado como siempre el papel de Manuel Zarzo como Doctor , siendo - creo- el único de los que participa que a día de hoy está vivo junto al no acreditado y hoy totalmente perdido para el cine, Liberto Rabal y Maribel Martín. 

Por último, para algunos de los que aparecen fue el primer y único papel en el cine como es el caso de Belén Ballesteros que interpreta a Nieves, la hija de Paco y Régula. Mario Camus la eligió por su "mirada melancólica", que podía incluso decir lo que pasaba con los ojos. A pesar de sentirse orgullosa del papel, Belén dijo que le trajo su participación diversos problemas, pues su familia era más cercana a la de los dueños de la finca que a los trabajadores del campo . Algo parecido le ocurre a Quirce que interpretó Juan Sánchez. 

Mario Camus adopta un enfoque sobrio , contenido y realista que recoge con acierto lo que son esos paisajes de dehesas en los que viven los trabajadores en sus chozos que transmite el aislamiento y la dureza de la vida rural. Y lo hace con un ritmo episódico, dividiendo la historia en capítulos que tienen siempre a un protagonista , pero a su vez imprime un pausado, para enfatizar la monotonía y el peso de las condiciones de vida de los campesinos. 

Uno de los grandes aciertos de Camus es que al poner el énfasis en los silencios y los gestos, más que en los diálogos, hizo que los actores reflejarán más introspección que expresividad, salvo en Azarias. La dirección de Camus logra captar el espíritu de la novela de Delibes, creando una obra que es al mismo tiempo un documento social y un testimonio poético, y se produce en estos casos una igualación en calidad entre obra literaria y cinematográfica. 

El propio Miguel Delibes afirmó que le gustó la adaptación y estuvo conforme con la visión que dieron de la misma el director y los guionistas. En taquilla fue un éxito, convirtiéndose en su momento en la película más taquillera del cine español, con 523 904 485 pesetas. Los Santos Inocentes de Mario Camus recibió elogios unánimes de la crítica tanto en España como a nivel internacional, destacándose como una obra maestra del cine social y un fiel retrato de la España rural y opresiva de mediados del siglo XX. En la actualidad es valorada como una de las obras maestras del cine español. En El País se elogió la fidelidad de la película a la novela de Miguel Delibes, destacando que Mario Camus consiguió plasmar con precisión el espíritu y la atmósfera de la obra literaria.se destacó de la película la actuación de Francisco Rabal y Alfredo Landa fue descrita como "sobrecogedora", especialmente por la contención y autenticidad que aportaron a sus personajes. 

En Fotogramas se destacó la dirección de Camus, calificándola como una "lección de narrativa cinematográfica", con un estilo sobrio y directo que intensifica el drama humano sin recurrir al sentimentalismo excesivo. La revista también subrayó la importancia del guion, escrito por Camus junto a Antonio Larreta, que mantiene intacta la profundidad y la crítica social de Delibes. De ella un crítico de Fotogramas escribió «consigue un notable poder de convicción, especialmente a través de las memorables interpretaciones de sus protagonistas, pero no trasciende las limitaciones propias del naturalismo más tradicional». En Twitter he leído en la cuenta de Fotogramas que fue "Una radiografía certera de aquel país de cortijos, señoritos y milanas. Esa España gris y convulsa de los años 60. La de Delibes, la de Mario Camus. Una obra maestra". 

En la Vanguardia se alabó el tratamiento visual de los paisajes rurales, calificándolos como "personajes en sí mismos", que refuerzan la sensación de aislamiento y la opresión de los personajes. El diario catalán mencionó que la película no solo narra una historia, sino que es "un retrato atemporal de la España profunda y sus tensiones sociales".

Fuera de España el diario francés Le Monde consideró que la película es una "obra universal", a pesar de retratar una realidad muy específica de España y destacó el simbolismo de la figura de Azarías y su "milana bonita" como una metáfora conmovedora de la inocencia y la pureza enfrentadas al poder y la crueldad. 

Cahiers du Cinéma vio en ella un adecuado equilibrio entre el realismo brutal y la poesía, comparando la obra de Camus con el cine neorrealista italiano por su capacidad de capturar la vida de los marginados con humanidad y profundidad. 

En The New York Times se describió "Los Santos Inocentes" como una "crítica mordaz de la desigualdad social y la explotación" y señaló que las actuaciones eran "tan naturales que parecían documentales", y aplaudió la capacidad de la película para transmitir emociones complejas con economía de palabras.

Estamos ante una obra imprescindible y monumental del cine español, por las sentidas actuaciones de los protagonistas, en base al acierto de la dirección y al soberbio guion llevado al cine partiendo de la obra de uno de nuestros más grandes escritores que conocía a la perfección el mundo rural, Don Miguel Delibes. 



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