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lunes, 22 de abril de 2024

La patrulla del coronel Jackson



El cine bélico ý de propaganda del año 1945 cuando la Segunda Guerra Mundial, al menos, en el Pacífico no había terminado tiene productos como éste que se vendió en España con el título La patrulla del Coronel Jackson. 

En esta película se nos narra la actuación del ejército norteamericano con la ayuda de las milicias Filipinas que habían sido derrotadas en Batán y que ahora se enfrentará al ejército de imperial sin temor ninguno. La película describe eventos (algunos ficticios y otros reales) que tuvieron lugar después de la Batalla de Bataan (1941-1942) en la isla de Luzón en Filipinas . El título provisional de la película era El ejército invisible . 

La película que fue rodada con el título Back to Bataan o  The invisible army cuenta con la dirección de uno de los grandes, Edward Dmytryk, y con la participación en la misma de John Wayne y Anthony Quinn, ambos protagonistas del cine de propaganda de los años 40 y que, por supuesto, está inspirada en hechos reales. Se trató de una producción de la RKO Radio Pictures en la que estuvo presente Robert Fellows. 

La película comienza en el presente, 1945, momento en que los Rangers del ejército estadounidense asaltaron el campo de prisioneros de guerra japoneses de Cabanatuan y rescataron a sus prisioneros de guerra. Es el 30 de enero de 1945, en la isla de Luzón, con la liberación de Cabanatuan, un campo de prisioneros de guerra del ejército imperial japonés. 

Estamos en la Segunda Guerra Mundial luchan en el frente de Filipinas con el protagonismo absoluto del coronel estadounidense Madden y su amigo filipino Andrés Bonifacio, nieto de uno de los libertadores tagalos en la guerra contra España, que está triste porque su prometida quiere la rendición frente a los japoneses. Esta operación ha sido conducida por el capitán Andrés Bonifacio (Jr.), contra la opinión de su superior, el coronel Joseph Madden. 

Tras eso , la película se remonta a marzo de 1942 y a la península de Bataan en Filipinas. Mientras las tropas del ejército estadounidense al mando del general MacArthur luchan por resistir en Bataan contra los japoneses, el coronel Joseph Madden ( John Wayne ) ordena a uno de sus oficiales, el capitán Andrés Bonifacio ( Anthony Quinn ), que tenga más ánimo. 



Bonifacio ha estado bajo presión porque su novia Dalisay Delgado ( Fely Franquelli ) aparentemente está colaborando con los japoneses, transmitiendo propaganda por radio. 

Más tarde, Madden es elegido para escaparse de las líneas y organizar a los filipinos para que luchen como guerrillas contra la ocupación japonesa. Su oficial al mando le hace saber que Delgado en realidad está utilizando las transmisiones de propaganda para transmitirles en secreto información valiosa, pero se le ordena que no revele ese hecho a nadie, ni siquiera a Bonifacio. 

Madden se pone en contacto con un grupo de combatientes de la resistencia filipina , pero cuando emprenden su primera misión, se encuentran con la maestra de escuela estadounidense de mediana edad Bertha Barnes (Beulah Bondi). 



Ella y sus alumnos se unen a la guerrilla después de que los japoneses ahorcan a Buenaventura Bello (Vladimir Sokoloff), el director de su escuela y un querido amigo, por negarse a quitar la bandera estadounidense. Pronto, éste último recibe la orden de llevar a cabo en Luzón operaciones de guerrilla, en colaboración con los resistentes filipinos.

Al emprender su primera misión para destruir un vertedero de gasolina japonés, Madden y sus hombres se topan con la Marcha de la Muerte de Bataan y se dan cuenta de que Bataan ha caído. 

Muchos de los filipinos se desaniman, por lo que, para estimular su voluntad de luchar, Madden encuentra y organiza el rescate del Capitán Bonifacio de la Marcha de la Muerte. Esto funciona. Para su primera misión, los guerrilleros van a la aldea filipina y ahorcan al oficial japonés que ordenó el asesinato de Bello. 

Durante el año siguiente, Madden y sus guerrilleros atacan puestos de avanzada, depósitos de suministros, aeródromos militares y otras instalaciones japonesas. Ayudará al grupo Dalisay Delgado (Fely Franquelli) , la prometida de Bonifacio, que trabaja en apariencia para la administración a sueldo del imperio Japonés. Lo que no sabe es que ella suministra la información cifrada a los guerrilleros anti-japoneses. 

En una misión en Manila ,Andrés descubre la verdad y también ve el peligro en que ella se encuentra. Tienen que huir juntos y unirse a su vez con las guerrillas. El mayor Hasko (Richard Loo), uno de los comandantes japoneses, intenta apaciguar a la población local organizando una ceremonia de semiindependencia para reducir el apoyo popular a la resistencia filipina. Madden, Bonifacio y los guerrilleros atacan la ceremonia, donde Dalisay finalmente revela su verdadera alianza durante su transmisión de radio: insta a su pueblo a levantarse contra los japoneses. 



La mayoría de las tropas japonesas mueren en el ataque, pero un joven filipino llamado Máximo Cuenca (uno de los estudiantes de Barnes) es capturado. 



Después de ser golpeado, acepta llevar a los japoneses al escondite de Madden. Sin embargo, a medida que se acercan a ese lugar, Máximo, sentado en el asiento delantero de un camión de transporte japonés, de repente agarra el volante y lo envía a toda velocidad por la ladera de una montaña. Más tarde muere en los brazos de la señorita Barnes. 

Se ordena al coronel Madden que abandone el campo, dejando al capitán Bonifacio al mando de la resistencia filipina. Varios meses después, en octubre de 1944, Bonifácio y su grupo viajan a Leyte , donde circulan rumores sobre la inminente invasión estadounidense para liberar Filipinas. 

Después de llegar a una playa de Leyte, Bonifacio se reencuentra con Madden, quien llegó en submarino junto con el teniente comandante Waite ( Lawrence Tierney ), un oficial naval estadounidense. Waite asigna a Bonifacio y Madden la misión de tomar y mantener una pequeña aldea para impedir que los refuerzos japoneses repelan el inminente desembarco de las fuerzas estadounidenses que llegará dentro de 24 horas. Mediante engaños, Madden, Bonifacio y sus hombres se enfrentan y derrotan a la guarnición japonesa en una feroz batalla campal. 

Sin embargo, dos soldados enemigos se escapan en una motocicleta y dan la alarma. Tanques y soldados japoneses atacan. Los defensores logran derribar a la mayoría de los tanques, pero están a punto de verse obligados a retirarse. 

Justo cuando todo parece perdido, llegan refuerzos y tanques estadounidenses y cambian el rumbo de la batalla. La película termina con otro montaje corto, esta vez mostrando a varios de los estadounidenses liberados del campo de prisioneros de Cabanatuan. 

La película forma parte de el cine de propaganda realizado durante la Segunda Guerra Mundial y en el que participaron la mayor parte de las productoras y directores de Hollywood. La película sigue el guion escrito por Ben Barzman y Richard H. Landau, partiendo de la historia original de Æneas MacKenzie y William Gordon que narraba entre otras cosas la derrota de los norteamericanos, la salida a Australia del General Mc Arthur, o la triste "Marcha de la muerte". La película tiene un sentido patriótico en la que estaba en juego la victoria aliada.. Esta guerrilla se pone en marcha en previsión de las operaciones de desembarco americanas que constituyen el inicio de la Campaña de Filipinas(1944–1945). 



Dmytryk fue uno de estos directores que en a finales del conflicto estrenó la patrulla del coronel Jackson con un John Wayne que en esta circunstancias extremas había dejado de lado su papel de vaquero para interpretar a un valeroso militar estadounidense en Filipinas. Anthony Quinn, aparecen Beulah Bondi que interpretará el papel de maestra de escuela, una patriota y también hay que destacar a Fely Franquelli, la novia de Quinn. 

Pese a no ser uno de los mejores filmes del director la película fue valorada por sus buenas secuencias de acción filmadas por la fotografía de Nicholas Musuraca y por incluir en ella información real así como los auténticos protagonistas que habían participado en las batallas de Corregidor y Bataan. La música fue labor de Roy Webb, pero en la misma participó como director de orquesta Mischa Bakaleinikoff y el montaje de Marston Fay. 

Cuando comienza la película, los créditos pasan sobre fragmentos de películas reales del 30 de enero de 1945, de los prisioneros de guerra liberados de Cabanatuan, un campo de prisioneros de guerra japonés.

El productor y futuro socio de producción de John Wayne, Robert Fellows había realizado anteriormente dos películas bélicas con personajes ficticios basados ​​en incidentes reales de la Guerra del Pacífico : Bombardier , basada en el Doolittle Raid , y Marine Raiders . También produjo el western de John Wayne Tall in the Saddle para RKO . 

Los productores creían firmemente que un relato de la derrota inicial y la resistencia guerrillera de las fuerzas estadounidenses y filipinas, así como del regreso de MacArthur, sería un tributo espléndido y una película rentable. Así que se pusieron en contacto con la Oficina de Información de Guerra y el ejército estadounidense también estuvo de acuerdo y brindó su ayuda. 

La película tardó 130 días en rodarse debido a los rápidos cambios en las noticias sobre la guerra del Pacífico de la época. Dos tercios del rodaje, se produjo la invasión de Filipinas , lo que obligó a varios cambios de guion y reescrituras para mantenerse al día con los acontecimientos actuales. 

El ataque a Cabanatuan y la liberación de los prisioneros estadounidenses también se incorporaron rápidamente al guion, con escenas que recreaban el 6.º Batallón de Guardabosques atacando el campo de prisioneros japonés. Esta secuencia de acción se ubica al comienzo de la película, mientras que al final hay apariciones de prisioneros de guerra estadounidenses reales, recientemente liberados, insertados para lograr un efecto dramático. 

El guion de Ben Barzman enfatizaba tanto el nacionalismo filipino como el patriotismo estadounidense. Más tarde, los conquistadores japoneses le ordenan a un director de escuela filipino, que le recuerda a un colegial filipino el nacionalismo filipino, que retire la bandera estadounidense en el patio de la escuela. Cuando se niega a hacerlo, los japoneses lo cuelgan del mismo asta de la bandera, con el cuerpo envuelto por las barras y estrellas . 

Durante las secuencias de acción, la banda sonora reutiliza grandes secciones de la banda sonora clásica de Max Steiner para King Kong (1933) de RKO . En otra pequeña sección de la partitura también se utiliza un fragmento instrumental de My Country, 'Tis of Thee (con la melodía del himno nacional británico ). 

Regreso a Bataan fue el primer encuentro de Wayne durante el rodaje con estadounidenses con abiertamente simpatías y creencias comunistas . Barzman y el director Edward Dmyrtyk expresaron abiertamente sus opiniones comunistas.  Cuando Wayne escuchó que Barzman y Dmytryk estaban menospreciando abiertamente la religión del asesor técnico de la película , el coronel George S. Clarke (que había comandado el 57.º Regimiento de Infantería de los Exploradores de Filipinas durante la Batalla de Bataan y era aproximadamente la contraparte de Wayne en la vida real) . ), y burlándose de él con interpretaciones de La Internacional , se enfrentó a Dmytryk y le preguntó si era comunista. Dmytryk respondió que no, pero que si "las masas del pueblo estadounidense quisieran el comunismo, sería bueno para nuestro país". 



Aunque Dmyrtyk negó ser comunista, Wayne sintió que lo era por el uso de la palabra "masas".  Por el contrario, Norma, la esposa de Barzman, recordó que Wayne era amigable con su esposo, con Wayne abrazándolo y llamándolo "maldito comunista", a lo que Barzman respondió en broma que Wayne era un "fascista". 

Wayne también desarrolló una relación amistosa con Dmytryk, respetando su talento como director. El actor estaba realmente perplejo de por qué Dmytryk, que estaba bien pagado y disfrutaba de los frutos de la democracia estadounidense, tendría tanta simpatía por el comunismo y le preguntó: "Dios, Eddie, ¿ cuál es tu problema con Estados Unidos?". 

Durante el rodaje, Dmytryk y Barzman descubrieron que Wayne se había negado a utilizar un doble. Así que colaboraron en la escritura de escenas que pensaron que obligarían a Wayne a insistir en utilizar un doble. En una escena se requirió que Wayne fuera levantado en el aire mediante un arnés de cuero, simulando ser explotado por una explosión. En otro, Wayne y Quinn tuvieron que entrar en un estanque helado y permanecer bajo el agua durante mucho tiempo, cada uno respirando a través de una caña. Wayne hizo las acrobacias, pero mientras bebía un vigorizante whisky de antemano, le dijo a Barzman: "Será mejor que te asegures de que no descubrimos que esto es algo que soñaste con tu cabecita como regalo de despedida". 

En su libro The Star-Entangled Banner , la autora Sharon Delmendo ve a Back to Bataan como Wayne actuando como un sustituto del general Douglas MacArthur . Tiene que afrontar la ira de sus oficiales filipinos que le preguntan "¿dónde están las fuerzas estadounidenses?" Más tarde se le ordena que abandone Filipinas y regrese, como MacArthur, cuando finalmente se produzca la invasión.



martes, 5 de marzo de 2024

Los centuriones



Como anillo al dedo me ha venido ver la Casbah, que supuestamente se desarrolla en la Casbah de Argel para enlazar con esta película, ya no de cine negro, sino negra como fue la Guerra de independencia de Argelia, pues en esto se centra la película Lost Command o Mando perdido (Los centuriones), una gran película bélica que no había visto y que es ideal para entender el proceso de descolonización que vivieron las posesiones francesas tanto en Indochina como en Argelia. 

Está basada en el best-seller de 1960 The Centurions escrito por Jean Lartéguy, transformada en guion por Nelson Gidding. La película fue una producción de la productora Red Lion que contó con la distribución de la Columbia Pictures. Como productor aparece el mismo director, Marx Robson. . 

La película contó con la música de Franz Waxman, al fotografía de Robert Surtees, el montaje de Dorothy Spencer y el vestuario de Tanine Autré.



La película de la Columbia dirigida por Mark Robson es del año mil novecientos sesenta y seis y cuenta entre sus actor y actrices con la presencia de los emblemáticos Anthony Quinn, Alain Delon y Claudia Cardinale. Junto a ellos aparecen Andrés Monreal, George Segal, Gordon Health, Gregoire Aslan y Jacques Marin. Hasta aparece como argelino un Xan das Bolas. 

La película nos presenta al teniente coronel Pierre Raspeguy, un vasco francés que está al mando de una división paracaidista del ejército francés en la batalla de Dien Bien Phu de 1954, estando al frente de un batallón francés debilitado y que espera un último asalto por parte de las tropas comunistas de Việt Minh. Finalmente es sobrepasado y derrotado por los independentistas asiáticos.



El comandante del batallón, el teniente coronel vasco, Pierre-Noël Raspéguy (Anthony Quinn), había pedido refuerzos al cuartel general central. El cuartel general envía sólo un avión cargado de paracaidistas franceses, bajo el mando del mayor de Clairefons. A pesar de los intentos de Raspéguy de proporcionar fuego de cobertura, los paracaidistas son masacrados al aterrizar. 

El mayor de Clairefons muere cuando su paracaídas lo arrastra a un campo minado. Raspéguy está furioso porque el general Melies (Jean Servais) envió solo un avión y cree además que Melies tiene la intención de hacerlo responsable de toda la debacle en Dien Bien Phu. 

El Việt Minh invade el espacio ocupado por los franceses y los supervivientes serán capturados y encarcelados. Entre los amigos de Raspéguy se encuentran el historiador militar y periodista capitán Phillipe Esclavier (Alain Delon), el capitán Boisfeures (Maurice Ronet), nacido en Indochina, que llega con un equipo de porteadores , el capitán cirujano Dia (Gordon Heath) y el teniente Ben Mahidi (George Segal), un paracaidista nacido en Argelia que rechaza una oferta del líder de Việt Minh (Burt Kwouk) de un trato preferencial por ser árabe. 

El liderazgo de Raspéguy mantiene unidos a los hombres en su cautiverio. Cuando es liberado después de un tratado entre Việt Minh y Francia, Raspéguy lidera a sus hombres en la demolición de una estación de despioje que consideran una humillación. El barco los lleva a Francia, aunque antes harán una parada en Argel. Al llegar se enteran de que hay incidentes en la ciudad. 

A su regreso a Argelia, Ben Mahidi está disgustado por el trato dado a su pueblo, especialmente cuando la policía ametralla a su hermano adolescente por pintar graffitis en apoyo de la independencia de Francia. Tras desertar del ejército se une a los rebeldes del Frente de Liberación Nacional de Argelia (FLN), convirtiéndose en líder guerrillero. 

Una vez liberados y llegado a los acuerdos finales el regimiento es disuelto y relevado en su puesto.

A su regreso de Indochina, y tras pasar unos días en su pueblo del País Vasco francés, el teniente coronel Raspéguy inicia una relación con la condesa Nathalie de Clairefons (Michèle Morgan), viuda del mayor que murió mientras intentaba reforzar el batallón de Raspéguy. 

La condesa viuda De Clairefons, que por medio de sus influencias le consigue un nuevo destino en Argelia prometiéndole que se casará con él si vuelve convertido con el grado de general.



Los contactos militares de la condesa dan como resultado que Raspéguy reciba el mando del nuevo 10.º Regimiento de Paracaidistas Coloniaux, que sirve al mando del general Mélies en la Guerra de Argelia. 

El general le informa que el mando es su última oportunidad en el ejército: si su regimiento fracasa, la carrera de Raspéguy estará terminada. Raspeguy persuade al capitán Esclavier (Alain Delon) y a otros antiguos colaboradores para unirse de nuevo y vengar la humillación militar a la que habían sido sometidos en Indochina. Su nueva misión es de paz, pero el conflicto argelino se torna cada vez más complicado. Raspéguy recluta a sus compañeros de armas de Indochina y entrena a su batallón con métodos duros, como el uso de munición real en un curso de asalto para fomentar la velocidad y la iniciativa. 



Poco después de comenzar operaciones de contrainsurgencia tanto en entornos urbanos como rurales, Esclavier se enamora de la hermana de Mahidi, Aicha (Claudia Cardinale), quien es leal al FLN y usa su amistad con Esclavier para contrabandear detonadores explosivos. 



Esclavier, anteriormente ingenuo, comienza a tener una nueva visión de la conducta de su nación mientras los rebeldes del FLN y los paracaidistas franceses intentan superarse unos a otros en romper las reglas de la guerra. 



Raspéguy finalmente se vuelve contra sus viejos camaradas que se han vuelto demasiado comprensivos con el FLN. 



Reconocido como General, pero todavía con el rango de Teniente Coronel, la última escena de Raspéguy lo muestra recibiendo una medalla mientras su Regimiento recibe una mención de unidad. 

Fuera del recinto donde esto sucede, Esclavier, que ha abandonado el ejército disgustado, se ríe al ver a un niño pintando un lema independentista en la pared. 




Mark Robson compró los derechos cinematográficos de la novela para su compañía Red Lion en marzo de 1963. El guión fue escrito por Nelson Gidding, quien previamente había adaptado Nine Hours to Rama para Robson., Robson pospuso hacer la película durante un año para poder conseguir a Anthony Quinn para el papel principal. 

El personaje de Quinn se basa libremente en Marcel Bigeard, el comandante real en la Indochina francesa, quien dirigió la unidad que fue predecesora del 6.º Regimiento de Paracaidistas de Infantería de Marina (el 6.º Batallón de Paracaidistas Colonial). Más tarde, Bigeard estuvo al mando del 3.er Regimiento Colonial de Paracaidistas en la Argelia francesa. El papel de George Segal (Mahidi) se asemeja al que jugó Larbi Ben M'hidi; y el de Maurice Ronet (Capitán Boisfeuras) en el general Paul Aussaresses; y el de Grégoire Aslad (Ben Saad) en Yacef Saâdi. 



La película es un magnífico ejemplo del cine hecho al calor de los acontecimientos pues fue rodada poco después de que finalizara la guerra de independencia de Argelia en la que el país africano consiguió su independencia de África. Además tiene un reparto internacional mayoritariamente estadounidense y europeo.

El planteamiento de la película se aleja de cualquier visión crítica del conflicto para plantear una película de aventuras bélicas con una fuerte carga de violencia y que en parte fue rodada en España concretamente en el desierto de Almería, el mismo año que El bueno, el feo y el malo, y en otras localidades como la Albufera de Adra, utilizando casi los mismos paisajes para simular Argelia, mientras que en las otras figuraban el desierto de los Estados Unidos. En ésta, se trabajó además en el desierto de Tabernas y en lo que hoy es el parque natural de Cabo de Gata Níjar, y se rodó también en la capital, en concreto en el barrio, hoy totalmente modificado de Cuevas de los Medinas. 

También se rodó en Málaga. Así, la primera panorámica de Argel se corresponde con el puerto de Málaga y la Acera de la Marina, y la escena de la protesta de los colonos franceses mientras Delon y Cardinale toman algo en una terraza se rodó delante del Mercado de Salamanca, edificio de características árabes en el barrio de El Molinillo. 

Asimismo se rodó en Colmenar Viejo (Madrid). La secuencia de su retorno al pueblo y el encuentro con su madre se rodaron en Alameda del Valle (Madrid) Las secuencias del cuartel de Argel y de los interrogatorios están hechas en el Cuartel del Conde-Duque, de Madrid. La secuencia final se rodó en la mismísima puerta de ese cuartel, en la calle Conde Duque y en la plaza de los Guardias de Corps. 

El apoyo técnico estuvo a cargo del comandante René Lepage, que había servido en el 6.º Regimiento de Paracaidistas de Infantería de Marina del ejército francés.

A pesar del éxito de la novela, el estreno de otra película llamada The Centurians provocó que se cambiara el título de la película. En un momento iba a ser De Indochina a las puertas de Argel y luego No por honor ni gloria antes de que se decidiera utilizar el comando perdido. 



Se estrenó en Estados Unidos en mayo de 1966. En Francia se estrenó poco después. Fue la quinta película más vista en la taquilla francesa en 1966, después de La Grande Vadrouille, Dr. Zhivago, ¿Arde París? y Un puñado de dólares. Pero no triunfó en las salas estadounidenses. 



La película, una entretenida producción bélica, recibió críticas mixtas. El New York Times lo describió como mundano y concluyó que "recuerda demasiado, excepto por las etiquetas de nombre, hora y lugar de las muchas películas de guerra estándar que han precedido a Lost Command". 



Ya en España, Fausto Fernández en Twitter dice de ella que "Aligerada de metraje en su estreno español, Mando perdido , incursión hollywoodiense en la guerra de Argelia dirigida por Mark Robson, fue machacada por tonterías políticas. Un muy buen bélico (y crítico) con Alain Delon, Anthony Quinn y George Segal. ".

En 1963, Robson compró los derechos de Los pretorianos de Larteguy, una continuación de Los centuriones. La película nunca se hizo.



miércoles, 13 de octubre de 2021

El pistolero de Cheyenne



Extraño ver a George Cukor dirigiendo un western, pero aquí lo tenemos. Eso sí, respetando ciertas reglas del género, pero siendo alternativo al mismo. Hasta en el título original, Heller in Pink Tights, no tanto en español, y parcialmente en el elenco que es alternativo, pues no es normal ver a la bella Sophía Loren, compartiendo protagonismo como vedette con un Anthony Quinn, empresario de teatro y cabaret. Partiendo de un guion escrito a varias manos- Dudley Nichols, Walter Bernstein - y de una novela de una de las referencias del momento, Louis L'Amour, el seudónimo profesional de Louis Dearborn La Moore , un hombre de Jamestown, Dakota del Norte, nos recrea esta historia desarrollada en el oeste en la que el empresario, Tom Healy (Anthony Quinn) ha creado una compañía teatral con la que pretende llevar cultura a un país marcado por la violencia. 

Su vida y su aventura empresarial no es nada fácil: se ven obligados a huir de acreedores engañados y de mandamientos judiciales. Sus carreras para cruzar los límites del condado son meritorias. Además el empresario está enamorado de la estrella de la compañía, Angela Rossini (Sophia Loren), una mujer juguetona y jugadora que cometerá el error de apostar su propia honra con el afán de mantener ganar. Pero la suerte no está de su parte y es el pistolero Mabry (Steve Forrest) quien gana. 

La compañía huye de la ciudad sin cumplir lo pactado y marcha a la aventura en una tierra de violencia de salteadores y apaches rebeldes. Además de verse presionados por Mabry para que ella pague su deuda en carne. 

La película cambia el sentido de los western tradicionales aunque mantiene la presencua de pistolero sin piedad aunque la protagonista en la Loren , apoyada por Carlo Ponti, que intenta colocar al bellezón italiano como mujer que es feliz en su libertad, frívolidad, caprichosa y aficionada a los vestidos elegantes y al dinero de los demás. 

Destacar la presencia de Ramón Novarro, un popular actor del cine mudo (“Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, “Scaramouche”, “Ben-Hur”…) que, aquí encarna a De León, y que hace aquí su última aparición pocos años antes de su trágico final asfixiado en su propia sangre tras ser brutalmente torturado. 

*EC: En construcción

viernes, 31 de mayo de 2019

Lawrence del cine


Lawrence no se sentía británico, se sentía un hombre libre. Un hombre que sentía, que sufría, que amaba lo que hacía, pero especialmente lo que sentía. Pero la libertad tiene un precio y en este caso el precio fue el cine. Pocas veces vemos una película tan grande como Lawrence de Arabía, un buen ejemplo de la eternidad cinematográfica, pues por ella el tiempo es como el polvo del desierto, siempre está ahí. No pasa. Su banda sonora, su luminosa fotografía , hasta el arte de los azulejos de la Plaza de España reconvertida en El Cairo es imperecedera. Y , como maestro de orquesta, un David Lean siempre lúcido , inteligente, sensible que sabe mover la cámara en el punto apropiado. Nos permite descubrir en beduino en la lejanía, nos avisa de lo que va a venir, pues Lean fue un innovador del cine clásico. 

Hoy he vuelto a ver una joya que sobrepasa las tres horas, con los añadidos que el corte comercial suprimió en su momento, que aportan poco. Hoy he vuelto a escuchar el anhelo de Faisal para volver a pasear por los jardines de Córdoba. Hoy en Feria en Córdoba. Sus jardines están silenciosos, pero pasear por ellos con la música de Maurice Jarre es un regalo de Dios, o de Allah. Tú decides.


viernes, 7 de diciembre de 2018

Siete ciudades de oro


Una leyenda , las Siete Ciudades de Cíbola y Quivira, sustentadas y decoradas con incalculables riquezas, podían hallarse hacia el noroeste de los nuevos dominios españoles, estimuló a los españoles a su penetración por las tierras de California. 

California es un territorio "descubierto" y explorado por los españoles desde el siglo XVI. California deriva del nombre de la regente de un paraíso ficticio dominado por amazonas negras, la reina Califia. Fue impuesto en la expedición española dirigida por Diego de Becerra y Fortún Jiménez, que denominaron isla de California al extremo inferior de la península de California cuando desembarcaron allí en 1533 por mandato de Hernán Cortés. 

En 1530, Nuño Beltrán de Guzmán (Presidente de la primera audiencia) fue informado por un indio esclavo de las Siete Ciudades de Cibola que había calles pavimentadas con oro y plata. 

Sobre el mismo tiempo, Hernán Cortés fue atraído por las historias de un país maravilloso ahora hacia el noroeste, pobladas por mujeres amazonas y con abundancia de oro, perlas y piedras preciosas. Los españoles presumieron que estos lugares eran uno solo y por ende los mismos. 

Una expedición en 1533 descubrió una bahía, probablemente la bahía de "La Paz", antes de experimentar dificultades y volver. Cortés realizó expediciones en 1534 y 1535 sin encontrar la anhelada ciudad. El 3 de mayo de 1535, Cortés proclamo "la Isla Santa Cruz" (ahora conocida como la península de Baja California), ya establecido fundó la ciudad que más tarde en esa primavera se convertiría en "La Paz".

En julio de 1539, movido por la renovación de esas historias, Cortés envió Francisco de Ulloa a cabo con tres pequeñas embarcaciones. Hizo a la boca del Colorado, y luego navegó alrededor de la península en lo que respecta a Isla de Cedros. De hecho, California aparece representada en los mapas con una forma parecida a la real. 

Sin embargo, sorprendentemente, un siglo más tarde se convierte en una isla, y aparece como tal en casi todos los planos del siglo XVII; ni siquiera la apertura de una ruta por tierra hasta la supuesta isla consigue desmentir el mito. 

Una causa de esta confusión puede estar en el secretismo de la cartografía española, que era guardada con celo por su valor estratégico: los mapas de los viajes de Vizcaíno a California no fueron publicados hasta 200 años más tarde. 

Muchas veces, el único acceso de los extranjeros a esta información era mediante robo o espionaje; y los primeros mapas de la isla de California dicen estar basados en mapas apresados a los españoles. De esta forma, una hipótesis sin comprobar de un cartógrafo español se pudo ver amplificada a un mito universal que duraría más de cien años. 

El conocimiento más o menos preciso de este espacio comenzó en 1543, cuando un cordobés de Palma del Río, Juan Rodríguez Cabrillo, comisionado por Pedro de Alvarado y apoyado por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de la Nueva España, para explorar el Pacífico Norte, la península de Baja California y el Golfo de California o Mar de Cortés, cartografía las costas de California. Cabrillo esperaba encontrar la mítica y rica ciudad de Cíbola que se creía existía en algún lugar al norte de la costa del océano Pacífico, además de buscar el inexistente paso o Estrecho de Anián que se decía unía al norte los océanos Pacífico y Atlántico. 

Acompañaban a Cabrillo, marineros, soldados, nativos, un sacerdote, alimentos para dos años, animales en pie y mercancías. Cabrillo comandaba la pequeña flota a bordo del San Salvador. El 28 de septiembre de 1542, Cabrillo encontró un "puerto muy bueno y seguro"; acababa de descubrir la bahía de San Diego, a la que nombró San Miguel en honor al santo del día. Seis días después prosiguió su viaje de exploración en aguas desconocidas para los europeos. 

El 6 de octubre estaba en San Pedro y el 9 en Santa Mónica. Ambas poblaciones forman hoy día parte de la zona metropolitana de la ciudad de Los Ángeles. 

El día 10 de octubre llegó la expedición a San Buenaventura, el 13 arribaron a Santa Bárbara y llegaron a Punta Concepción el día 17. A causa de los fuertes vientos contrarios, las naves regresaron y se resguardaron en la isla de San Miguel frente a San Buenaventura, no pudiendo avanzar al norte durante varios días. El 11 de noviembre llegaron a Santa María y el mismo día alcanzaron el cabo San Martín que se localiza en el condado de Monterrey. A causa de los fuertes vientos y tormentas las naves se separaron y después de varios días de búsqueda se reunieron el 15 de noviembre y navegaron sin rumbo, descubriendo bahía de los Pinos, conocida actualmente como bahía de Monterrey. El 18 de noviembre navegaron hacia el sur, buscando el resguardo de la bahía de la isla de San Miguel, adonde arribaron el día 23. 

Los siguientes tres meses los pasaron ahí en espera de que pasasen las tormentas de invierno. Juan Rodríguez Cabrillo murió el día 3 de enero de 1543 en la isla de San Miguel como consecuencia de un brazo que se quebró al caer en una escaramuza contra los nativos. Se cree que sus restos fueron sepultados en la isla Santa Catalina, frente a la ciudad de Los Ángeles. De cualquiera manera Cabrillo hoy es inmortalizado en la famosa carretera estatal I de la costa californiana, uno de los sitios más espectaculares que he visitado en mi vida. 

Apenas un año más tarde, Battista Agnese representa los descubrimientos de Cabrillo (correctamente, como una península) en la nueva edición de su atlas. California era vista por estos buques exploradores como una colina de pastizales y bosques, con algunos recursos y puertos naturales para atraer a los colonos. 

En 1602, el español Sebastián Vizcaíno exploró la costa de California tan al norte como la Bahía de Monterrey y se aventuró a penetrar en el interior al sur a lo largo de la costa, en lo que actualmente es el Big Sur, y visitarán la zona de lo que hoy es Carmel Bay, un área cercana a la cinematográfica del Malpaso River. 

A finales del siglo XVII, el jesuita Eusebio Francisco Kino descubre el camino terrestre hasta la península de California, confirmando que no es una isla. En 1747, ante la evidencia abrumadora, Fernando VI decreta que California no es una isla. 

Poco después, el crecimiento de las misiones de California desterrará el mito para siempre. Y esas misiones comienzan con lo narrado en la película Seven Cities of Gold. 

Las siete ciudades de oro es una película dirigida por Robert D. Webb y producida por Barbara McLean y Robert D. Webb con el respaldo en la producción y la distribución de la 20th Century Fox. La película contó con un presupuesto de $ 1.5 millones. Robert D. Webb que falleció en la primavera de 1990, a los 87 años, casado con la productora, Barbara McLean, fue un director de cine ganador del Premio de la Academia como asistente a la dirección por In Old Chicago (1938) . 

Webb dirigió 16 películas entre 1945 y 1968 que van desde los western como Pluma blanca hasta películas bélicas La brigada de la gloria, de aventuras como Los piratas de la isla Tortuga, o musicales como Love Me Tender (1956) en el que dirigió al mismísimo Elvis Presley. Son películas de bajo presupuesto, casi serie B, con algunos actores grandes , pero casi de segunda linea (hablamos de Victor Mature, Virginia Mayo, ... o actores o actrices que comenzaban como Jacqueline Bisset, James Brolin,etc. 

En este caso el guión fue escrito por Richard L. Breen, John C. Higgins, Joseph Petracca basándose en la novela de Isabelle Gibson Ziegler publicada en 1951 y titulada Los nueve días del padre Serra El lema de la película era "Esta es la historia del nacimiento ... y la forja ... de California ... cuando los hombres tuvieron que eligir entre oro o Dios ... la espada o la Cruz". 

La banda sonora es de Hugo Friedhofer y la fotografía de un peso pesado como Lucien Ballard filmada en CinemaScope y el montaje lo fue de Hugh S. Fowler. 

El reparto lo encabeza Richard Egan como Jose Mendoza, Anthony Quinn como el Capitán Gaspar de Portolá, Michael Rennie como el padre Junipero Serra, Jeffrey Hunter como Matuwir, Rita Moreno como Ula , la hermana del anterior, Eduardo Noriega como el sargento, Lesley Bradley como Galves y John Doucette como Juan Coronel, además de Victor Juncos, Julio Villarreal, entre otros. 

La película no presenta lo ocurrido entre la llegada de Fray Junípero a tierras americanas, en 1749, junto con veinte misioneros franciscanos cuando llegaron al puerto de Veracruz en diciembre de 1749. 

Mientras sus acompañantes siguieron su camino hacia la ciudad de México en carruajes, fray Junípero y un religioso andaluz decidieron hacer el camino a pie a Ciudad de México, un recorrido de 500 kilómetros. A raíz de ese viaje contrajo una dolencia en una pierna que le acompañó el resto de sus días.

En esos 20 años Fray Junípero, hoy -realmente desde 2015 - ya santo, se dedicará a las misiones de la población indígena y a la difusión de los rudimentos en agricultura y ganadería de la población autóctona. 

Pero 1769, dos años después de que el rey Carlos III hubiese decretado la Pragmática Sanción y con ella la expulsión de los miembros jesuitas de todos los dominios de la corona, lo que incluía al Virreinato de Nueva España lo que incluía los territorios de las Californias, fueron sustituidos por 16 misioneros de la orden de los franciscanos encabezados por fray Junípero ( Michael Rennie ). 

Mientras que va a la capital para cumplir con su cometido se cruza con el Capitán Gaspar de Portolà ( Anthony Quinn ) que no tiene reparos en despreciar a la población indígenas y cuyo carruaje acaba incluso con una indígena. Ambos vuelven a encontrarse en la capital cuando el visitador general José de Gálvez ( Lesley Bradley) ordena la expedición por tierra del Capitán Gaspar de Portolà a California en busca de ciudades legendarias de oro . 

En esa expedición le acompaña su compañero de armas y amigo el teniente José Mendoza ( Richard Egan ), que se convierte en segundo de Portola y un consejero religioso, el misionero amante de la paz, el padre Junípero Serra ( Michael Rennie ), como capellán y diarista, desea establecer buenas relaciones con los nativos locales y construir una serie de misiones. La comitiva salió de la ciudad de México el 14 de julio de 1767 y embarcó por el puerto de San Blas rumbo a la península de Baja California. Tras una corta travesía arribaron a Loreto, sede de la Misión de Nuestra Señora de Loreto. 

Tras eso inician su camino hacia el norte adentrándose en territorio californiano. Un territorio desconocido en el interior y ocupado por una población indígena desconocedora de la agricultura que se dedicaba a la recolección , a la caza y a la pesca. 

El primer contacto con los indígenas se ve que es más efectivo la idea de Serra, la entrega de abalorios y que ir a la guerra. Salvan así el primer obstáculo, aunque poco después un dolorido , por su pie, y curioso Serra, por su interés por observar la fauna y la flora local, se pierde junto al teniente José Mendoza , aunque ambos - tras tener una visión de la Sagrada Familia-  serán encontrados por los hombres de Portolá en pleno desierto. 

Tras eso llegan a la Bahía de San Diego donde habían quedado con la expedición marítima. Al llegar a la bahía de San Diego encontraron a los buques San Carlos y San Antonio fondeados, que habían llegado antes que ellos. 

Pero los de la expedición que han llegado antes están enfermos y diezmados, así que la expedición de Portolá se desdobla. Unos hombres seguirán en busca de las siete ciudades de oro por vía terrestre, mientras que el resto se queda en la recién fundada misión de San Diego de Alcalá el 16 de julio de 1769. 

No obstante pronto serán atacados por los indígenas locales. Durante el enfrentamiento el orgulloso segundo de Portola, el teniente José Mendoza ( Richard Egan ), salva la vida de Matuwir ( Jeffrey Hunter ), el hijo o nieto del jefe local. Tras salvar la vida el indígena gracias a la intervención del fraile mallorquín , Matuwie es liberado. 

Desde ese momento las relaciones entre la tribu y los españoles son pacíficas. De hecho, Mendoza comienza una relación con la hermana de Matuwir, Ula (Rita Moreno). Pero la preocupación entre los españoles aumenta cuando retorna la expedición de Gaspar de Portolá sin éxito alguno y sobre todo cuando el barco de suministros no aparece. Ante eso la expedición se prepara para volver a México asumiendo su fracaso. 

Fray Junípero antes de salir le pide a Portolá que le de nueve días al barco, iniciando así una novena, ya que en el barco incluso van las campanas de las misiones que pretende crear en el área. 

Sin embargo, la cosa se complica cuando Mendoza traiciona a la hermana de Matuwir, Ula ( Rita Moreno).), a quien ha seducido pero a la que le dice que no irá con él de regreso a México. Esto enoja a la chica y cuando corre para separarse de él, ella muere accidental por una caída desde un acantilado. 

La situación desde ese momento se torna muy complicada ya que a la falta de suministros se une ahora la presión de los guerreros de Matuwir que exigen la entrega de Mendoza. Tanto Portola como el padre Serra se niegan a entregarlo, de hecho frenan una revuelta de los soldados españoles que creen que sería lo justo. Pero Mendoza evita la guerra entregándose a Matuwir para su tortura y ejecución. Efectivamente Mendoza muere ya que le arrancan el corazón y su cuerpo es llevado a San Diego. 

Poco después los españoles que están a punto de zarpar ven la llegada del barco coincidiendo con el fin de la novena cargado de suministros que aparece en la bahía como por un milagro. Descargan del barco todo, pero entre los que descargan son las campañas encargadas por Junípero Serra para iniciar la fundación de todas las misiones que culminará con la de la mayor bahía conocida de la costa californiana, la de San Francisco. Y así acaba la película. 

La película, inspirada en una novela de Isabel Ziegler, cuenta la vida de Fray Junípero Serra, añadiéndole un toque de intriga y aventura a la historia en la que enfrentaban la personalidad de dos hombres que históricamente fueron reales: Gaspar de Portolá , un militar pragmático con el altruismo y el pacifismo del Padre Serra. 

La novela de Isabelle Gibson Ziegler, a su vez inspirada en la vida del franciscano mallorquín Junípero Serra Ferrer y ambientada en el siglo XVIII. La película se rodó en la primavera de 1955 entre México y Estados Unidos. En concreto se rodó en Guadalajara , la ciudad del estado de Jalisco, Manzanillo sita en Colima, y en el Topanga Canyon, en California. 

La película inicialmente iba a ser rodada por Edward Dmytryk según anunció The Hollywood Reporter, en agosto de 1954 y en la misma iban a participar Cameron Mitchell y Russell Evans fueron considerados para el papel principal en enero y febrero de 1955, respectivamente, así como Felipe Méndez, January Svelk, Jaime Del Rosario, Jack Maner y Gilda Fontaine originalmente iban a aparecer, pero al final cambió el plantel principal. 

El material publicitario del estudio dio crédito a René Cardona como codirector y a Jorge Stahl Jr. como el operador de cámara de Lucien Ballard, pero se desconoce si alguna vez trabajaron en esta película y es probable que solo hayan sido contratados para asegurarse de que se cumplieron con los requisitos del sindicato. 

El actor Chuck Connors tuvo un papel no acreditado como nativo americano. Puedes verlo cargando el cuerpo de Ula. 

De ella dice el ABC que "Siete ciudades de oro" refleja una marcada moralidad cristiana que exalta sus virtudes, y aunque hay alguna escena violenta queda oculta ante tanta bondad, lo que hace la cinta apta para todos los públicos. 

Decir que tras la expedición de Portolá y Serra las misiones se desarrollaron. Con el apoyo de una pequeña fuerza militar, el franciscano estableció en poco tiempo más misiones en San Carlos de Monterrey (California) y en la bahía de San Francisco. El crecimiento de asentamientos seglares acompañó al desarrollo de las misiones franciscanas. En este mismo período, después de que Gaspar de Portolá descubriera la bahía de San Francisco (entonces llamada bahía de la Bodega) se fundó Yerba Buena, actualmente conocida como San Francisco mientras que Bruno de Heceta y Juan Francisco de la Bodega y Quadra expandían las posesiones españolas californianas hasta la actual isla de Vancouver y San Lorenzo de Nutcas e incluso con la expedición de Alejandro Malaspina zonas meridionales de la actual Alaska. Esta expansión europea tuvo un efecto negativo en los pobladores autóctonos que empezaron a desaparecer con el establecimiento de encomiendas en el área. Fueron los españoles los que se apoyaron en la agricultura y la ganadería por medio del establecimiento de ranchos (latifundios) concedidos gratuitamente, que abarcaban grandes extensiones, pero no tenían muchos habitantes. Esto dio paso al auge de la ganadería en la Alta California. Ese , aparentemente , fue el único oro de estas mítica siete ciudades. 

Pero como me interesa la historia de las siete ciudades de oro y su búsqueda desesperada por los codiciosos españoles que conquistaron el continente americano señalaré que el profesor Ángel Luis Encinas Moral en su “Crónica de la expedición de Francisco Vázquez de Coronado a las Grandes Praderas de Norteamérica” (Miraguano Ediciones), reunió todas las cartas, informes y testimonios de este intento de encontrar esas siete míticas ciudades de oro. La documentación fue obtenida por el historiador del Archivo General de Indias y de archivos norteamericanos y mexicanos y conforman la más completa base documental publicada en castellano sobre la expedición de Vázquez de Coronado y su búsqueda del las míticas siete ciudades. Yo reflejo lo que publicó el diario ABC. 

"Antes de Vázquez de Coronado iniciara su gran expedición al norte, un franciscano, Marcos de Niza, partió en esa dirección en 1539 con 50 indios amigos liderados por el negro Estebanillo, vinculado con Cabeza de Vaca, en calidad de guía. Descubrieron Arizona y Nuevo México y se detuvieron en Vacapa. Estebanillo continuó hacia el norte y, al cabo de unos días, un nativo llegó de vuelta portando una cruz por su indicación, con el testimonio de que había estado en la ciudad de Cíbola, un lugar decorado con turquesas. El fraile se animó a continuar hacia el norte, pero en el camino descubrirá que su enviado había sido asesinado por los indígenas. Fray Marcos decidió dar media vuelta hasta ciudad de México y dejará dicho, sin ser cierto, haber visto “siete poblaciones razonables, de muy buena tierra y tener razón de que hay en ellas mucho oro y que lo tratan los naturales de ella en vasijas y joyas”. 

En Compostela, una de las estaciones de su recorrido de vuelta a casa, se encontrará con Vázquez de Coronado, a quien le narrará estas leyendas, pero nada en comparación a lo que contará el religioso, cada vez más henchido de orgullo y más fantasioso, ante el mismísimo Hernán Cortés. Las habladurías crecieron tanto que el Virrey Antonio de Mendoza decide organizar una fuerza militar para ir a la conquista de las riquezas. Partiría desde México y sería la primera expedición gubernamental mediante financiación privada. 

La decisión del virrey se explica por la multitud de frentes abiertos en los nuevos dominios de ultramar y la escasez de hombres, que aconsejaban buscar voluntarios para el alistamiento y no desguarnecer las ciudades. El reclutamiento se hizo a redoble de tambor y pregones por las ciudades, anunciando que se buscaba un nuevo Perú, un rico El Dorado. Por esta razón muchos de los voluntarios fueron nobles ociosos, “que, como corcho sobre el agua reposados, andaban sin tener qué hacer”, como recoge el historiador Matías de la Mota. 

Más de 300 hombres, la mayoría incluso a caballo, se presentaron al cobro de los 30 pesos y la promesa de nuevas tierras y “un cerro de plata y otras minas”, según recoge este cronista. El 23 de febrero de 1540, la comitiva, compuesta por 300 soldados españoles, entre 1.300 y 2.000 indios y un puñado de frailes franciscanos, estaba dispuesta a partir. Al cabo de dos meses de camino, los españoles llegaron al desierto y después a la Montaña Blanca Apache. Por si lo dudaban, al llegar finalmente a Cíbola, la primera de las supuestas siete ciudades de oro, no tuvieron precisamente una bienvenida. Varios españoles murieron y otros tantos fueron heridos durante tres días de combate. En los diarios queda reflejado que buena parte del derramamiento de sangre se podía haber evitado con traductores competentes o si, al menos, ambos grupos hubieran compartido al menos conceptos. 

Los españoles no fueron capaces de hacer comprender a los indígenas que exigían de ellos que aceptasen la supremacía de la Iglesia, Dios y el rey. Tampoco los zuñis hicieron comprender a los blancos el significado de las líneas de harina de maíz que delimitaban el territorio y sus ceremonias. Las escaramuzas continuaron y hasta el invierno no pudieron pacificar la zona y enviar un destacamento a explorar hacia el oeste. Al cabo de varios días, Pedro de Tovar volvía a Cíbola con el relato de un desolador paisaje lleno de indios hostiles (los navajos) y un Gran Cañón infranqueable. 

La desesperación cundía en la embajada española y Coronado escuchó a un indio esclavo de una tribu rival contar historias de Quivira cuando los soldados españoles estaban a punto de matarlo. Probablemente para salvarse, “El Turco” (que es como los españoles apodaron al indio) empezó a contar fantasías acerca del oro y las riquezas y Coronado le tomó de guía hacia el norte de nuevo. En el fondo, la expedición sabe que “El Turco” miente, pero no quieren dejar de creer en la promesa de tierra fértil y riquezas. Siguen recorriendo kilómetros y kilómetros en balde, con la única brújula de su avaricia, pero el viaje es fascinante. Pequeños pueblos con tipis, vastas praderas con bisontes y el río Arkansas hasta llegar a finalmente a Quivira. Ni rastro de los brillos del oro o las piedras preciosas hasta el límite de lo que hoy es Nebraska. 

Lo más interesante es asistir a la manera diversa en que los miembros de la expedición asumen o no el fracaso a pesar de que el resultado de la misión ha sido un descalabro estrepitoso. Esta era de una de las primeras expediciones del imperio español por un terreno ciego de mapas y aún les quedaban muchas cosas que aprender en materia de colonización. Estaban más movidos por la fantasía que por la evangelización o por la expansión del Imperio. Lo que aquellos hombres vieron no lo había presenciado ningún europeo y a su regreso a México era todo lo que les quedaba: casi todos los que perseguían el oro se arruinaron en la expedición, y algunos otros perdieron hasta la vida".

Con respecto a la película decir que es más bien flojita. Es una historia curiosa por la que cuenta , un biopic cargado de buenas intenciones, moralista y justificador de la presencia de las misiones en la zona. Los indígenas son presentados como salvajes coloristas y los españoles como lo que eran conquistadores. Puede resultar interesante para algunos. Desde luego la historia sí que lo es, pero la película genera o promete más expectativas de la que realmente da. 


sábado, 23 de enero de 2016

El don ha muerto


No hace mucho tiempo estuvimos hablando de la película Gotti que grabé del canal Sundance en el mes de agosto (pudiera ser septiembre) y que me dio la impresión de ser una buena película que no tuvo un gran recorrido como se merecía. Mi intención era ver conjuntamente la película de ese capo neoyorkino con otra grabada por las mismas fechas. Tenía intención de ver tanto la película de Robert Harmon del año 1996 con esta titulada The Don Is Dead (Beautiful But Deadly) o El Don ha muerto del prolífico director Richard Fleischer.

Se trata de una película de mafiosos surgida a la estela del esa monumental obra que es El Padrino, aunque en este caso hablamos de una producción menor , aunque producida y distribuida por la Universal Pictures que tuvo menor impacto y recorrido producida por Paul Nathan y por Hal B. Wallis en la que fue su penúltima película,- la última fue El rifle y la Biblia (1975)-.

El guión fue escrito por Christopher Trumbo, el hijo de Dalton Trumbo que hacía su debut en el cine junto a otro novato como Michael Butler, y también participa Marvin H. Albert , autor de la novela de la que partió la película.

En cuanto a la música el encargado fue uno de los grandes múicos del cine.  Jerry Goldsmith , al que acompaña e introduce algunas composiciones de su hijo Joel ode su hija Carrie. En el apartado fotográfico destaca Richard H. Kline y en el montaje Edward A. Biery.

El reparto está integrado por un grupo de actores muy representativos de los setenta encabezado por Anthony Quinn en el papel de Don Angelo DiMorra, junto a éste aparecen Frederic Forrest como Tony Fargo, Robert Forster como Frank Regalbuto, Al Lettieri como Vince Fargo, Angel Tompkins como Rubí Dunne , Charles Cioffi como Luigi Orlando. Estos , a su vez, son acompañados por Louis Zorich como Mitch DiMorra, Ina Balin como Nella, Jo Anne Meredith como Marie, Barry Russo como Don Aggimio Bernardo , Anthony Charnota como Johnny Tresca, Joe Santos como Joe Lucci, Frank DeKova como Giunta, Abe Vigoda como Don Talusso, sacado directamente del Padrino al igual que Lettieri, Victor Argo como Augie el caballo.

La película comienza cuando dos amigos mafiosos están a punto de culminar un negocio de compra de droga. Se trata de Frank Regalbulto (Robert Forster), el ambicioso hijo de un jefe del crimen organizado y su amigo y pistolero Tony Fargo (Frederic Forrest).

Cuando están a punto de culminar la compra/ venta en un cobertizo aparece un grupo de mafiosos que están dispuestos a robarle el cargamento. Sin embargo, cuando parece que va a tener éxito aparece en la escena el hermano de Toni, Vicent Fargo (Al Lettieri) quien interviene , acabando con algunos de los salteadores.

Cuando regresan a casa, Frank recibe la noticia de la muerte fulminante de un ataque al corazón de su padre, Don Paolo, jefe de un clan mafioso. Algo que le afecta enormemente, pero le abre el camino a su soñado futuro.

En Las Vegas, territorio neutral de los clanes mafiosos, se reúnen las familias mafiosas de origen italiano. En dicha reunión se decidirá quien sucede al Don fallecido y como se repartirán sus zonas de influencia.

A la misma asiste  Don Angelo DiMorra (Anthony Quinn),   Luigi Orlando (Charles Cioffi) en repesentación de su hermano que está en la cárcel cumpliendo una condena,  Otro jefe Don Aggimio Bernardo (Barry Russo) y   Don Talusso (Abe Vigoda). Por supuesto asisten los miembros del clan Regalbuto , o sea Frank, acompañado de los hermanos Frago, Vicent y Tony.

Las familias reunidas convienen que Frank no esta todavía preparado para asumir el trono que ha dejado su padre muerto. Rápidamente se convoca una reunión en la que participan las distintas familias de la mafia norteamericana para designar al nuevo jefe. La elección recae en Angelo DeMorra, que se convierte en el nuevo Don  lo que provoca el malestar - no manifiesto-  de otro mafioso Luigi Orlando.

Casi al empezar la reunión Vicent manifiesta su intención de salir de la familia Regalbuto y crear junto a su hermano su propia familia, tal y como había pactado con el padre de Frank. La Comisión mafiosa acepta, pero ante la soledad en la que se queda Frank , Don Angelo DiMorra, un jefe amigo del padre de Frank que no tiene descendencia su ofrece para convertirse en su protector, casi en su nuevo padre, y  heredero de sus negocios.Ahora Frank está bajo su tutela (- Ahora tu eres mi hijo, Frankie). 

A la salida, Frank le comenta a Don Angelo que alguien de la organización lo ha traicionado. Éste se encarga de acabar con el que ha dado el chivatazo , siendo el cuñado de Don Talusso que cumple con la misión de acabar con él.

En esas estamos cuando Luigi Orlando (Charles Cfiiof), aprovechando que hermano y jefe está en prisión e instigado por su ambiciosa esposa, conspira para ascender en la familia.

Casi desde el principio se ve las diferencias en el sentido de negocio y en el proceder entre Frank y Don Angelo. Frank es consciente que el dinero está en la droga y su mentalidad ya es moderna pues quiere consolidar una relación con una chica de origen irlandés de Chicago que quiere buscarse la vida como cantante. Don Angelo le recomienda dejar a la chica, desconocida para él y le pide que se case con una italoamericana. Sin embargo, el interés de Frank por Rubi Dunne (Angel Tompkins) es tal que le dice que cuando regrese de Italia, se quedará junta a ella.

Mientras Frank está fuera, Luigi Orlando pone en contacto a Don Angelo con Rubi, sin saber que es la novia de Frank. Don Angelo tiene amistades en el campo musical por lo que se interesa por ella e inicia una relación con la chica.

Por su parte los hermanos Tony y Vince,  montan su propia organización e incluso Vince intenta que Tony se integre más en la banda, pero Tony le informa a su hermano que ese mundo no es el suyo, y que quiere salir de la Mafia.

El romance entre Don Angelo y la joven y bella novia de Frank, Ruby sigue su rumbo; y cuando Frank regresa de Italia y es recibido por Tony, su mejor amigo, también se le entrega una carta que contiene una llave. La carta anónima le dice que se acerque a un piso. Allí Frank descubre que es el de Rubi que está viviendo con un hombre.

Al llegar la chica, un salvaje Frank encolerizado golpea con brutalidad a la chica, mandándola al hospital Allí Don Angelo se horroriza no al ver su estado, sino al enterarse que la paliza se la ha dado su protegido Frank.

Don Angelo ordena a sus hombres la muerte de Frank. A pesar de que  Mitch DiMorra  (Louis Zorich) le pide que reflexiona sobre la orden y le hace cambiar de idea. Pero ya es tarde y los hombres de Don Angelo atentan como Frank y su consegliere, matando a este último. Se inicia así una guerra entre clanes. Al estar mermado el Clan de Frank, le pide ayuda a Vicent Frargo, que insiste a su hermano que vuelva con él, que lo necesita dado que el hermano menor es inteligente y un buen estratega.

A partir de aquí se inicia una guerra entre familias , matándose los unos a otros alentados por el conspirador Orlando. La guerra se extiende por la ciudad y por otros Estados  como Florida en el que Don Angelo busca refugio y allí simula su propia muerte. Una estratagema para posteriormente contraatacar. En ese contraataque una emboscada cae Vicent, Frank escapa por los pelos y el taller de los Fargo literalmente vuela por lo aires. Todo esto lleva a Tony a convertise en el nuevo jefe del clan, incluso se encuentra ahora por encima de un debilitado y solitario Frank.

Para contrarrestar el poder don Angelo y financiar la reacción militar, Frank marcha a Nápoles. Allí La Camorra da cuenta de él por orden de Luigi Orlando.

Ahora el buen juicio de Tony Fargo lleva al enfrentamiento final con la gente de DiMorra, acaban en un ataque con el cuartel general, con el hermano del jefe del clan, Mitch, mientras que Don Angelo es su casa al ser informado tiene un infarto que lo deja en silla de ruedas.

Mientras esto ocurre, el hermano de Luigi sale de la cárcel y quiere volver a recuperar su poder. Tras ser informado por la codiciosa  Marie, amante de su hermano, prepara el fin de su poder.

Un día se convoca una reunión en casa de un inhabilitado Don Angelo que ha sobrevivido a la guerra. Allí se persona la gente del clan Orlando, así como Tony. Éste informa de que el conflicto se inició con la carta anónima que ponía en conocimiento de Frak la traición de Ruby Dunne. Todos deducen que fue cosa de Luigi Orlando quien tras una persecución muere  al igual que Marie.

Ahora Tony que ha sobrevivido a este mortal que ha diezmando a los hombres de una y otra familia. Ahora él es el Don.  ¡El don a muerto, Viva el Don!

La película que  se estrenó el 14 de noviembre de 1973 , y cuya historia parece desarrollarse entre Los Ángeles,   Las Vegas y Miami logra mediante una fotografía tersa recia y por momento seca tiene muy buenos momentos de cine negra. Es un buen ejemplo de  películas surgidas siguendo la senda trazada por el "El Padrino" en la década de los 70. De hecho el personaje de Frederic Forrest tiene mucho de Michael Corleone ( su intención de mantenerse al margen, su formación intelectual  o su integración definitiva en la estructura tras la muerte de un familiar). Es más aparecen igualmente dos de los actores del primer Padrino, Al Lettieri ( que también será protagonista en otras películas con mafia de por medio como Mister Majestick del mismo director) y por supuesto de Abe Vigoda.

La película partía del libro de Marvin H. Albert, que será ejecutada por un eficaz y prolífico   Richard Fleischer que lo hace con firmeza y mano maestra al igual que hará en otras muchas películas de acción y de mafiosa que nos mantienen en el sillón todo el rato.

El resto de la película es igual de sólido como la  banda sonora y su puntuación a cargo de Jerry Goldsmith, o ese reparto  encabezado por Anthony Quinn  que, como en la de Gotti, vuelve a bordar su papel de mafioso italiano.

La película cuenta con escenas de  violencia bien coreografiadas con armas de fuego, bombas e incluso barras de hierro. Impactantes algunas de la muerte e incluso como mueren algunos de los que caen, que bien caen al suelo.

La crítica de la película en la época fue positiva. De ella destacamos lo dicho en las páginas del New York Times por AH Weiler "El Don Is Dead tiene los atributos de algunas buenas actuaciones, con un tono adulto y enorme naturalidad". Destaca el trabajo de  Forrest, Al Lettieri ( fallecido prematuramente tras un infarto sin llegar a los cincuenta) Forster y Quinn de que el crítico su papel de hombre " malhumorado amenazante y tan pulido y relajado como un  profesional familiarizado con este tipo de papeles. "

"El Don Is Dead" fue realizado por un equipo de los mejores profesionales de Hollywood, y su experiencia es evidente. El ritmo de "The Don Is Dead" es excelente al igual que la fotografía de Richard H. Kline por acercarnos con sus claroscuros en color con el cine negro. Es sin más una buena película, puede que no sea inolvidable, pero se deja ver. Y lo ya dicho: ¡El Don ha muerto, viva el Don!

viernes, 13 de noviembre de 2015

Il capo John Gotti



Reconozco que dentro de los diversos canales que emiten regularmente películas o series que tengo en mi televisión el de Sundance es de los menos transitados. No por nada especial, sino porque cuando me pongo veo títulos posiblemente más conocidos en los otros dejando un pelín relegado este canal. Sin embargo, la opción que me da de grabar película si me ha permitido grabar alguna para luego, en la relativa tranquilidad que me da la medianoche poder verlo.

Una de las primeras películas que grabé y que emitió este canal alla por el mes de septiembre fue Gotti, una película nada panegírica del mafioso italoamericano, el que fuese el gran capo de la ciudad de Nueva York durante los ochenta, y cuyo apellido se liga a otros tales como los Gambino, o Castellano Gotti: rise and fall es una película para televisión producida por la HBO en 1996 sobre el Don de la Mafia neoyorlina dirigida por Robert Harmon. 

La película está producida por Gary Lucchesi y David Coatsworth para la HBO Films y distribuida por la HBO. La película fue el telefilme original de mayor audiencia en la historia de HBO en ese momento, según IMDB.  

El guión está escrito por Jerry Capeci, Gene Mustain y se bada en la obra escrita por Steve Shagan Gotti: rise and fall , y la música , curiosamente, es de Mark Isham del que hablábamos ayer en Six Feet Under. La fotografía , muy acertada, es de Alar Kivilo. El montaje correspondió a Zach Staenberg La película está protagonizada Armand Assante, en el papel del título en forma infame Gambino familia del crimen jefe John Gotti, William Forsythe, y Anthony Quinn.

El reparto lo encabeza un magnífico Armand Assante como John Gotti, que se hace acompañar en los principales papeles por Anthony Quinn como Aniello Dellacroce y William Forsythe como Sammy Gravano. Richard Scott Sarafian como Paul Castellano, Frank Vincent como Robert DiBernardo, Dominic Chianese como Joe Armone, Robert Miranda como Frank DeCicco, Scott Cohen como Gene Gotti, Raymond Serra como Frank LoCascio, Vincent Pastore como Angelo Ruggiero, Marc Lawrence como Carlo Gambino, Tony Sirico como Joe D'Miglia, Alberta Watson como Victoria Gotti, Al Waxman como Bruce Cutler, Yank Azman como Juez Nickerson, Tony De Santis como John Favara, Gil Pilar como Frank Gotti, Gerry Mendicino como Peter Gotti y Frank Crudele como Nicholas Scibetti. 

La película comienza en 1973, en Nueva York, y termina en 1992, con la prisión de Gotti. La película comienza con una perorata del jefe mafioso hablando sobre los valores básicos de la Mafia neoyorkina, expresando la importancia que tienen para ellos el honor y la lealtad. Poco despues, años antes,en 1973, descubrimos a John Gotti, en un garito que estaba bajo el control de Carmine Fatico como jefe de un reducido grupo mafioso neoyorquino. 

Acababa de salir a la calle, y ya tenía ya treinta y dos años, pero todavía quería convertirse en mafioso. Volvió a acercarse a los Gambino, demostrando que su decisión de intentar unirse a la Cosa Nostra había permanecido firme y que los casi tres años a la sombra no le habían hecho recapacitar. Aquella actitud gustó a los mafiosos y varios de ellos pensaron que se necesitaba ese tipo de carácter en la organización. A ese sitio llega el subjefe de la familia Aniello "Mr. Neil" Dellacroce un jefe importante y feroz de la Cosa Nostra que ha protegido como si fuera un hijo a John Gotti. 

Gotti era bueno a nivel de calle, se hacía respetar. Dellacroce, un hombre que ha crecido en la Mafia en la misma calle tiene con este neoyorkino nacido en el Bronx una profunda y rocosa amistad. La misma que el siente por uno de los acompañantes de Gotti, Angelo Ruggiero. Ambos harán un "trabajito" para el capi dei capi Don Carlo Gambino, un ancianito de aspecto pacífico que hablaba siempre en voz baja y vestía trajes modestos. 

Don Carlo, el capo mafioso más temido y respetado del país, le pide que acabe con Westie, un mafioso irlandés, responsable del secuestro y asesinato de un sobrino querido, Emanuel Gambino, y que es una auténtica declaración de guerra. Gotti, junto a sus colegas Angelo Ruggiero —su amigo de la infancia— y Ralph Galione se encargan del asesinato de James McBratney -el irlandés-. 

Pero no es un trabajo limpio ya que lo ejecuta de mala manera por Galione, un soldado muy metido en la droga , que , posteriormente, será eliminado por los hombres de Gotti, sin permiso alguno. Algo que tiene trascendencia en la organización y que le podía haber costado la vida a Gotti, si Neil no interviene a favor de su ahijado. Poco a poco vamos conociendo al resto del clan a los que se van sumando todos los protagonistas de esta película, entre los que destaca Salvatore "Sammy the Bull" Gravano. 

Al haber tantos testigos, a la policía no le costó atar cabos: John Gotti fue detenido acusado de complicidad en el asesinato y declarado culpable, por lo que tuvo que pasar otros dos años en prisión. Cuando en 1977 salió de la cárcel, con treinta y siete años de edad y varias condenas a sus espaldas que había sobrellevado sin pronunciar la más mínima queja, fue finalmente llevado a la ceremonia de iniciación donde lo convertirían en un verdadero integrante de la Mafia. 

Tras hacer el juramento era ya miembro de pleno derecho de la familia Gambino y podía por fin apartarse de los trabajos sucios —robos, tiroteos y demás— para dedicarse a gestionar negocios más importantes. Su carácter agradaba al segundo de la organización, Aniello Dellacroce, y pese a que era un recién llegado fue casi inmediatamente ascendido al rango de «capitán», lo que significaba que estaba al mando de su propia banda. 

Don Carlo, el jefe de los Gambino, era un «padrino» de la antigua generación que veía la Mafia como un negocio y prefería considerar todas las demás opciones antes de utilizar la fuerza bruta. Don Carlo se negaba a determinados negocios como la droga, y solía reflexionar mucho cada nueva maniobra y exponía sus argumentos citando frases de Maquiavelo, cuyo manual estratégico El Príncipe había leído hasta aprenderse fragmentos de memoria. Eso no impedía que cuando él lo consideraba necesario pudiera ser implacable y expeditivo, motivo por el que también era muy temido. Cuando no tenía más remedio que utilizar la violencia recurría a su mano derecha, el agresivo Aniello Dellacroce, el mismo que tan bien se llevaba con John Gotti. Carlo Gambino prefería otras maneras de resolver los problemas y no pensaba que alguien como Dellacroce, callejero e inculto, estuviese preparado para sucederle en la jefatura. Cuando Carlo Gambino murió en su cama en 1976, sorprendió a muchos de sus subordinados —y sobre todo a Aniello Dellacroce— dejando una última voluntad con la que nombraba como sucesor a su cuñado, Paul Castellano. 

La familia Gambino ingresaba unos cien millones de dólares anuales y su jefatura era el más cotizado botín en el crimen estadounidense. Casi todos en la organización habían dado por hecho que Dellacroce se merecía el puesto, ya que siempre había hecho el trabajo sucio para Don Carlo. Pero el nombramiento de Castellano, que apenas había pisado las calles, cayó como un jarro de agua fría. Pese a toda la tensión y un ambiente de guerra inminente se llegó a una solución pacífica cuando Castellano accedió a mantener a Dellacroce como segundo de a bordo. Aquello, al menos en la teoría, iba a servir para aplacar los ánimos. 

El nuevo jefe resultó no ser bien aceptado. Paul Castellano no era «uno de los suyos». El propio Castellano se consideraba un hombre de negocios y era presuntuoso y altivo. Desde luego a Gotti la elección no le gusta como lo demuestra en la calle frente a su garito y así lo observa la policía.A Paul Castellano tampoco le gustaban Dellacroce ni John Gotti. 

Para empezar, Castellano se ufanaba de sus antepasados sicilianos y menospreciaba los orígenes napolitanos de Gotti. Tampoco le gustaban su adicción al juego, los modos callejeros y violentos de la banda de Gotti, que juzgaba excesivos e inapropiados. Castellano deducía que la única manera en que John Gotti podía hacer frente a sus cuantiosas pérdidas era el tráfico de heroína, actividad lucrativa pero que él mantenía terminantemente prohibida en la familia Gambino. 

Sin embargo lo que más le interesaba era el dinero así que se pasó de «el que trafica, muere» a «al que pillen traficando, lo mataremos». Por otro lado, la droga, muy perseguida por la policía facilitaba la entrada de éstos en las organizaciones como infiltrados y una buena red de escuchas. Aniello Dellacroce, su lugarteniente y principal respaldo de Gotti en la familia, estaba muy enfermo. Le habían diagnosticado un cáncer y le quedaban solamente unos meses de vida. 

A pesar de que él tampoco soporta a Castellano, no quiere que la Cosa Nostra se desangre, y así se lo hace saber a John. Gotti solamente podía llegar a una conclusión: tenía que aniquilar a Castellano antes de que Castellano lo aniquilase a él, pero para ello había que esperar a Neil. 

El 2 de diciembre de 1985 moría de cáncer Aniello Dellacroce, segundo en la familia mafiosa de los Gambino. Era una muerte anunciada desde meses atrás pero, aun así, causó cierta conmoción. El jefe de la familia, Paul Castellano, no acudió al funeral.su ausencia en el funeral fue considerada insultante por muchos subordinados, entre ellos el más ambicioso de los capitanes de la familia, John Gotti. 

Para entonces ya estaba convencidos Sammy «el Toro» Gravano, metido en el lucrativo negocio de la construcción neoyorquina, que dirigía una importante sociedad junto a Louie DiBono, otro mafioso de la familia. A la oposición se sumó Frank DeCicco que se vió relegado por Thomas Bilotti, confidente, guardaespaldas y chofer de Castellano. También se unió el consigliere Joseph Gallo 

Así, Gotti se había ido haciendo con importantes apoyos dentro de la familia, pero su plan de matar a Castellano todavía tenía que contar con la aprobación de la Comisión, el máximo órgano de gobierno de la Cosa Nostra estadounidense, donde estaban los jefes de las principales familias. 

Gotti, en vez de solicitar ayuda directamente a los jefes, sondeó la opinión de los mandos intermedios de las otras familias, que generalmente eran tipos como él, matones . Estos capitanes no solamente le dieron su apoyo moral sino que le proporcionaron información acerca de cómo reaccionarían sus propios jefes. De esta manera Gotti evitó involucrar a las cúpulas pero supo que al menos tres jefes de las cuatro restantes familias, los Bonanno, Lucchese y Colombo, estarían dispuestos a la aprobación. La única familia a la que no sondeó fue la de los Genovese, cuyo jefe Vincent Gigante era amigo personal de Castellano. 

Solamente dos semanas después de la muerte de Aniello Dellacroce, el 16 de diciembre de 1985, la concurrida calle 46 de Nueva York. Un lujoso automóvil se detuvo frente al restaurante Sparks Steak House. Sus dos ocupantes abrieron la puerta para salir pero apenas habían puesto el pie sobre el asfalto cuando se les acercaron cuatro pistoleros ataviados con abrigos y gorros de invierno al estilo ruso. Los dos hombres fueron acribillados a balazos. Paul Castellano y Thomas Bilotti perdían la vida. 

Puesto que Castellano no había dejado sucesor designado —y si lo hubiese dejado a nadie le hubiese importado, obviamente— se planeó una reunión donde se votaría el nombramiento de un nuevo «Don». Inicialmente, surgió un triunvirato directivo formado por tres hombres: Frank DeCicco, Joe Gallo- el consigliere - y John Gotti. Los veinte principales miembros de la organización se reunieron finalmente para votar y fue el propio DeCicco quien propuso en voz alta el nombre de John Gotti. Salió elegido por unanimidad. 

Gotti eligió a Frank DeCicco como lugarteniente. Las familias aceptaron la política de hechos consumados. Gotti empieza a aparecer con imponentes trajes hechos a medida que le valieron el sobrenombre de Dapper Don, «el Don apuesto». Se mostraba al mismo tiempo cordial y distante con el público o la prensa. Pero eso no impedía que tuviese ataques de ira como el que mostró hacia Romual Piecyk, en que quedó absuelto tras comprar a la propia víctima y a miembros del jurado. 

Sin embargo, el principal roblema era la ley RICO, un mecanismo legal que permitía utilizar la jerarquía de un mafioso en su organización para acusarle de aquellos delitos que, aun sin haber sido cometidos personalmente por él o aun sin que constara con pruebas que los hubiese instigado, podían considerarse el resultado de sus órdenes directas dado su lugar en la jerarquía. Esto atacaba la línea de flotación del principal sistema de defensa legal de los mafiosos: la estructura piramidal de la Cosa Nostra, que hacía muy difícil encontrar pruebas directas que relacionasen a un mafioso de la cúpula con los crímenes que se cometían en la calle. 

En el caso de la familia Gambino, acribillada por escuchas telefónicas y micrófonos desde varios años atrás, los investigadores tenían información más que suficiente. En este nuevo juicio John Gotti se enfrentaba a una posible pena de veinte años de prisión, incluyendo por ejemplo la complicidad en un asesinato cometido en 1977. Las perspectivas no resultaban nada halagüeñas. Sobre el papel parecía que no podría evitar la cárcel. 

Gotti, previendo la dificultad de este proceso judicial, había empezado a tomar medidas desde el mismo momento de su ascenso. Prohibió que los miembros de su organización llegasen a acuerdos con las autoridades para acortar o evitar sus condenas, ni siquiera cuando estos acuerdos no implicasen delatar a otros. 

No quería que nadie se declarase culpable de nada: dado que la ley RICO trataba la organización criminal como una red, aquello equivalía casi a reconocer que los demás acusados podían ser culpables también. Es una ley sobre el Chantaje Civil, la Influencia de las  Organizaciones Corruptas (RICO). Entre tanto, la prensa realizaba una cobertura cada vez más desmesurada del juicio, que poco a poco iba transformándose en un espectáculo hollywoodiense. En esto que un día, Frank DeCicco y Sammy Gravano estaban en un restaurante de Brooklyn, asistiendo a una reunión a la que se suponía debía acudir también John Gotti. 

El coche de DeCicco estaba aparcado en la puerta. Mientras DeCicco y Gravano caminaban hacia el automóvil se les acercó un mafioso al que conocían, Frankie Bellino. Miembro de la familia Lucchese, Bellino estaba pendiente de juicio a sus casi setenta años y quería pedirle a DeCicco el número de su abogado. Este recordó que casualmente tenía una tarjeta con el número de teléfono en la guantera del coche, así que ambos, DeCicco y Bellino, se acercaron al vehículo para recogerla. El objetivo era John Gotti, y al confundir a Bellino con el jefe el coche estalló. Muere DeCicco. 

La prensa no tardó en airear informaciones que un confidente había proporcionado a la policía, señalando a Vincent Gigante como principal promotor del atentado. El jefe de los Genovese había querido vengar el asesinato de Castellano y aprovechó la temporal debilidad de Gotti, que además vemos en la película que es informado por el FBI de un previsible atentado. Gotti se puso furioso pues era el inicio de una guerra entre los Gambino y los Luchese-Genovese. Ante lo que se avecinaba el juez Nickerson decidió aplazar el juicio imponiendo una moratoria de cuatro meses. Nacía así la leyenda de "Don Teflón". 

El abogado defensor de Gotti, Bruce Cutler en eso, en un intocable judicial al que le favorece la compra de miembros del jurado. Pero la ley RICO seguía su curso y un nuevo proceso llevará al banquillo a John Gotti. Pero una segunda absolución consecutiva, le dabna una imagen de intocable a John Gotti John Gotti salió absuelto por tercera vez consecutiva. Acababa de nacer el Don de Teflón, el hombre a quien le resbalaban todas las acusaciones. 

Sin embargo, el 11 de diciembre de 1990 una redada del FBI registraba la planta baja y el apartamento situado en Mulberry Street , refugio y lugar de reuniones de Gotti. El propio Dapper Don fue detenido y esposado. Deslumbrando a los agentes con su habitual derroche de carisma y seguridad en sí mismo, el mafioso dijo en tono jocoso: «Os apuesto tres a uno a que salgo de esta». 

Después de haber triunfado en tres juicios consecutivos pocos tenían ganas de apostar contra él… y sin embargo esta vez se equivocaba; aquella detención era el principio del fin de su reinado en las calles. Gotti era un criminal, pero no parecía existir la manera de que las autoridades pudieran meterlo en prisión. Su constante presencia en los medios, libre e impune, era una burla al sistema. La propia ley RICO, cuyo objetivo era acusar a jefes mafiosos de crímenes cometidos por sus subordinados usando el escalafón mafioso como carga acusatoria, aunque los jefes no hubiesen tenido una implicación física directa en esos crímenes no causó mucho daño a las organizaciones mafiosas tan estructuradas como la Cosa Nostra estadounidense. 

La mejor defensa que tenía un jefe mafioso ante la ley RICO era la de costumbre: acentuar el sistema piramidal de su organización poniendo la mayor distancia posible entre él y los crímenes de calle que cometían sus subordinados. Pero la recurrente frase de muchos jefes de la Cosa Nostra americana, de que «no existe la Mafia». Los jefes mafiosos negaban tener relación con las mismas organizaciones callejeras que dirigían. 

Gotti retomó algunas costumbres de hacerse visitar por subordinados que le informaban cara a cara y le presentaban sus respetos a la manera siciliana, Gotti reclamaba la presencia de su underboss y consigliere cinco días a la semana. Los capitanes de rango medio debían acudir a él una vez por semana. Incluso recibía personalmente a asociados que en otras familias mafiosas rara vez hubiesen hablado personalmente con el jefe. Y eso era exactamente lo que hacía en el Ravenite Social Club. Creyéndose completamente seguro, utilizaba el apartamento de la primera planta como espacio o santuario donde se hablaba abiertamente de sus «negocios». 

John Gotti tenía la «Familia» cerca y coontaba con sus hermanos Peter, Richard y Gene Gotti, implicados en la organización y, como el propio John, muy experimentados en las calles. También nombró caporegime a su hijo John Gotti Jr. «Junior». 

Sin embargo, la relación de Gotti con su segundo, el underboss Sammy «el Toro» Gravano, empezó a deteriorarse rápidamente cuando Gotti sospechó que Gravano le había estado utilizando para eliminar a sus propios rivales dentro de la Familia. pues las ejecuciones siempre habían terminado beneficiando siempre al mismo tipo: Sammy Gravano. 

Esto se ve en la película con el caso de Robert DiBernardo, uno de los magnates de la lucrativa industria pornográfica estadounidense y un dandy. Formaba parte de la Familia por su importante contribución económica y no parecía tener más ambiciones que mantener su actual negocio. Gravano difundió la idea de que DiBernardo quería ir contra Gotti, así que decidió eliminarlo. DiBernardo fue convocado a una falsa reunión de negocios y mientras esperaba la taza de café que acababa de pedir, le metieron una bala en la parte posterior de la cabeza. Gravano se quedó con varios intereses del asesinado, incluyendo el control de un sindicato. Tras las continuadas victorias judiciales de Gotti, los agentes del FBI sentían desánimo y frustración. Habían visto fracasar estrepitosamente a la policía neoyorquina y a los agentes de la fiscalía. 

La localización del Ravenite Social Club fue clave para los agentes del FBI para pasar desapercibidos y detectar que en su interior se daba información. Gotti se paseaba invariablemente por las aceras de la calle Mulberry conversando tanto con miembros de su banda . Los agentes del FBI sabían de la necesidad de instalar micrófonos allí, y pese a las precauciones de los mafiosos, lo hicieron. 

En aquel apartamento tan frecuentado Gotti hablaba de muchos asuntos. Gracias a aquella locuacidad el FBI no tardó en establecer conexiones entre Gotti y diversos crímenes cometidos por miembros de su organización, incluyendo el reconocimiento abierto de que pertenecía a la Cosa Nostra. Gotti en una conversación con Gravano fue sorprendido por el FBI y juntos, al boss y al underboss de la organización. Durante una reunión en el Ravenite, el FBI sorprendió a Gotti, a Gravano y al consigliere Frankie Locascio, llevándoselos esposados. La Familia quedaba descabezada (aunque los hermanos y el hijo de Gotti no tardarían en tomar las riendas). 

Gotti se había equivocado gravemente permitiendo que los detuvieran a él y a Gravano a la vez. Aquello tendría consecuencias nefastas en su futuro. La película termina con la condena de Gotti y condena a cadena perpetua en el centro penitenciario federal de Marion, Illinois. 

Para las acusaciones se contó con la colaboración de Gravano quien se comprometió a declarar contra Gotti. La película se basa principalmente en el trabajo del periodista Jerry Capeci, quien también escribió la novela que documenta el ascenso y la caída de Gotti en la banda de los Gambino, y además desempeñó el papel de productor ejecutivo de la película. 

La película recibió varios premios. En los Emmy de 1997 tuvo siete nominaciones, incluyendo el de mejor telefilm, aunque el único premio se lo llevó merecidamente Armand Assante Mejor actor.  

Assante también recibió un Globo de Oro nominación del mismo año. En los Globos de oro obtuvo tres nominaciones, incluyendo el Mejor miniserie o película para TV. Y en los Satellite Awards fue nominada Anthony Quinn como Mejor actor secundario. 

Estamos ante un biopic nada hagiográficoa, que presenta al mafioso desde la brutalidad, en la que tanto un soberbio Armand Assante como Anthony Quinn, en uno de sus últimos papeles, como William Forsythe hacen una gran actuación, al igual que todos aquellos que conocemos por su participación en otras series como los Soprano. 

Lo cierto es que la historia de John Gotti prosigue hasta el 10 de junio de 2002, en la que el preso confinado en una celda de la cárcel de Springfield, fallecía. Acabada así uno de los protagonistas mafiosos de la Gran Manzana y que tras ser condenado a cadena perpetua fue derrotado por un cáncer. 

Fue un Don muy influenciado por el cine, y ese gusto por el lujo y la ostentacion tenía referencias a El padrino o a las obras de Scorsese, al menos en su comportamiento y su vestuario. Su sucesor en la familia fue John Gotti junior , que encabezó durante poco tiempo la familia Gambino -presidía la comisión que dirigía el clan mientras su padre languidecía en prisión- hasta que se declaró culpable de todos los cargos y su tío Peter llegó al poder. Gotti jr. ha vendido los derechos de la vida de su familia a Fiore Films, una pequeña productora, y quiere reescribir la historia de su familia. 

La película rodada en Nueva York en 1996, tenía frescas las últimas andanzas del capo. De hecho, sólo cuatro años antes el 12 de febrero de 1992 John Gotti volvía a sentarse en el banquillo junto a su consigliere Frankie Locascio, para afrontar los cargos que incluían la implicación en diversos asesinatos. Contrariamente a sus anteriores juicios, esta vez el jurado era anónimo y como medida extraordinaria, estaba recluido por completo y vigilado de continuo por los U. S. Marshals, cuerpo policial del Departamento de Justicia que se encarga de la seguridad en procesos judiciales. 

La fiscalía incluso planteó que Bruce Cutler, había actuado no solamente como defensor de John Gotti sino también como asesor legal de la organización Gambino, por lo que era susceptible de ser llamado como testigo para declarar sobre todo lo que supiera acerca del funcionamiento interno de la organización criminal. Cutler no podía participar en la causa como abogado. Gotti tuvo que recurrir al abogado Albert Krieger, antiguo defensor de otro mafioso, Joe Bonnano. Pero Krieger no era Cutler. Y además las declaraciones de Sammy «el Toro» Gravano hizo el resto. 

El antiguo colaborador, el underboss de Gotti, firmó una declaración previa en la que señalaba a Gotti como autor intelectual de graves crímenes. John Gotti no perdió en ningún momento su actitud autosuficiente al menos en público. Varios testigos corroboraron la información del FBI. Un mes después del testimonio de Gravano, un jurado condenaba a John Gotti, que era declarado culpable de todos los cargos. Fue enviado de vuelta a la cárcel en espera de una sentencia definitiva, la cual llegaría en junio. 

Durante veintitrés horas al día, Gotti languidecía en una celda solitaria, donde tenía una pequeña televisión en blanco y negro. Según las memorias de su hijo Junior, era tratado «peor que un preso de Guantánamo». Eso sí, el estatus de John Gotti en la vida social de la prisión era el de un hombre temido y respetado. Tenía solamente una hora para pasear por las instalaciones, pero cuando salía de su celda los demás presos le hacían pasillo, y a nadie se le ocurría meterse con el todavía jefe de los Gambino. 

Dos años después, en 1998, se le diagnosticó a Gotti un cáncer de laringe. Trasladado a un hospital penal fue operado para retirar el tumor, que terminaría reapareciendo al cabo de otros dos años. Su hijo John Gotti Jr. acusó a las autoridades de no haber supervisado correctamente la salud dental de su padre, lo cual provocó una infección masiva en su maxilar y, según él, la aparición del cáncer.John Gotti murió el 10 de junio de 2002. 

Este verano he paseado por Mulberry Street. Sigue siendo formalmente Little Italy, aunque ahora por sus bajos y en sus pisos se van introduciendo la comunidad china. No me fijé especialmente en el número 247 de la calle que ahora es una zapatería flanqueada por una tienda de comestibles, una lavandería y el Rubirosa Ristorante, pequeña pizzería de prestigio y que fue el Ravenite Social Club,. En este si me fijé, de hecho, un camarero me ofrecía la carta para comer en él. 

Poco queda del teflón y menos del lujo, pero que impactantes, en ocasiones hipnóticas - tengo que reconocerlo- me resultan las historias de los gansters, aunque fueseb criminales sin escrúpulos. Pero en sus historias de auge y caída, hay mucho de heroicidad clásica mal entendida, o así parece transmitirse desde las historias que vemos en el cine. Aunque no olvidemos que el cine siempre ha sido y , en gran medida, siempre - afortunadamente- será mentira.