jueves, 7 de marzo de 2019

El indomable Douglas


El hijo de un trapero se convirtió en la última estrella masculina viva de Hollywood: Kirk Douglas. El actor ha cumplido recientemente 102 años y junto a Olivia de Havilland, son las leyendas supervivientes más veteranas del Hollywood clásico. 

La historia del hijo de un trapero, un hombre que vendía productos de segunda mano y botellas usadas, es la historia de un hombre nacido en una aldea campesina de Chavusy en el Imperio Ruso con el nombre de Issur Danielovitch Demsky, que huyo del antisemitismo del Imperio, se instaló junto al trapero de su padre, Herschel Danielóvich, en Ámsterdam (una ciudad al norte del estado de Nueva York), y que aunque se llamada Demsky , tras pasar por su trabajo en unos almacenes, comenzó a formarse en la St. Lawrence University de Nueva York, donde fue ganador del "Campeonato de Lucha Libre Universitario" y uniéndose al grupo de teatro de la universidad, The Mummers. 

Después pasó por en la Academia Norteamericana de Arte Dramático de Nueva York, una escuela de actores y actrices en la que fue compañera de Lauren Bacall decidió dejar a un lado por su auténtico nombre por el artístico Kirk Douglas. Eso no exime que le llaman con su nombre familiar, Izzi. 

Pues bien, en la noche temática del sábado le dedicaron un documental titulado , Kirk Douglas, l'indompté, del "réalisateur" : Hubert Attal. Douglas centró entonces su objetivo en los escenarios teatrales de Broadway, donde debutó en 1941 en una obra llamada Spring Again. Ese mismo año fue llamado al servicio militar, y se incorporó a la Armada de los Estados Unidos, pero la deja tras ser herido. 

En esos años se casó con una hermosa modelo y actriz llamada Diana Dill, con quien además había coincidido en la American Academy of Dramatic Arts, en 1943.​ La pareja tuvo dos hijos: Michael y Joel. 

Kirk Douglas comenzó su carrera en la década de 1940. Pero el debut de Douglas en el cine se produjo gracias a la ayuda de Lauren Bacall, que recomendó a Douglas a Hal B. Wallis, productor y cazatalentos de la Paramount. Trabaja en su primera la película The Strange Love of Martha Ivers. En 1947, Wallis, cedió los derechos de Douglas a la productora RKO para dos largometrajes; Retorno al pasado de Jacques Tourneur y A Electra le sienta bien el luto.

Después, Kirk Douglas pasó a trabajar para la 20th Century Fox, donde debutaría en 1948 con Murallas humanas, y trabajaría para directores como Joseph L. Mankiewicz, en Carta a tres esposas. 

En 1949 su carrera da un giro cuando interpreta a un boxeador en la película El ídolo de barro, de Mark Robson, una producción de Stanley Kramer y Robson, donde por su realista interpretación es nominado al Óscar al mejor actor. Estamos en 1949, y ya tiene su primera candidatura al Oscar, lograda a los tres años de debutar en el cine . Un drama de boxeo en la que Kirk Douglas saca partido a su poderoso físico. La película tuvo un éxito enorme y con ella alcanzó el estrellato muy rápidamente. Kirk se hizo conocido por su temperamental carácter y desarrolla ideas cercanas a los demócratas y presididas por el concepto de compartir y solidaridad de su comunidad religiosa, la judía. 

En la década de 1950, estaba en el apogeo de su fama, desempeñando papeles clave como Cautivos del mal (1952) de Vincente Minnelli, la primera de sus tres colaboraciones con Kirk Douglas. Esta, sobre el mundo del cine y de cómo un productor manipula a la gente que le rodea, contada en una poderosa concatenación de flashbacks, es impresionante. La secuencia del collar de perlas para explicar cómo debe estructurarse una película marca la historia del séptimo arte. Minnelli dijo que «trabajar con Kirk Douglas en las tres películas que hicimos juntos fue, hasta donde me alcanza la memoria, la colaboración más gratificante y estimulante de mi vida» y añadió «Kirk Douglas se caracteriza por un vigor y una energía incansable, por su disposición a probarlo todo y por el desinterés absoluto que le merece su aspecto físico. Eso de ser el héroe guapo le trae sin cuidado. Su entusiasmo y su entrega al proyecto son contagiosos». 

El 29 de mayo de 1954, Douglas se casa por segunda vez con Anne Mars Buydens, una actriz, productora y agente de prensa a quien conoció durante el rodaje de Act of Love, y con quien tendría dos hijos, Peter y Eric, y que a día de hoy le acompaña en sus paseos diarios por el área de Hollywood a sus 99 años, dejando a un lado sus múltiples romances previos con Pier Angeli, Ann Sothern, Marlene Dietrich, Rita Hayworth, Gene Tierney, Joan Crawford, Patricia Neal, Faye Dunaway, Terry Moore y Debbie Reynolds. 

En 1954 Douglas participó en la superproducción de Walt Disney 20000 leguas de viaje submarino, por la que ganaría 175.000 dólares. Este fue su mayor éxito desde El ídolo de barro. 

Después trabaja con algunas leyendas de la dirección como King Vidor y Henry Hathaway en La pradera sin ley y Hombres temerarios, no saliendo muy satisfecho de la experiencia. 

En 1955, Douglas fundó su propia productora cinematográfica, Bryna, llamada así en honor a su madre, y realizó su primera película como productor: Pacto de honor, dirigida por André De Toth. Al año siguiente lo tenemos en El loco del pelo rojo (1956), la tercera y última candidatura al Oscar para Douglas gracias a su recreación de Vincent Van Gogh. El biopic, de un meticuloso cuidado con el color, se rodó en numerosas localizaciones en las que de verdad vivió Van Gogh. 

Dos leyendas sobre la película de Minnelli. Tras su visionado John Wayne le dijo indignado a Douglas: "Pero, ¿cómo has hecho esto? Solo quedamos unos pocos, y debemos encarnar personajes duros, no maricas débiles". Los dos que había bebido se mosquearon , especialmente, cuando Douglas le dijo a Wayne, perdona sólo eres un actor. Y también cuando en mitad de un pase, Michael Douglas y su hermano, entonces unos críos, salieron corriendo entre sollozos de la sala cuando Van Gogh (su padre) se corta la oreja. Para Douglas fue el reconocimiento de la crítica, al obtener el premio al mejor actor del año del Círculo de Críticos de Nueva York. Catherine de la Roche dijo de Douglas que «su temperamento formidable, combinado aquí con una gravedad no perceptible en otros trabajos, le permite crear una caracterización llena de autoridad, verdad y momentos de genuina tragedia» 

Al año siguiente , en 1957, está presente en Duelo de titanes, de John Sturges, compartiendo protagonismo con Burt Lancaster y Hal Wallis, la recreación del duelo de OK Corral. Este fue el principio de su eterna amistad con Burt Lancaster. Douglas, muy puntilloso, midió la frecuencia y fuerza de sus toses en cada secuencia para mantener el raccord durante el rodaje. Un western antológico. 

Tras trabajar unas semanas en Francia aprendió su lengua que he escuchado expresándose perfectamente en un programa de la televisión francesa. En parte se señala en el documental que siempre manifestó un amor a Francia y a la cultura francesa. Es posible que esta sea la razón para que Kirk Douglas fuese también nombrado Caballero de la Legión de Honor en 1985, por sus servicios artísticos al país galo. 

Douglas que tenía conocimiento de la obra de un joven director le llamó para preguntarle si tenía un guión que sin posibilidad de estreno por haber sido rechazado por los Estudios. El director le mando los que sería el guión de Senderos de gloria, y le ofreció 350 000 dólares, lo que suponía un tercio del presupuesto total del proyecto. 

Douglas, que interpretaría a un coronel del ejército francés encargado de la defensa en juicio militar de tres de sus hombres, estaba dispuesto a financiar la cinta junto con su productora, Bryna y aceptó su papel en ella. Comprometido es consciente que hace una película difícil de ser aceptada por el público. "The Paths of Glory" fue un fracaso para la taquilla, `pero es un películón y. además, Kubrick sacó de ella a su esposa la cantante alemana que canta ante los soldados franceses. 

En 1958, Bryna produjo, y Douglas protagonizó, Los vikingos, un clásico del cine de aventuras, rodado en escenarios de Noruega a temperaturas gélidas... y con Douglas realizando sus propias secuencias de acción. 

Al año siguiente, en 1959, Hal B. Wallis volvió a pensar en Douglas para participar en otro wéstern de John Sturges, El último tren de Gun Hill, pero lo más interesante estaba por llegar. El proyecto era "Spartacus". 

Para retratar al esclavo Kirk Douglas contrató a Dalton Trumbo para la adaptación del libro Spartacus, de Howard Fast, y consiguió (con la ayuda de Charles Laughton y Lawrence Olivier) que su nombre apareciese en los créditos, pese al veto al que el guionista estaba sometido al ser uno de Los diez de Hollywood. Posteriormente, Kirk Douglas acudió a la productora United Artists, cuya respuesta fue negativa, pues la productora tenía en proyecto la producción de The Gladiators, de historia similar. Finalmente, Douglas encontró apoyo en Universal Pictures para la producción de la cinta. 

La dirección pasó a Anthony Mann, pero tras tres semanas de rodaje, hubo un cambio en la dirección y está pasó a manos de Kubrick. Spartacus (1960) se convertirá en un clásico. En realidad, lo iba a hacer Otto Preminger para quien Trumbo había escrito Exodo, pero Douglas apostó por un filme que habla sobre la libertad individual, sobre la conciencia y los deberes morales. Douglas, impulsor del proyecto, y Kubrick (contratado cuando el actor despidió a Anthony Mann) estuvieron a la gresca todo el rodaje, con frases antológicas para la historia, como la de Kubrick en la legendaria secuencia de "Yo soy Espartaco": "Kirk, esto es una enorme tontería". Curiosamente, uno de los momentos más emotivos de la película y que el propio actor centenario no hace mucho repitió en su propio teatro en Culver City, The Kirk Douglas Theater al decir "Yo soy el verdadero Espartaco". 

La década de los 60 continuó para Douglas con Un extraño en mi vida (1960), y El último atardecer (1961), y con la producción de películas propias, que no funcionaron muy bien: Ciudad sin piedad, Los valientes andan solos (1962), Dos semanas en otra ciudad, Silencio de muerte (1963), Tres herederas (1963), El último de la lista (1963) y Siete días de mayo (1964). 

De Dos semanas en otra ciudad (1962), la profundidad de la historia de un actor que retorna a la profesión después de tres años internado en un psiquiátrico en un pequeño papel y en la que trabaja su exesposa, culpable de su bajada a los infiernos . Fue una película que se rueda en Cinecittà. Una joya del drama con Vincente Minnelli con un trío de ases con Kirk Douglas, Cyd Charisse y Edward G. Robinson, con alcohol, declive personal y amor al cine de por medio. 

Importante fue igualmente Siete días de mayo (1964) en la que el presidente de EE UU planea firmar un tratado de reducción de armamento nuclear y los militares estadounidenses se preparan para un golpe de estado. Política ficción dirigida por John Frankenheimer con una espectacular frialdad, un gran reparto y con Douglas como un militar que ante las órdenes o la lealtad se decanata por esta última. 

En 1963, Douglas volvió a Broadway para protagonizar One Flew Over the Cuckoo's Nest, e incluso intentó llevar a cabo una adaptación cinematográfica, aunque no consiguió apoyo, así que cedió los derechos de la novela a su hijo Michael, cuya posterior versión cinematográfica con Jack Nicholson resultó un éxito y que permitió replantearse la carrera combinada de productor y actor del propio Michael. 

La segunda mitad de los años sesenta está llena de buenos e inolvidables títulos, aunque no destacados para la crítica. Entre ellos Primera victoria y Los héroes de Telemark en 1965, y La sombra de un gigante y ¿Arde París? en 1966. Posteriormente, el intérprete participó en dos western no muy exitosos: Camino de Oregón (1967), con Richard Widmarck y Robert Mitchum, y Ataque al carro blindado, (1967), con John Wayne. 

Al año siguiente realiza Otra ciudad, otra ley (1986), la última de las siete películas que Douglas rodó con su gran amigo Burt Lancaster, y la penúltima que Douglas produjo con su compañia Bryna Productions. Ambos dan vida a dos gánsteres que salen en libertad tras 30 años en la cárcel por robar un tren, y ven cómo la sociedad les empujan a volver al crimen. No es una obra maestra, pero destila encanto. 

Fue en 1969 cuando Kirk Douglas volvería a conseguir la aclamación de la crítica, con su papel en El compromiso (1969). 

La década de 1970, el actor participó en proyectos de lo más variado. Entre las películas destacan El día de los tramposos, La luz del fin del mundo, Un uomo de Rispettare, y televisivos. En 1980 participó como protagonista en la última producción de Bryna, El final de la cuenta atrás.

Ese mismo año, tras abandonar el rodaje de Acorralado, volvería la escena teatral con su amigo Burt Lancaster, en la obra The Boys in Autmn, que interpretaron en San Francisco. 

Pero también en estos años finales del siglo XX trabaja en el área social , política y cultural. En el área social apuesta y financia centros educativos en Estados Unidos e Israel.

En 1981, el presidente Jimmy Carter le impuso la Medalla Presidencial de la Libertad por «trabajar como emperador de buena voluntad» y «compartir con otros pueblos su amor por el cine y por su patria» visitandoe n su nombre Polonia, incluso va a la URSS donde descubre como Espartaco es un filme venerado. En lo cultural mantiene su teatro. 

La década de los noventa únicamente reservaba a Douglas cuatro papeles en películas menores, que serían Bienvenido a Veraz (1991), Óscar ¡quita las manos! (1991), Greedy (1994) y Diamonds (1999). 

Pero en esa década después de tres nominaciones y no conseguir ningún Oscar fue galardonado en 1996 con un Oscar honorífico por sus 50 años de dedicación a la industria del cine. Douglas recibió el galardón de manos de Steven Spielberg. Douglas, que apenas podía hablar, dijo: «Veo a mis cuatro hijos. Están orgullosos del viejo hombre. Yo también estoy orgulloso. Orgulloso de haber sido parte de Hollywood durante cincuenta años». El silencio, su silencio, se debe a que en en 1996 sufrió una apoplejía que le privó del habla y le dejó prácticamente paralizado. A pesar de ello, habitualmente se le ve junto a su hijo Michael Douglas en algunos eventos del medio. Con algunas de sus últimas imágenes termina este rico y fascinante documental francés sobre un actor extraordinario emitido en La noche temática .

El documental de Hubert Attal pone de manifiesta su larga vida como actor que le ha permitido protagonizar más de 90 películas, pero también ser el protagonista indiscutible de un cine clásico que sólo queda en nuestro recuerdo y eso sí, en muchas de sus películas. 

También decir que he vuelto a recuperar algo que ya sabía que este hijo de trapero, como él se define, es un indomable que no olvida sus modestos orígenes. Kirk Douglas, es " a man untameable" y un testigo activo y comprometido de su época además de una de las leyendas de Hollywood. Aún más leyenda a sus 102 años, gozando hasta el momento de buena salud, aunque en una entrevista con The Holliday Reporter aseguraba que "no creía que pasaría de los 100". 

Un hombre que demuestra que su naturaleza interpretativa era nada comparada con su naturaleza humana. Es normal que su hijo dijera de él en un acto público " estoy muy orgulloso de ser tu hijo».


No hay comentarios:

Publicar un comentario