Gerónimo no es sólo el grito que lanza de vez en cuando el Doctor Who, ni el nombre de la operación que puso fin al más buscado fuera de la ley que ha habido en nuestro milenio, Bin Laden, ya que ante todo es el nombre propio de un histórico jefe indio de los apaches chiricahua.
Este último año he visto en un par de ocasiones la película dirigida por Walter Hill, " Geronimo, una Leyenda Americana" que cuenta en su reparto a un grupo importante de reconocidos actores como son Wes Studi como Gerónimo o los militares Jason Patric como el teniente Gatewood, Gene Hackman como el general George Crook o Lobo gris como le llaman los apaches o Matt Damon como el teniente Britton Davis, que actúa de narrador de la película, y el explorador Al Sieber interpretado por Robert Duvall.
Se trata de un western de casi dos horas de duración (1 hora y 55 minutos), realizada en el año 1993 en el que intervienen en la producción estadounidense y franceses. Estuvo nominada a los Oscars de ese año por el mejor sonido, aunque me sorprende que no lo hiciera por la mejor fotografía, la de Lloyd Ahern, muy terrosa, casi amarillenta y con buenos travelling como el del tren que se lleva a los apaches a Florida, al final de la película. La música es muy acertada con grandes intercambios entre la tensión y la tribalidad, y fue obra de Ry Cooder.
La sinopsis de la película nos cuenta que acabada la Guerra de Secesión norteamericana, unionistas y sudistas trabajan juntos en el mismo ejército frente a un nuevo enemigo, los indios. Y es el teniente Britton Davis y el teniente Gatewood los que pretenden poner orden y legalidad al pueblo apache Chiricahua convenciendo a su gran guerrero, Gerónimo, de que se rinda junto a sus guerreros y se dirija con su tribu a la reserva de Arizona que les tienen asignada.
Los indios apaches acceden a su pesar a recluirse en una reserva. Pero no todos los apaches son capaces de adaptarse a su nueva vida como cultivadores de maíz; uno en particular, Gerónimo, se opone a las condiciones de rendición impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos. Un día, cansado de promesas incumplidas, Gerónimo, junto con otros treinta guerreros, prepara un ataque contra los blancos.
El asesinato del brujo de la tribu desencadenará la rebelión de Jerónimo que huye con su hombres de la reserva declarando la guerra al ejército de los Estados Unidos, una lucha desigual en la que cinco mil soldados se enfrentaron a un audaz Gerónimo que resistió todo lo que pudo con tan solo treinta y cinco guerreros en busca de la libertad.
Walter Hill es en este caso director, aunque también ha destacado en muchas facetas como guionista, como productor (intervino en Aliens : Resurrección o Alien versus Predator) , como asistente de dirección, como productor delegado o como productor ejecutivo. Es una persona que ha trabajado también en series como el primer capítulo de Deadwood.
Con todo en esta película el guión está escrito por John Milius.
La película fue criticada por lenta, y eso es cierto, desde mi punto de vista. No obstante, hay acción auqne eso es lo menos representativo. Hill optó como hizo más tarde en Deadwood por naturalizar el western. Pese a todo, ni el esforzado guión ni las esmeradas interpretaciones hizo que la película fue tremendamente convencional.
El dibujo de Gerónimo que hace Hill es el de un hombre resignado pero no abatido, el último reducto de una civilización tratada injustamente y a la que quieren arrebatarla el origen de su cultura y costumbres. Hill se basta con menos de dos horas para trasmitir el significado de una leyenda sin sucumbir en el aburrimiento, la maravillosa fotografía, la excelente música y las buenas interpretaciones ponen de manifiesto un poderío visual más que aceptable.
De lo que nadie tiene duda es del empeño, cariño, respeto y pasión que Walter Hill siente por el Western. Gerónimo” está basado en un libro de 1929, escrito por Britton David, que se encarga de adaptar John Milius. Pero sí su espíritu, la esencia última de toda obra cinematográfica, que aquí refleja las contradicciones morales de unos y otros, y la perfecta ambigüedad moral de las partes del litigio, donde no hay buenos ni malos, sino ganadores y perdedores. “Vencimos, eso es todo...” le dice un General al Teniente en un momento del metraje.
Tampoco hay que olvidarse de la belleza e impacto de sus imágenes, colosales. Pocas veces en el western contemporáneo, se ha logrado captar con tal maestría esas tierras y cielos de Utah y Arizona, de forma y manera tan bella como en esta.
Y si además tienes a Gene Hackman y Robert Duvall haciendo lo que mejor saben hacer, actuar, creo que merece echarla un vistazo. Hasta el actor que hace de Gerónimo, Wes Studi, es convincente, debe ser porque nació en Oklahoma, el mismo lugar donde murió el gran jefe apache.
Los exteriores hablan por sí solo, ese desierto de Moab en Utah con un Monument Valley explotado hasta la saciedad, será siempre un lugar mítico para el rodaje de películas de este tipo. Se respira western en cada escena, ese calor insoportable, polvo en suspensión constantemente, cielo completamente despejado... ¡¡¡ una maravilla !!!.
El vestuario es impecable, recuerdo haber leído cuando se estrenó en su época, que hasta las plumas que llevaban los indios, fueron contadas al mínimo detalle en su estructura y forma para hacerlo lo más real posible a la historia real.
El reparto es de lujo, Gene Hackman está soberbio en su papel de amigo-jefe de Gerónimo. Robert Duvall, su presencia sola encumbra la historia que se cuenta. Jason cuaja una espléndida actuación. Wes Studi aún siendo el protagonista, en mi opinión le faltó la garra y la maldad que mostró en su personaje en El último mohicano.
Imagen real del apache Gerónimo.
Una historia épica, con tintes clásicos, además de brochazos "made in" Peckinpah con esas muertes y ataques a cámara lenta adecuados para un western que ha sido injustamente menospreciado demasiado tiempo.
Para completar esto de hacer el indio estuve viendo igualmente un reportaje sobre el fotógrafo E. S. Curtis, el fotógrafo que permitió con su cámara que ciertas tradiciones milenarias no terminaran en el olvido, gracias a su fotografía, su film - es autor de la primera película antropológica sobre los indios de Vancouver - antes que la de Anuk de Flaggerty - y sus veinte volúmenes sobre los indios de norteamérica.
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