martes, 17 de enero de 2012

A "good" film


Las noches de los lunes pueden dar agradables sorpresas desde el punto de vista televisivo. Ayer fue uno de ellos con la proyección – me gusta ese inapropiado término para la televisión – de la película germano británica “Good”. Se trata de una película del año 2008 dirigida por el desconocido para mí Vicente Amorim. Un drama sobre sobre un buen hombre que está ciego ante los horrores del régimen nazi. Durante los 96 minutos del metraje se nos presenta el drama generado en parte de la población alemana ante el ascenso y triunfo del nacional- socialismo en este país por la omisión o desinterés ante lo que estaba pasando. El guión es obra de John Wrathall; y está basado en la obra teatral de C.P. Taylor. La producción estuvo a cargo de Miriam Segal, Sarah Boote, Kevin Loader, Dan Lupovitz y Billy Dietrich. 
La película está interpretada por los muy acertados Viggo Mortensen (John Halder) y Jason Isaacs (Maurice). Estos están acompañados por Jodie Whittaker (Anne), Mark Strong (Bouhler), Steven Mackintosh (Freddie), una magnífica Gemma Jones (madre de Halder), Anastasia Hille (Helen), Ruth Gemmell (Elisabeth), David de Keyser (Mandelstam). 
La música tanto la clásica como la popular (esa que escucha en sus alucinaciones Halder), muy destacada en la película, es obra de Simon Lacey. Afortunada igualente es la fotografía de Andrew Dunn, donde saca partido a las bellas calles de Budapest- lugar donde fue rodada, el montaje correspondió a John Wilson, mientras que el diseño de producción a Andrew Laws y el vestuario al húngaro Györgyi Szakács. 
La película se presentó en el Festival Internacional de Cine de Toronto en septiembre de 2008, aunque se estrenó en el Reino Unido el 17 Abril 2009, pasando a las pantallas españolas con más pena que gloria el 22 Mayo 2009. Tuvo un presupesto de $15,000,000 (estimated) $ 15.000.000. 

La película nos cuenta la historia de John Halder (Viggo Mortensen), un profesor de Literatura y ejemplo de es un "buen" (good) ciudadano, sin convicciones políticas en la Alemania de los años 30. Al publicar una novela en la que explora sus circunstancias familiares (una mujer neurótica, dos hijos que requieren atención y una madre que sufre demencia senil) y defender en ella la eutanasia por compasión. 
Su obra tras ser leída por algunos jerarcas nazis será utilizada como coartada para llevar a cabo una limpieza étnica. Varios políticos usan el libro para apoyar la propaganda gubernamental, y la carrera de Halder como escritor despega. Pero este cambio de suerte, surgido en parte de su afiliación al partido nazi, le hace tomar decisiones aparentemente sin importancia, pero con devastadoras consecuencias para las personas que le rodean. 
Especialmente sufrida es la experiencia de su amigo el psiquiatra judío Maurice Israel Gluckstein y su progresivo deterioro, llegando finalmente al abandono. 
Al final Halder acaba trabajando para la SS de Adolph Eichmann. Por ejemplo, trabajará en el servicio que revisaba la eutanasia de aquellos que el régimen consideraba débiles mentales. 
En la actualidad hay una exposición en Berlín sobre la labor "científica" que afectó a multitud de niños/as que presentaba, según los jerarcas nazis alguna "tara". Con el pretexto del trabajo para los ingenieros realiza una visita a un campo de concentración en Silesia, en donde cree que está Maurice.
Al ver llegar a los presos y las condiciones en las que se vive en el campo de concentración se da cuenta de la barbaridad que ha hecho apoyando al nazismo. 

La productora Miriam Segal estaba decidida a llevar la obra de C.P. Taylor a la gran pantalla desde que la vio en los ochenta, siendo aún universitaria. Considerada como una de “Las 100 mejores obras del siglo” por la National Review, “Good” se estrenó en Londres, en el Donmar Warehouse, en septiembre de 1981. 
Con Alan Howard en el papel protagonista, la producción fue muy aclamada por la crítica. El Daily Telegraph la calificó de “obra profunda que implica al espectador obligándole a reflexionar sobre cuál habría sido su reacción si hubiese vivido en la Alemania de los años treinta”. 
La obra se estrenó en Broadway en 1982, y Frank Rich, el crítico del New York Times, escribió que era “sin duda una obra provocativa… escrita con inteligencia y con una ligereza muy imaginativa”. Clive Barnes, del New York Post, dijo que era “triunfal, maravillosa e incandescente”. 
A pesar de las alabanzas, nadie se atrevía a llevar la obra de C.P. Taylor a la gran pantalla. El dramaturgo nació en Glasgow en 1929 y fue una de las figuras que encabezó el movimiento artístico-social londinense en los años sesenta y setenta. “Good” fue la última de sus casi setenta obras producidas, justo antes de su fallecimiento a los 52 años, una semana después de su estreno en el Donmar Warehouse. 
La revista Time Magazine no se equivocó en cuanto al contenido estilístico y temático de la obra al decir que “la historia es la pesadilla de un antihéroe sonámbulo”. El autor no intentaba disfrazar la gravedad de su trabajo: “Los temas que escojo tienen que ver con los conflictos entre los ideales humanos y sus limitaciones”, dijo en una ocasión. Miriam Segal recuerda: “La obra me cautivó, y supe inmediatamente que haría todo lo posible para producir la adaptación cinematográfica”. 
Cuando consiguió los derechos, en 2003, habían transcurrido algo más de veinte años desde su estreno. A continuación, hubo que guiar el proyecto a través de muchas manos durante varios años hasta que, en 2007, coincidieron las personas adecuadas - Viggo Mortensen había visto la obra teatral en su juventud en Londres (1981) - y todos los elementos necesarios. “Siempre sentí una tremenda responsabilidad”, reconoce la productora, “y eso me ayudó a perseverar hasta conseguirlo”. Un pequeño “glups”: En la escena en la que Halder da un paseo con su ex esposa en el cementerio tras enterrar a su madre, que se supone que están en Berlín, son visibles las lápidas en húngaro. 
De todas manera estamos ante una película correcta, como diría un británico "a good film" y con un tema interesante como la cobardía de la "buena" gente. Con todo la película parece ser que fue mal recibida por la crítica y por el público, de ahí su limitada trayectoria.

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