Ayer noche empecé a ver la tercera temporada de Deadwood. Se trata de una serie norteamericana, un western hiperrealista sobre el nacimiento de una ciudad en las Colinas Negras, un territorio del que acaban de ser expulsados los indios. Deadwood, al inicio de la serie, es una población no integrada todavía en ningún estado en la frontera oeste. La recién fundada ciudad ofertará servicios básicos para ese ingente número de colonos que diariamente se acercan buscando fortuna principalmente en las unas entrañas de la tierra repletas de oro. La codicia requiere cada vez de más servicios, que progresivamente irán aumentando en su oferta para esta población en ascenso. Los servicios se vinculan al alcohol, la prostitución, el alojamiento, el juego y la ferretería. Entre los pioneros fundadores de la ciudad y esos nuevos colonos que arriban habrá una auténtica lucha por el poder.
Deadwood es una serie de televisión dramática creada, producida y casi enteramente escrita por David Milch. La serie se emitió por primera vez en la cadena por cable HBO el 21 de marzo 2004 y por última vez el 27 de agosto 2006, abarcando tres temporadas de 12 episodios cada una. Cada episodio lo firma un director distinto al anterior episodio. El primero de la primera temporada lo firma el clásico Walter Hill.
Está ambientada en la década de 1870 en Deadwood, cuando esta localidad aún no está integrada en estado alguno de los Estados Unidos. Al estar fuera de la Unión es un territorio fuera de la ley, en donde la vida no vale nada. Cierto barniz legal aparece cuando la ciudad se integre en Dakota del Sur, aunque seguimos sin hablar ni de ver legalidad ni justicia entre los personajes de la serie. Sus protagonistas son una serie de personajes históricos que pulularon por ella. Entre todos destacan Seth Bullock, Al Swearengen, Wild Bill Hickok, Sol Star, Calamity Jane, Wyatt Earp, EB Farnum, Charlie Utter, y... ¡ sorpresa ! el magnate George Hearst, padre del creador del amarillismo periodístico.
La trama principal a su vez también es histórica aunque se incorporan elementos de ficción.
En algunos de los casos los personajes son totalmente ficticios, aunque pueden haberse basado en personas reales. Deadwood recibió gran aclamación crítica, ganó ocho premios Emmy (de 28 nominaciones) y un Globo de Oro.
Aunque hubo planes iniciales para concluir la serie con dos películas, no llegaron a buen término. Incluso varios de los actores principales ya han comentado que es poco probable que se involucraran en este proyecto.
Desde mi punto de vista el protagonista principal es Al Swearengen, uno de los personajes más malvado y menos políticamente correcto que se haya interpretado nunca. Su lenguaje mordaz, chulesco, insultante, humillante, racista e inteligente se salpica de auténticos discursos propios de Nicolás de Maquiavelo, eso sí, repletos de bilis. Este proxeneta es uno de los pioneros, regenta un salón – vamos, un prostíbulo, "The Gem"– y se rodea de seres brutales, canallas y asesinos.
Su labor no está exenta de rasgos de humanidad, incluso en brutales actos como el asesinato del reverendo en la primera temporada.
Este malo, malísimo, está interpretado por el actor británico Ian David McShane. Su labor en la serie se recompensó con un Globo de Oro en 2005, además de ser nominado para los Emmy y el Sindicato de Actores. Entiendo que dada su experiencia de malvado se le dio el papel de Waleran Bigod, el clérigo egoísta y manipulador de los Pilares de la Tierra (2009). Si queréis saber más de este tipo duro, pediros un café para Swearengen y otro para vosotros, y leed este magnífica entrada en el tu blog.
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