Hace un año comencé este blog. Sin embargo, la estructura del mismo, así como las herramientas presentadas por blogspot.es, no llegaron a satisfacerme. Por ese motivo decidí realojar el blog de geografía en otro sitio y con otro nombre. Hoy, justamente 365 días más tarde desde mi introducción en el mundo de los blogs, he decidido transformar éste que era de contenido pseudogeográfico- al fin y al cabo se conjugan formulaciones estrictamente geográficas con opiniones absolutamente personales-, en otro dedicado a las películas, series o documentales que veo o que he visto a veces solo, pero otras muchas en compañía de mis hijos, para dejar en mi memoria lo que vemos o lo que veo, lo que he disfrutado o disfrutamos, o lo que me ha entretenido o me entretiene. A veces esto no se cumple y hablaremos de tostón, pero reconozco que como no soy exigente con lo que veo - aunque tengo un alto sentido crítico - , me limitaré a dar referencia de lo visto sin entrar en sesudas divagaciones sobre la película. Procuraré que sea la continuación de aquella página web que comencé el 1 de noviembre de 2009 que era más que nada informativa, y que realicé con la extinta herramienta de Google llamada "Page Creator", y que no tuve más remedio que abandonar tras aquella infausta y lamentable translación que tanto me complicó la vida y el trabajo. Aquella página llevaba como título "Sesión de tarde".
Las primeras películas del año que he visto en este caso en compañía de mis hijos en este primero de enero de 2012 fueron, por un lado, Harry Potter y la Cámara Secreta - de la que señalé algo en Sesión de Tarde; y, por otro, Las Crónicas de Narnia, la primera de la saga, película ya vista en su estreno, allá por 2005.
Está película está basada en la obra homónima del escritor británico C.S. Lewis, y presentaba como el subtítulo de “El león, la bruja y el ropero”. El libro fue empezado en 1939 cuando su autor Lewis tenía 41 años de edad y terminado en 1949 contando su autor 51 años. Se publicó un año más tarde. La reseña del libro señalaba: "Narnia: un mundo congelado; una tierra que aguarda su liberación".
El león, la bruja y el armario presenta la historia de cuatro niños (Peter, Susan, Edmund y Lucy Pevensie) que a través de un armario mágico, descubren el camino a la mágica, maravillosa, y alguna vez pacífica tierra de Narnia. Este armario mágico se encuentra en la casa de campo propiedad del profesor Kirke, lugar en que se protegen de los bombardeos de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial).
Una vez dentro de Narnia descubren un lugar en el que desde hace ya cien años se encuentra en un invierno eterno sin Navidad, debido a la malvada Bruja Blanca), los cuatro hermanos conocen al gran león Aslan y toman parte en la batalla para derrotar a los poderes glaciales de Jadis (la Bruja Blanca) para siempre. Hasta poder liberar Narnia, se desata una guerra entre la Bruja Blanca y entre los que creen en la verdad, en Aslan (el verdadero Rey), y en los reyes Peter, Susan, Edmund y Lucy. Así, los niños (con la ayuda de Aslan) liberarán a Narnia de la tiranía de la bruja y llegarán a convertirse en los más grandes soberanos de aquel maravilloso mundo, y su reinado será la etapa más feliz en la tierra de Narnia: La Edad Dorada de Narnia.
Un día, al salir de caza, los reyes llegan al lugar por donde llegaron a ese mundo y regresan al suyo. Allí comprueban que siguen siendo niños y que el tiempo en Narnia es muy diferente al de nuestro mundo. Mientras ellos pasaron 15 años en Narnia, en nuestro mundo no pasó ni un minuto.
La película fue dirigida por el neozelandés Andrew Adamson y fue rodada principalmente en Nueva Zelanda, aunque su situación se desarrolló también en Polonia, Chequia e Inglaterra.
La película se estrenó en los cines el 7 de diciembre de 2005. A partir de abril de 2006, la película recaudó más 700 millones de dólares en todo el mundo, por lo que es la 35ª película más taquillera de todos los tiempos. Recibió un premio Oscar en 2005 (maquillaje) y dos nominaciones (sonido y efectos visuales). También fue nominada en los Globos de Oro y los Bafta británicos.
Personalmente no me ha aportado nada nuevo. Al igual que la primera vez que la vi me aburre un poco, aunque la lucha final eleva el tono desde mi punto de vista lánguido de la película. En este caso lo de Hollywood tenían razón, lo mejor, el maquillaje y los efectos visuales. Por cierto, la voz de Aslán en la versión original era de Liam Neeson y ¡cuidado! durante los títulos de crédito finales reaparecen el profesor Kirke con la pequeña Lucy. Son las historias propias de un armario ropero.
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