sábado, 29 de octubre de 2016

Último tren para Auschwitz


Tremenda película la que he visto ayer noche. No hay nada más terrorífico en estos días previos a la noche de Halloween que la realidad. Si esa realidad habla de la brutalidad humana en un momento de crueldad absoluta como fue la Segunda Guerra Mundial en general y del Holocausto, en particular, creo que está todo dicho. 

Dicen que Hobbes dijo que el hombre era un lobo para el hombre, pero en ese contexto de los años cuarenta o como ocurre a día de hoy con los malnacidos del Daesh descubrimos que Hobbes se quedó corto.

Por supuesto, el holocausto no por ser conocido me deja de sorprender, de irritar o de angustiar. Cuando he visitado los campos de concentración de Dachau o de Sachsenhausen he podido ver algunas muestras de ese horror que, en mi caso, llega a estremecerse.

Volviendo a la película la misma responde a ese deseo de releer la historia que los alemanes hicieron casi desde el final de la guerra, como ocurre con aquella magnífica película que fue Die Brücke(1959) de Bernhard Wicki, en la que un grupo de niños ha de defender absurdamente un puente hasta la muerte, pero que a partir de los noventa ha ido a más... y a mejor. Prueba de ello han sido películas como Stalingrado , del mismo director, o El hundimiento (2004) de Oliver Hirschbiegel, así como de alguna magnífica serie para la televisión como Generation War , ya comentada en estas páginas.

En este caso el director toma un episodio real de los últimos momentos de la guerra. En concreto, el último envío de más de 600 judíos alemanes al campo de concentración de Auschwitz.

El último tren a Auschwitz  o Der letzte Zug , en el original alemán,  es una película alemana dirigida por  Joseph Vilsmaier y por su mujer, la actriz checa Dana Vavrova . En este caso es una producción de Artur Brauner que es igualmente el guionista junto con  Stephen Glantz. La productora es Central Cinema Company Film (CCC) junto con Diamant Film y cont´ó con un presupuesto de $2.700.000.

El director está presente igualmente en la fotografía conjuntamente con Helmfried Kober , y ambos, a su vez, son responsables del montaje.

El reparto está integrado por Gedeon Burkhard como Henry Neumann, Lale Yavas como Lea Neumann, Lena Beyerling como Nina Neumann, Sibel Kekilli como Ruth Zilbermann, Roman Roth como Albert Rosen, Ludwig Blochberger como SS-Obersturmführer Crewes, Brigitte Grothum como Gabrielle Hellman, Hans-Jürgen Silbermann como Jakob Noschik, Juraj Kukura como Dr. Friedlich, Oliver Sauer como el miembro de la Gestapo-Oberst Walter Klempt. Junto a ellos aparecen actores y actrices alemanes y checos como Ludwig Blochberger, Vojtech Kotek, Csongor Kassai, Magdalena Sidonová, Nina Divísková y Stanislav Zindulka.

La historia comienza en abril de 1943. Con motivo del cumpleaños de Hitler, los dirigentes nazis deciden sacar de Berlín a los últimos judíos que aun se encuentran en la capital del Reich. Son más de 70.000 los que ya han sido deportados de la ciudad y ahora los nazis se han propusto eliminar definitivamente a todos los judíos de Berlín. 

En la noche previa, los soldados entran en las casas en mitad de la noche y arrastran a varias familias con apenas una maleta hasta el andén 17 de la estación de  Berlín-Grunewald . Para esta última deportación, de abril de 1943, son  688 judíos los enviados en un tren destinado al ganado desde la estación de Berlín-Grunewald con destino al campo de concentración Auschwitz. En un viaje que durará seis días en medio de una lucha contra el calor, el hambre y la sed. 

Durante el trayecto hacia el campo, de varios días de duración, y en el que participan en cada transporte 15 soldados de la SS y un oficial al mando - en este caso el SS-Obersturmführer Crewes (Ludwig Blochberger), que era responsable de las incidencias del viaje, se irán poniendo de relieve los dramas personales y familiares de varias de las personas que viajan en el tren.Viajarán hacinados y sin provisiones en vagones de ganado. Sólo se les ha proporcionado un cubo con agua y otro para hacer sus necesidades.  Dos jóvenes intentan huir de la estación pero son asesinados por los soldados que están en el exterior.

Dos mujeres viajan con sus bebés, la Sra Neumman y la mujer del Doctor Friedlich, y deben amamantar a sus lactantes. Tras una fuerte tensión se decide que ellas tienen prioridad para beber, pero la sed empiezan casi desde el inicio a mermar la resistencia de ancianos y niños que no dura demasiado. 

Algunos de  los integrantes del grupo se erigen en cabecillas y deciden que habrá que escapar antes de llegar a una muerte segura entre ellos Henry (Gedeon Burkhard), Albert (Roman Roth),

A estos se suman en su desesperación, Lea (Lale Yavas) y Ruth (Sibel Kekilli) en la búsqueda de una huida eficaz, pero el tiempo apremia y Auschwitz se acerca cada vez más.

Otros como el Doctor Friedlich, o el cómico profesional Jakob Noschik tienen miedo de las represalias en caso de que su plan de huida sea descubierto. De cualquier manera, Henry y Lea Neumann (Burkhard y Yavas) luchan por la supervivencia de sus hijos; en la misma medida que Albert Rosen (Roman Roth) intenta liberar a su acompañando y sus compañeros de prisión o el cómico Jacob Noschik (Silbermann) actúa intentando consolar a sus compañeros 

Entre los que quieren huir destaca la pareja Neumann que viaja junto a Nina, su joven hija de doce años, y un bebé de 12  meses de edad, o la joven, Ruth Zilbermann y su compañero Albert Rosen, 

Pronto, el viaje se convertirá en una lucha desesperada por sobrevivir al hambre, la sed, y a la crueldad de los guardianes de la SS que custodian el tren. 

Al final, tras mucho esfuerzo y muchas y dolorosas muertes en el vagón sólo logran escapar por el hueco realizado por Henry y Albert los dos únicas personas que caben, Ruth Zilbermann junto con la hija de Neumann en la última estación antes de Auschwitz y que encuentran el apoyo de unos partisanos polacos que se refugian en el bosque y que suelen ayudan en ese puntos a los prófugos. 

Henry Neumann y su esposa son separados en el andén de descarga y el cómico Jakob Noschik que ya ha perdido definitivamente la cabeza, tras la muerte de su esposa, la pianista Gabrielle Hellman,  recibe un disparo. 

La última escena muestra a la hija de los Neumann en el bosque como reza la oración que su padre, le pidió en el bosque y mirando al cielo.

La película se estrenó el 20 de mayo de 2006 en el 40 Festival Internacional de Cine de Hof, aunque su paso a la gran pantalla fue a partir del 9 de noviembre de 2006 por la Sociedad Central Cine en Alemania . 

Der Zug letze fue filmada en Alemania y en la República Checa y entró en producción en mayo de 2005, contando con un presupuesto de 2,7 millones de €. 

Tras encargarse de dirigir “Stalingrado”, el director alemán Josep Vilsmaier retomó el tema de la II GM, codirigiendo, junto a su esposa, esta película inspirada en hechos reales, sobre el último envío de judíos que partió desde Berlin con destino a los campos de exterminio. 

Durante la filmación en Praga , el director Joseph Vilsmaier cayó de una grúa y sufrió lesiones permanentes, aunque menores. La producción se detuvo durante dos semanas mientras estaba hospitalizado. El rodaje se reanudó una vez que Vilsmaier se recuperó, pero fue su esposa, la actriz Dana Vávrová, la se hizo cargo de las tareas de dirección mientras Vilsmaier supervisaba este "drama del Holocausto". Para ello intentó la dramatización de personajes ficticias cuyo destino era ir a los  campos de concentración polacos.

La película fue premiada en los Bavarian Film Award con el  Premio Especial del Jurado para los directores Joseph Vilsmaier y Dana Vávrová. En el Filmbewertungsstelle de Wiesbaden se adjudicó a la película el título de "extremadamente valiosa".

En cuanto a las críticas estás fueron mixtas. De acuerdo con los revisores críticos del Frankfurter Rundschau se trata de una " película de serie B con connotaciones oscuras, que sólo la incapacidad de sus creadores se interpone en el camino, ya que todos se funden en sus efectos." Algunos criticaron el intento de historización de los hechos con el fin de estar dirigidos a los espectadores más jóvenes, para que comprendan el Holocausto." Para algunos medios alemanes la película es "cínica", mientras que para otros es "valiente". 

En España,  Javier Ocaña en el Diario El País dice que ella que es "Otra película sobre el Holocausto, aunque no una película más. (...) Las luchas dialécticas e incluso físicas (...) es lo más interesante (...). En su contra juegan los 'flashbacks' sobre los protagonistas." 

Para José Manuel Cuéllar del Diario ABC está "Rodada con mérito (...) cinematográficamente no hay nada nuevo en la historia (...) ." Mientras que Francisco Marinero del Diario El Mundo comenta que es todo un "Abuso de tópicos. (...) indolencia y sensacionalismo en la recreación (...) producción bajo mínimos". Para Marta Peiraro de "El diario.es" es "emocionalmente desoladora".  

Para Beatriz Maldivia en blog de cine "Con este argumento es obvio que la película no puede ser sosegada y que la desesperación es un elemento buscado a propósito por los autores. (...) Sin embargo, se exceden en la producción de desasosiego con una dilatación de los hechos tan desmedida que puede hacer perder la paciencia a más de uno. Además, al contrario de lo que aparenta el tráiler, la catarsis es mínima. No digo que tuviese que haber sido de otra manera, ya que está basado en una historia real, pero cada uno sabrá cuál es su capacidad de aguante y decidirá si desea contemplar las penurias del viaje para que al final la recompensa sea tan pequeña.

'El último tren a Auschwitz' se convierte en un film que no aporta nada que no se haya dicho ya. Gracias al cine, conocemos de sobra que los judíos fueron transportados como animales hasta los campos de concentración y que, una vez allí, la vida era aún peor que en los mortales vagones. Cierto es que no hay que olvidar hechos como éstos, pero hacer la enésima película que los denuncie, sólo puede, como ya he dicho, insensibilizar o cansar a los espectadores". 

"El último tren a Auschwitz" es un filme más que se adentra en el holocausto, lo interesante es qe lo hace desde la perspectiva alemana, siendo ellos los peor parados de la película. No obstante, la misma refleja algunos otros aspectos dignos de mención como es la existencia de miembros de la SS de Ucrania, que eran, según la película, los más temibles  carceleros, cercanos a la maldad absoluta; o los operarios polacos, que aquí son presentados como miserables que sólo ayudan a los judíos a cambio de algo como joyas u objetos suntuarios.

También la película matiza entre militares alemanes o personajes como  el interpretado por Ludwig Blochberger como  SS-Obersturmführer Crewes, siendo estos unos simples canallas, mientras que los profesionales se muestran más solidarios, o los mismos judíos que nada más llegar a Auschwitz proceden a expulsar violentamente de los vagones a los judíos supervivientes.

Por otro lado, lo que sí refleja de una manera harto realista es el hacinamiento en los vagones, de esas 50 personas en cada uno, que van a ser los protagonista con nombres o son ellos , de la modalidad de un transporte que producía decenas de muertos en cada viaje por hambre, sed, las apreturas o la simple arbitrariedad de los nazis encargados del mismo que acaban mataándolos sin miramientos. 

También he de señalar que los personajes no están del todo desarrollados, se limitan a ser bosquejos en parte por la necesidad de presentar a todos los que van en ese condenado vagón. Apenas Neumann y familia, así como   la pareja formada por Rosen-Zilbermann o la de Jacob Noschik y señora tiene algo de entidad.

En cuanto a las decisiones narrativas en este caso integrado por flashbacks, que indudablemente suponen un descanso con respecto a la angustia del vagón cerrado perteneciente a la empresa de ferrocarriles alemanes Reichbahn, y que nos sirven para aclarar su situación previa al conflicto.

Indudablemente es una película que trasmite emociones y nos permite tomar partida sin duda por los que sufren la desgracia de la persecución, y reaccionan de forma natural  oponiéndose a las decisiones de los líderes, desmoronándose o enloqueciendo, etc… 

El último Tren a Auschiwtz pudiera ser un telefilm más que un producto para la gran pantalla, pues al final tenemos una historia algo deslavazada  y con un dolor y una angustia que al final desmotivan y te hacen alejarte de lo que ves aunque he de reconocer que te mantiene en tensión a pesar de la larga duración y tendiendo en contra que la he visto de madrugada.

De cualquier manera este es el tipo de película que debemos ver cada cierto tiempo para no olvidar que somos efectivamente un lobo para otros hombres, y que los hemos demostrados con creces a lo largo de la historia. Esta película es un buen ejemplo.

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