domingo, 10 de marzo de 2019

Wasabi mafioso


No hay duda de que el cine francés, el presente y el pasado,  pretende ser original, y lo es. Se suele meter en todos los géneros, pero , además, los mezcla y la miscelánea resultante no suele salir mal. Responsable de ello creo que son sus productoras y en especial aquellas que tiene lo que yo llamo el "toque Besson", que,  de un tiempo a esta parte, está en todo. A esto se suma un grupo de actores que cuando trabajan lo hacen bien, pues no sólo son eficaces, sino que son creíbles en lo que hacen, en todo lo que hacen. Este es el caso de Jean Reno y de esta película, Wasabi. Una película perdida hace un año, y que la volví a encontrar en un pase de la Paramount Pictures.

Wasabi o Wasabi. El trato sucio de la mafia , aunque en su versión original se llamado Wasabi, la petite moutarde qui monte au nez, es una coproducción entre los franceses y los japoneses que combina la acción, con la comedia y el drama, planteado igualmente con toques cómicos y con claras influencias del cine estadounidense.

Fue dirigida a inicios de este milenio por el director de éxito Gérard Krawczyk. Como ya he señalado tiene el toque Besson, pues no sólo Luc Besson es el productor sino que en este caso , además, es el guionista. Al estar Besson en el ajo hay , como decía el oro día un compañero de trabajo, hay taco cerca. La encargada del producto, la productora de Besson, EuropaCorp, encargada de la distribución en Francia con su Europa Corp, así como de otras productoras como TF1 Production Films , Samitose Productions , StudioCanal , Victor Company of Japan , Destiny . Distribution y TriStar Pictures en otros lugares como Estados Unidos invirtió en ella la friolera de 15.300.000 euros, aunque otras fuentes hablen de 18 millones.

Cuenta con la participación de Éric Serra en el apartado musical junto a Julien Schultheis, con la fotografía de Gérard Sterin y el montaje de Yann Hervé. También intervienen Jacques Bufnoir , Jean-Jacques Gernolle y Emma Lebail en el vestuario.


El elenco está integrado por actores franceses y japoneses, entre los que cabe destacar a Jean Reno como Hubert Fiorentini, Michel Muller como Momo, Ryōko Hirosue en el papel de Yumi y Carole Bouquet como Sophie. Junto a ellos aparecen Ludovic Berthillot como los agentes Jean-Baptiste # 1 y Yan Epstein como Jean-Baptiste # 2, así como Michel Scourneau como Van Eyck, Christian Sinniger como Squale, Jean-Marc Montalto como Olivier, Alexandre Brik como Irène, Fabio Zenoni como Josy, Véronique Balme como Betty, Jacques Bondoux como Del Rio, Yoshi Oida como el Yakuza Takanawa y Haruhiko Hirata como Ishibashi.Gerard Krawczyk hace un cameo detrás del actor en la escena del aeropuerto.

La película se inicia con la aparición de Hubert Fiorentini (Jean Reno), en una discoteca para sacar información a una "nancy rubia, un travesti cuyos amigos/as más intimos se dedican a dar golpes en los bancos. De hecho descubrimos a Hubert Florentini (Reno), el comisario de la policía francesa, golpeando bruscamente a una mujer (una travesti) que baila provocativamente para el disfrute de otros clientes de un club nocturnos.

Vemos la particular concepción del trabajo que tiene este duro policía, provisto de un gran corazón, y que ha sido incapaz de olvidar a quien fue su gran amor de juventud, Miko. Se trata de un inspector cuarentón que utiliza métodos nada ortodoxos para conseguir información o solventar sus casos. Florentini Golpea sin misericordia a la gente mientras la arrastra fuera del club esposada, agrediendo a otros clientes que se acercan- .

Como se encuentra afectado por su antigua relación con una chica japonesa, Miko, pues tiene pocas relaciones con las mujeres, al haber quedado marcado por un antiguo amor, veinte años atrás, con una mujer japonesa, Miko (Yuki Sakai), que desapareció bruscamente de su vida, y que le genera olvidos de sus actuaciones. Cuando ha entrado en la discoteca le ha pegado no sólo a la "rubia", sino también a más personas incluidas al hijo de un representante diplomático.

Después él mismo, siguiendo sus métodos impide la concreción del robo tras una toma de rehenes, mientras este se está realizando. Por cierto, el robo tiene lugar en el mismo banco que el policía tiene - o no-  el dinero.

Tras el  grave altercado durante una detención del sospechoso, su jefe toma la decisión de obligarle a tomar unas vacaciones, en parte para librarse de él, y en parte para hacerle un favor. Aburrido, a pesar de que le gusta jugar al golf y una noche invita a cenar a Sophie (Carole Bouquet), una chica que trabaja en un banco, el Banco de Francia , donde Hubert tiene su dinero, aunque suele presentar números rojos. Vemos que Sophie es una mujer enamorada de Hubert, pero que es incapaz de atravesar la coraza con que éste se reviste ante el recuerdo de su gran amor.

Al final de la cena, y a pesar de sus insinuaciones, de dice que debe replantearse su vida y se marcha de la casa. a los dos días vuelve al despacho y poco después recibe la llamada de un abogado, Ishibashi (Haruhiko Hirata) , para la lectura de su testamento. desde Tokio, que le comunica que Miko, la mujer de su vida, ha muerto, nombrándole en su testamento, por lo que debe acudir sin demora, en un plazo de dos días, a Japón.

Así que vemos que Hubert regresa pues a Tokio, veinte años después de dejar la capital japonesa, y nada más bajar del avión, ya tiene un primer altercado en el aeropuerto de Narita en Tokio,con un agente de aduanas al que acaba agrediendo, por lo que es detenido.

Al lugar se persona un viejo compañero de trabajo en los servicios secretos franceses , que hace 20 años era su amigo de nombre Maurice, alias Momo (Michel Muller). Conocemos entonces que Hubert, Momo y Miko habían sido no sólo amigos, sino compañeros de trabajo de la Embajada francesa en Japón, ya que los tres habían trabajado para la Dirección General de la Seguridad Exterior, los servicios secretos franceses, trabajo que Momo sigue desempeñando.

Cuando Momo lo saca se lo lleva en su antiguo coche, un tiburón de color marrón. Personado en el despacho del abogado japonés que le había citado, Hubert descubre que la herencia de Miko es extraña: una llave, una fotografía, una nota en la que le habla de que todo se cumplirá una vez que marche al origen de todo, así como una cuenta en el banco cuyo saldo es una incógnita. Se me olvidaba, igualmente le hace entrega de una enorme sorpresa: una hija de 19 años y mucho cuya existencia él desconocía y que tampoco sabe que Hubert es su padre.

Yumi (Ryōko Hirosue), la hija de Miko y Hubert, manifiesta un profundo rechazo hacia la figura de su desconocido padre, con lo que Hubert decide no confesarle por el momento que él mismo es su padre, diciéndole que es un antiguo amigo de su madre. Hubert decide por el momento acudir al tanatorio donde tendrá lugar la cremación del cadáver de Miko. Mientras la observa se da cuenta que en la nariz hay unos cristales extraños, que pide a su amigo Momo, que utilice sus contacto para que lo analicen.

Hubert , por un lado, quiere satisfacer a la chica y como padre de una adolescente se la lleva a su gran pasión , la compra compulsiva de ropa de moda. Pero también, en ese momento, descubre que los dos son seguidos por unos hombres enchaquetados, que el va eliminando o quitando del medio sin piedad. Eso sí, sigue sin decirle a la chica que es su padre, aunque le da una buena cantidad de dinero, que le promete seguir dando de manera sistemática, aunque con su ritmo de compra sabe que se arruinará.

Poco después, descubrirá que en la cuenta de Miko hay 200 millones de dólares estadounidenses, a la vez que llega a la conclusión de que Miko no había fallecido de muerte natural, sino que había sido asesinada. Todo ello queda claro cuando los dos, padre e hija, se reúnen una sala de juegos con los amigos de ella, unos frikis de las máquinas y de los videojuegos en concreto del "Dance Dance Revolution".

Siguiendo con sus investigaciones, descubre que, aparentemente, Miko trabajaba para la mafia japonesa, los Yakuza, pero que, en realidad, Miko había continuado en los servicios secretos, habiéndose infiltrado en los yakuza, pero trabajando como agente secreta, por lo que había tenido que abandonarlo a él, y por lo que será asesinada tras ser descubierta. El agente llega a la conclusión de que Miko había robado una pequeña fortuna de la Yakuza , una fortuna ahora destinada a Yumi al llegar a la edad adulta.

Tras eso padre e hija van al lugar donde Miko y el francés comenzaron su relación desplazándose a un santuario de Kioto y allí consiguen el número de una cuenta bancaria secreta.

Poco después tiene lugar una reunión entre el jefe de los yakuza y Hubert en unas instalaciones urbanas de golf. Durante la conversación ellos comentan que su objetivo es recuperar esos 200 millones de dólares que había desviado Miko de la organización, pero ademas la hija es informada que Hubert es su padre, algo que le repatea por haberlo ocultado durante tantos años.

Entonces, la mafia japonesa decide que hay que secuestrar a Yumi y matar al imspector francés, pero éste usa pelotas de golf para noquear a sus posibles verdugos y eliminar al resto en combate cuerpo a cuerpo. Tras ser secuestrada Hubert y Momo deciden preparar una contraofensiva contra los yakuza. Para ello lo hacen en un bar donde Hubert vuelve a probar algo que en su momento le encantaba, el wasabi.

A pesar de que Momo lleva muchos años en Japón, nunca le había dado por probarlo. Y en ese momento, su boca echa fuego. Al día siguiente cumple con lo trazado por los Yakuza. Hubert va al banco y allí se le suma la hija de Miko.

Actúan como en un asalto, aunque antes de nada la chica hace una transferencia a la cuenta del policía - y vemos que la noticia en París casi infarta al director de su banco tras el aviso de Sophie de la recepción- y cuando se personan los yakuza Hubert responde a su manera, la tradicional a golpes y con su arma, aunque , de inmediato, es auxiliado por Momo que va con muchos refuerzos. De cualquier manera, Florentini mató a todos los Yakuza

Poco después, Hubert ha de abandonar el país. Tras despedirse de los policías japones, de Momo y de su hija , a la que le promete que regresará en un mes, retorna a su país. En el aeropuerto lo atiende el agente de aduanas que lo recibió y poco después se monta en el avión, aunque , ante de salir, alguien pregunta por unas maletas que han aparecido llena de armas. Un grupo de oficiales de aduanas entran en la cabina con dos maletas metálicas preguntando por su dueño.

Al estar ambientada principalmente entre París y Japón, el rodaje se efectuó en julio del 2001, principalmente en dicho país, incluyendo numerosas escenas en lugares reconocibles de Tokio, Chiba - en concreto en su Narita International Airport- y Kioto. En esta última ciudad se rodó en Kyoto Station y Kiyomizu-dera Temple, mientras en la capital Tokyo Jumbo Golf Center en Adachi, en el Imperial Hotel. Según Jean Reno, el rodaje de Wasabi se debió al deseo que tanto él como Luc Besson sentían de rodar una película en Japón, para corresponder al aprecio que en dicho país se siente por sus películas.​ De hecho, no habían trabajado allí desde 1990, con Nikita, dura de matar.

Decir que la cantante Ryōko Hirosue, muy popular en Japón, en aquel momento no hablaba ni una palabra de francés y aprendió sus réplicas fonéticamente.

La película estuvo por debajo de o esperado consiguiendo una taquilla de $ 10.4 millones. En cuanto a las críticas decir que Rogert Ebert del chicago Sun Times dijo de ella que ""Reno hace lo que puede en una situación ingrata, la película rebota del humor a la violencia una y otra vez, y Ryoko Hirosue nos hace pensar si ella siempre fue así ". Del diario Es País dos críticas , una peor y la otra mala. Ángel Fernández Santos dice "Seudo thriller lleno de vaciedad, escrito con sosería, dirigido de manera plana y interpretado con insinceridad" y Miguel Ángel Palomo agrega que "El actor Jean Reno presta su poderosa presencia, Luc Besson escribe el sencillo guión y el director agita mucho la cámara." La película es una tontería como la copa de un pino pero no podemos quejarnos, pues  está bien hecha. Lo que la reblandece es la historia que es poco o nada consistente. A favor sus toques de humor o el trabajo eficaz de un Jean Reno, profesional desde la primera escena, acompañado de alguna cara habitual del cine cómico francés. Para echar un rato con tu hijos, no está mal. Pero tampoco es una maravilla. 


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